Portada » Historia » La Era Liberal en España: Cortes de Cádiz, Constitución de 1812 y Reinado de Fernando VII
La revolución liberal en España se enmarcó en las revoluciones burguesas de toda Europa, cuyo objetivo principal era poner fin al Antiguo Régimen.
Las Cortes de Cádiz tuvieron su origen en un contexto de profunda crisis política y militar:
Estas Cortes estaban integradas por una diversidad de estamentos y profesiones, incluyendo curas, frailes, abogados, intelectuales, militares y burgueses. Sus principios fundamentales para el nuevo régimen eran:
Las Cortes de Cádiz adoptaron medidas decisivas para desmantelar el Antiguo Régimen y elaboraron una Constitución. Estas medidas se clasificaron en:
Dentro de las Cortes, coexistieron diversos grupos con ideologías diferenciadas:
Personas destacadas fueron: Diego Muñoz Torrero, Conde de Toreno, Martínez de la Rosa.
La Constitución de 1812 fue proclamada el 19 de marzo de 1812, coincidiendo con el día de San José, de ahí su popular apodo La Pepa. Su concepto de Estado se basaba en la soberanía nacional y una monarquía constitucional, con un carácter unitario y confesional.
Los poderes del Estado se dividirían de la siguiente manera:
Las Cortes debían ser unicamerales, y sus diputados serían elegidos cada dos años mediante sufragio universal masculino indirecto, con requisitos de edad (más de 25 años) y renta (alta fuente de ingresos).
Las Cortes poseían amplias atribuciones, incluyendo la intervención en la sucesión a la Corona, la aprobación de tratados internacionales, el establecimiento de la política tributaria y la protección de la libertad de imprenta.
La Constitución de 1812, con sus 384 artículos, abordaba tanto derechos individuales como derechos colectivos:
Los poderes del Rey fueron significativamente recortados. El monarca no podía:
En cuanto a la administración local y provincial, los alcaldes serían elegidos por el pueblo, mientras que los jefes provinciales serían designados por el Rey. Se creó la Milicia Nacional como fuerza armada y se sentaron las bases para una educación primaria obligatoria.
La importancia de la Constitución de 1812 radica en varios aspectos:
La obra legislativa de los diputados gaditanos fue extensa y transformadora:
Conclusión: A pesar de los avances, la revolución liberal tuvo limitaciones. La vuelta al absolutismo con Fernando VII, el arraigado sentimiento absolutista en parte de la población y el inicio de una serie de enfrentamientos entre liberales y absolutistas marcaron el devenir político posterior.
El reinado de Fernando VII fue un periodo de gran inestabilidad y confrontación entre el absolutismo y el liberalismo.
Al inicio de su reinado, Fernando VII se encontró con graves problemas:
Su reinado estuvo marcado por la restauración del absolutismo, plasmada en el Manifiesto de los Persas. Fernando VII intentó «levantar» España sin recurrir al liberalismo y sin tocar los privilegios, una tarea que resultó imposible. Para restaurar el orden, tomó las siguientes medidas:
Las consecuencias de esta política fueron el distanciamiento de la burguesía del gobierno y una serie de sublevaciones militares.
Esta etapa se inició con dos pronunciamientos militares que buscaban que el monarca aceptara la Constitución de 1812: uno liderado por Espoz y Mina, y otro, más exitoso, por Rafael del Riego en Cabezas de San Juan en 1820.
Durante el Trienio Liberal, se reimplantaron las medidas liberales más destacadas, como la libertad de opinión y la eliminación de la Inquisición. Sin embargo, esta etapa estuvo marcada por una división interna entre los propios liberales:
Esta etapa finalizó con la intervención de los Cien Mil Hijos de San Luis, un ejército francés enviado por la Santa Alianza, que restauró el absolutismo en España.
Tras el Trienio Liberal, se impuso una durísima represión contra los liberales. Se tomaron medidas como la supresión de periódicos, la clausura de la Universidad y la reactivación de las funciones represivas de la Inquisición (aunque no se restauró formalmente el Tribunal del Santo Oficio, sus funciones fueron asumidas por Juntas de Fe). Se restauró parcialmente el Antiguo Régimen, aunque también se implementaron algunas políticas de corte liberal, como mejoras en la agricultura.
El país enfrentaba graves problemas:
En cuanto a la sucesión al trono, Fernando VII abolió la Ley Sálica mediante una Pragmática Sanción, lo que permitió que su hija Isabel II heredara el trono, privando de este derecho a su hermano Carlos María Isidro y sentando las bases para las Guerras Carlistas.