Portada » Historia » El Siglo XIX en España: Conceptos Clave, Regencias y Guerras Carlistas
1. Proletariado: Clase social surgida con la industrialización, formada por obreros asalariados que trabajaban en fábricas con pésimas condiciones.
2. Bipartidismo: El bipartidismo en la Restauración se basó en la existencia de dos grandes partidos, el conservador (liderado por Cánovas del Castillo) y el liberal (dirigido por Sagasta). Ambos defendían la monarquía, la Constitución y la centralización del Estado, contando con el apoyo de las élites y la clase media acomodada. La alternancia en el poder estaba pactada: cuando un partido se debilitaba, el monarca llamaba al líder de la oposición para formar gobierno. Los conservadores eran más inmovilistas y defensores de la Iglesia, mientras que los liberales promovían reformas progresistas y laicas.
3. Ludismo: Movimiento obrero que protestaba contra la mecanización de la industria, culpando a las máquinas del desempleo.
4. Desamortización: Se menciona en el contexto de las reformas de Mendizábal y Madoz. Se define como la expropiación de bienes, en su mayoría de la Iglesia, para su venta en subasta pública. Su objetivo era crear una nueva clase de propietarios afines al liberalismo y sanear la deuda pública. Sin embargo, no logró los resultados esperados, ya que la guerra continuó y la deuda no se redujo significativamente.
5. Impuesto de consumo: El impuesto de consumo era un tributo sobre los productos que se consumían, como alimentos y bebidas. Fue una carga para las clases populares, y su eliminación fue una de las principales demandas del movimiento revolucionario de 1868, como parte de las reformas económicas y sociales.
6. Quintas: Se refiere al sistema de reclutamiento militar obligatorio durante el reinado de Isabel II. Este sistema consistía en la selección de soldados mediante sorteos, lo que generaba un gran descontento entre las clases populares, ya que los más ricos podían pagar una cantidad para evitar ser reclutados.
7. Regeneracionismo: El regeneracionismo fue una corriente política, intelectual y literaria de finales del siglo XIX y comienzos del XX que criticaba la corrupción de la Restauración y la ineficacia del Estado. Buscaba modernizar España a nivel político y económico. Su principal representante fue Joaquín Costa, con el lema «Escuela y despensa».
En 1833, tras la muerte de Fernando VII, estalló un conflicto civil entre los sectores absolutistas, que apoyaban a Carlos María Isidro (hermano del difunto rey), y los liberales, que defendían el trono de Isabel II. El conflicto no fue solo dinástico, sino también social e ideológico. Los carlistas defendían la conservación del Antiguo Régimen (Altar y Trono), la preeminencia de la Iglesia, el sistema foral y las estructuras económicas tradicionales, mientras que los liberales buscaban una centralización política y reformas sociales y económicas.
Pequeña nobleza agraria, clero (opuesto a la desamortización), oficiales reaccionarios, campesinos temerosos de perder tierras y artesanos arruinados por la abolición de los gremios. Su mayor base estaba en zonas rurales como el País Vasco, Navarra, Cataluña, Aragón y Valencia.
Alta nobleza, funcionarios reformistas, parte de la jerarquía eclesiástica, burguesía (beneficiada por la desamortización) y sectores populares integrados en la Milicia Nacional.
El conflicto tuvo apoyo de potencias absolutistas (Rusia, Prusia, Austria y Nápoles) para los carlistas, mientras que Francia y el Reino Unido apoyaron a los liberales con la Cuádruple Alianza (1834) para estabilizar los regímenes liberales.
Entre 150.000 y 200.000 muertos, con episodios de crueldad que afectaron a una población de 13 millones.
División del liberalismo entre moderados y progresistas, con el liderazgo político de los militares hasta 1874.
Incremento de la deuda pública, dificultades en la desamortización y atraso en el desarrollo industrial.