Portada » Filosofía » La Filosofía Crítica de Kant: Conocimiento, Ética y Metafísica
Para Kant, la razón puede conocer la realidad a través de la experiencia. Kant se plantea el problema de la posibilidad de lo metafísico y realiza una filosofía crítica. Analiza las tres facultades del conocimiento: sensibilidad, entendimiento y razón. Kant defiende la metafísica dogmática racionalista, aquella que, por una deducción racional, podría alcanzar el conocimiento de lo metafísico de la calidad.
Kant distingue dos tipos de condiciones para hacer posible la ciencia:
Estas darán lugar a la filosofía trascendental kantiana. Kant rechaza la posición racionalista y empirista. Expresa la ciencia en juicios y establece como únicos juicios válidos de la ciencia los juicios analíticos a priori, porque son necesarios y universales.
Kant invierte la relación entre el sujeto cognoscente y el objeto a conocer, lo que se conoce como el giro copernicano. Según Kant, para que exista el conocimiento, deben haber dos condiciones: espacio y tiempo. El espacio y el tiempo no son propiedades del sujeto; el objeto se adapta al sujeto, y así se obtiene el fenómeno sensible.
A partir de esto, aparece el segundo nivel: la analítica trascendental. La sensibilidad capta las funciones, pero no las comprende. Esto da lugar a:
Para Kant, el error está en usar las categorías para aplicarlas a realidades trascendentes. En esta analítica trascendental, Kant establece el idealismo trascendental, diferenciando entre fenómeno (la realidad dependiente del sujeto trascendental) y noumeno (la realidad tal y como puede ser). Kant adopta una posición idealista.
La teoría kantiana pasa a llamarse idealismo trascendental. Kant sostiene que la realidad la construimos nosotros al verla, alterando así la conexión entre sujeto y objeto.
El alma permite unificar todos los conocimientos de experiencia interna, el mundo externo y a Dios. Kant plantea que en la metafísica es imposible emitir juicios sintéticos a priori.
El punto de partida de la ética kantiana es que existe el deber y que todos los seres tienen conciencia moral, siendo capaces de establecer juicios morales. El objetivo de Kant es establecer una ética que sea universal y necesaria. Clasifica los principios prácticos e investiga las condiciones que hacen posible la ética.
Hay dos tipos de imperativos:
Kant determina unas normas para conseguir el bien supremo, pero sus características lo llevan a rechazarlas:
Defiende, por lo tanto, la ética formal kantiana, que debe ser:
Kant divide las acciones en tres tipos: contrarias al deber, conformes al deber y por deber; son las únicas que tienen valor moral. Considera que solo donde encontremos acciones morales habrá libertad. El fundamento de esas acciones debe ser el deber, expresado según él en: el deber por el deber. El imperativo categórico declara una acción buena de forma incondicional.
Kant recupera ámbitos de la metafísica a través de los postulados de la razón práctica, que son proposiciones indemostrables desde la razón teórica. Son tres:
La felicidad es la culminación del proceso ético hacia la religión natural, basándose en la fe racional. Kant finalmente llega a la conclusión de que sí existe la felicidad, cuya garantía es Dios y el triunfo del bien.
Kant rechaza las pruebas previas que se han hecho de la existencia de Dios. Para él, Dios, junto al alma y al mundo, son las tres ideas trascendentales de la razón, que son incognoscibles pero admitidas en el ámbito de la razón. Además, las considera el elemento regulativo de la conducta.
