Portada » Diseño e Ingeniería » Protocolos de Seguridad Alimentaria: Control de Proveedores, Almacenamiento y Prevención de Riesgos Biológicos
El proveedor: Es el operador de empresa alimentaria que adquiere los productos en origen o a industrias transformadoras de materias primas y que entrega el producto a otros operadores.
La elección de proveedores se basa en:
El transporte debe contar con instalaciones adecuadas. Los proveedores deben mantener una serie de condiciones durante la manipulación y el traslado de los productos a los clientes para evitar la contaminación.
La comprobación de la calidad de los productos a su recepción requiere fijarse en los siguientes aspectos:
En la recepción de los productos se debe realizar una comprobación de las temperaturas a las que llegan. Debemos disponer de un protocolo con las temperaturas adecuadas para cada tipo de producto y los márgenes de tolerancia en caso de desvío. La toma se realiza con un termómetro sonda, midiendo la temperatura en el interior del producto inmediatamente al llegar al establecimiento.
Necesitan frío para su conservación. Podemos distinguir entre:
No necesitan frío para su conservación, aunque sí unas condiciones mínimas de almacenamiento (lugar seco, ventilado, etc.).
La temperatura ideal para conservar pescados es 0ºC, por eso se conservan en origen con hielo en escamas.
Se conservan productos curados como el jamón, embutidos o bacón, y cocidos como morcillas o jamón york.
En esta cámara también suelen guardarse huevos y ovoproductos.
Aquí se guardan hortalizas y frutas a temperaturas entre 3 y 7 ºC.
La suciedad está formada por partículas unidas entre sí y a un material de soporte mediante una sustancia que hace de unión. Pueden ser de varios tipos:
La limpieza se compone de tres procesos:
Existen detergentes muy diversos; unos llevan sustancias desincrustantes, otros desengrasantes y otros desinfectantes, por lo que es importante elegir el más adecuado. Las máquinas de lavado mecánicas suelen llevar un dosificador de detergentes suministrado por las empresas de detergentes; con estos sistemas se obtienen mejores resultados que con la dosificación manual y un ahorro de productos de limpieza. El agua también influye en la limpieza. Las aguas muy alcalinas necesitan detergentes especiales que neutralicen la cal. La lejía y el amoniaco son los desinfectantes más empleados, solos o incluidos en la composición de los detergentes. Nunca debemos mezclar productos que contengan amoniaco con otros que contengan lejía, ya que puede producir vapores tóxicos.
El abastecimiento de agua en una empresa alimentaria debe garantizar que el origen y las instalaciones de suministro interno son los adecuados. Los suministros pueden ser autónomos o a través de empresas suministradoras. La seguridad de los alimentos nunca podrá verse afectada por el agua que se utilice en los establecimientos alimentarios, ya sea la que esté en contacto con los alimentos o la que se utilice para limpieza de superficies, maquinaria y útiles que entren en contacto con los alimentos.
Este plan debe incluir el programa de limpieza y desinfección de los equipos y locales, detallando QUÉ, QUIÉN, CUÁNDO y CÓMO.
Antes de iniciar la jornada de trabajo, los locales del establecimiento deben encontrarse limpios y desinfectados. En todo momento a lo largo de la jornada se evitará que se acumulen residuos o suciedad en las superficies de trabajo. Tras limpiar residuos sólidos con agua potable, se procederá a la limpieza con agua potable y detergente de uso alimentario, se desinfectará con lejía u otro desinfectante que se extenderá sobre la superficie limpia y se dejará actuar un mínimo de 10 minutos; después se vuelve a aclarar con agua potable. En algunos establecimientos, los lavavajillas deben funcionar con agua caliente a una temperatura que permita la desinfección.
El plan está constituido por:
