Portada » Lengua y literatura » Literatura Medieval Española: Orígenes, Géneros Líricos y la Épica del Cantar de Mio Cid
La Edad Media comienza con la caída del Imperio Romano en 476 d.C., y su final se asocia tradicionalmente con la caída de Constantinopla (1453). La sociedad era estamental, estructurada de la siguiente manera:
A partir del siglo XIII, se produce un cambio social significativo con la aparición de un nuevo escalón: la burguesía. Se crean las primeras universidades y se da el paso del estilo Románico al Gótico.
La cultura era teocéntrica (Dios como centro). Los clérigos impartían la cultura, lo que generaba una alta tasa de analfabetización en el resto de la población.
Las obras literarias de este periodo suelen ser de muchos años atrás y, a menudo, están incompletas. Existen dos grandes corrientes:
Gran parte de esta literatura se perdió. Sus características principales son:
Dentro de esta corriente se encuentra la Épica: poemas que relataban las hazañas de un héroe, transmitidos por los juglares. En la zona de Castilla, estos poemas se denominaban Cantares de Gesta.
Se divide en dos vertientes:
El amor es el tema principal, generalmente desde una perspectiva femenina, y a menudo describe una relación secreta.
Son pequeñas estrofas de tema amoroso en las que una chica se lamenta por la ausencia o la muerte de su amado. Están escritas en lengua mozárabe y la joven le cuenta sus penas a su hermana o a su madre.
Las jarchas se insertan al final de un poema más largo, la moaxaja, compuesta en árabe o hebreo clásico. Se diferencian de la moaxaja por el lenguaje (el de la moaxaja es culto) y por la voz narrativa (femenina en las jarchas, masculina en la moaxaja).
Composiciones poéticas generalmente de temática amorosa, compuestas en gallego-portugués.
Son canciones tradicionales de temática variada, que fueron recopiladas a partir del siglo XV. La visión del amor que se representa es a menudo desdichada. Son composiciones muy breves, de entre dos y cuatro versos de arte menor que riman en consonante o asonante.
Es un subgénero narrativo en el que se cuentan las hazañas de un héroe, individual o colectivo, que se toma como ideal o modelo de comportamiento para la sociedad. Está escrita en verso y en Castilla recibe el nombre de Cantar de Gesta.
Son textos anónimos de transmisión oral que eran relatados por los juglares. Se trataba de tiradas de versos que mantenían la misma rima asonante, de arte mayor y muy irregulares, divididos por una cesura central en dos hemistiquios.
Se distingue entre:
Poema dirigido a la audiencia popular, cuya finalidad era divertir e informar al pueblo.
Entronca con las epopeyas clásicas grecolatinas. Suele estar en latín y su finalidad es hacer propaganda de índole política o militar.
La temática fue variada y se agrupa en varios ciclos:
Esta obra mezcla realidad y ficción, centrándose en las gestas heroicas de un caballero, Rodrigo Díaz de Vivar, nacido en Burgos hacia 1043 y muerto en Valencia en 1099.
Narra cómo el Cid es obligado a abandonar Castilla y a dejar a su esposa e hijas en un monasterio. Se va acompañado de sus hombres más fieles. En tierras de moros, sigue cosechando victorias militares, culminando con la conquista de Valencia.
El Cid ha conquistado Valencia y el rey, para compensarle, permite que se reencuentre con su esposa y sus hijas allí. El Cid es perdonado y casa a sus hijas con los Infantes de Carrión. El Cid ve el enlace con desconfianza, pero lo acepta.
En la corte, escapa un león y ambos infantes reaccionan con pavor, quedando en ridículo delante del Cid y convirtiéndose en objeto de burlas. Alegando que han sido despreciados, marchan a Valencia con sus esposas y, al llegar al Robledal de Corpes, las agreden brutalmente, dejándolas por muertas. El Cid ve su honra ultrajada y exige reparación. Los infantes son derrotados en duelo por los dos hombres más leales del Cid, y se conciertan nuevas bodas de sus hijas con los Infantes de Navarra y Aragón.
El lenguaje es claro y sencillo. Abundan fórmulas juglarescas, utilizadas para llamar la atención del público. Aparecen epítetos épicos, frases binarias y alternancia del presente histórico (que hace más vívida la narración) con los pretéritos. El tono es vivo y rápido. La rima del poema es asonante, con bastantes irregularidades y anomalías.