Portada » Lengua y literatura » Literatura Medieval Española: Contexto, Géneros y Figuras Destacadas
La literatura medieval española se inicia con la aparición de las jarchas durante los siglos XII, XIII y XIV. Este periodo se caracteriza por ideales religiosos y caballerescos. La sociedad se dividía en la nobleza, el clero y los campesinos, y convivían cristianos, judíos y musulmanes. Con la aparición de la burguesía, el poder de los reyes era frágil. La cultura se difundía principalmente a través de los monasterios, la Ruta de Peregrinaciones a Santiago de Compostela y la Escuela de Traductores de Toledo.
La poesía popular-tradicional es anónima, colectiva y tradicional, con un proceso de reelaboración constante debido a su transmisión oral. En contraste, la poesía culta es escrita, individual y de autor conocido.
La lírica expresa sentimientos íntimos, mientras que la narrativa relata acontecimientos ajenos a la subjetividad del poeta.
Las jarchas, las cantigas de amigo y los villancicos expresan la queja amorosa femenina por la ausencia del amado. Los villancicos, además, presentan una mayor riqueza temática, destacando:
Las jarchas y los villancicos se caracterizan por la irregularidad y la imprecisión métrica. En cambio, las cantigas de amigo tienen como rasgos principales la regularidad y precisión métricas, y una estructura paralelística.
En la poesía narrativa, destacan dos corrientes principales:
Ambos estaban dirigidos a una población mayoritariamente analfabeta.
La épica medieval es de carácter popular. En el ámbito de la épica universal, encontramos obras como la Odisea de Homero. En la tradición hispánica, de los Cantares de Gesta, posteriormente surgen los romances.
La palabra «cantar» se refiere a relatos de acontecimientos difundidos por los juglares. Tienen un carácter informativo y noticiero, con un marcado realismo. El término «gesta» alude a las hazañas de un héroe con quien se identifica toda la colectividad, lo que deduce su carácter nacional.
Se agrupan en largas tiradas monorrimas de rima asonante irregular. Emplean el estilo épico y oral, con pervivencia de arcaísmos, el epíteto ritual o épico, el vocativo y la segunda persona del plural, y la supresión del verbo introductorio.
El Poema de Mio Cid narra las vicisitudes de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, desterrado por el rey Alfonso VI. La obra relata cómo conquista Valencia y cómo se reconcilia con el rey, quien casa a sus hijas con los infantes de Navarra y Aragón. El tema principal es la recuperación de su honra.
Se estructura en tres partes:
Destacan el realismo, la maestría con que el autor traza los caracteres y el elemento humorístico.
El Mester de Clerecía, desarrollado en los siglos XIII y XIV, utiliza la cuaderna vía. Guiados por un afán didáctico-moral, los escritores divulgaban temas eruditos. Se caracteriza por la regularidad métrica, con una organización estrófica en cuaderna vía, el empleo de versos regulares y la rima consonante. Se empleaba tanto un lenguaje popular como un lenguaje elevado.
En el siglo XIII, con autores como Gonzalo de Berceo, se mantienen los ideales religiosos y caballerescos. Se difunden temas:
Alejado de las preocupaciones puramente religiosas, el Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita ofrece una visión realista de la vida, impregnada de un tono satírico. La obra aborda el amor tanto en su dimensión humana como en la divina, a través de un relato autobiográfico de fingidas aventuras amorosas.
Incluye dos episodios alegóricos, un Pamphilus (comedia que contiene la intervención de una alcahueta), una serie de cuentos y fábulas, y varias composiciones de carácter religioso. Se emplea la cuaderna vía y se recurre al verso de arte menor. El propósito de la obra es objeto de debate.
En cuanto a la prosa, las primeras manifestaciones son traducciones de textos en latín.
Alfonso X el Sabio procedió a redactar importantes tratados:
En el siglo XIV, destaca Don Juan Manuel, autor de El Conde Lucanor, que consta de cincuenta cuentos de procedencia clásica y oriental. Estas narraciones ofrecen enseñanzas morales que invitan a una actitud práctica ante la vida.
También en el siglo XIV, surge la novela:
Ambos géneros incluyen elementos heroicos, fantásticos, mágicos y legendarios.
Ligado a las celebraciones religiosas, surge el teatro medieval, con representaciones como el Auto de los Reyes Magos. También aparecen los juegos de escarnio y pantomimas burlescas.