Portada » Historia » La Dictadura Franquista en España: Etapas Clave y Legado Histórico (1939-1975)
El régimen franquista fue la consecuencia de la victoria de los sublevados contra el régimen republicano de 1931 tras tres años de Guerra Civil (1936-1939). Tras este conflicto, España se convertiría en un país arrasado, caracterizado por la centralización del poder en la figura de Franco y por una dura represión. La dictadura se extendió hasta 1975, con la muerte del dictador.
Durante la dictadura, se pueden distinguir tres etapas principales:
Esta fase, marcada por la posguerra, predominó el hambre, la escasez energética y el racionamiento (hasta 1952). El régimen se consolidó sin ofrecer reconciliación ni democracia, concentrando todos los poderes en Franco y creando un Estado centralizado y unitario.
Su ideología se basaba en el anticomunismo, el antiliberalismo, el antiparlamentarismo, el nacionalcatolicismo y el tradicionalismo. La vida cotidiana estuvo marcada por el control propagandístico de medios como la radio, la prensa y el NO-DO. El régimen contó con el apoyo de las llamadas «familias del régimen»:
Por otro lado, se ejerció una durísima represión contra los vencidos con la Ley de Responsabilidades Políticas (1939), con carácter retroactivo a 1934, y la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo (1940). Se inició un proceso de depuración entre los representantes de la cultura, y la educación quedó en manos de la Iglesia.
En lo económico, se aplicó una política autárquica con el objetivo de industrializar el país, controlar el escaso comercio exterior y aumentar la producción agraria. Finalmente, se estableció una política social con una fuerte intervención del Estado (nacionalsindicalismo), destacando:
Durante la Segunda Guerra Mundial, España estuvo ligada a las potencias del Eje. Aunque en el inicio fue neutral, en 1941 pasó a ser no beligerante y envió la División Azul a combatir junto a Alemania en Rusia. Cuando la guerra giró a favor de los Aliados en 1943, España regresó a la neutralidad.
A partir de 1945, tras la victoria aliada, el régimen sufrió un aislamiento internacional. La ONU condenó al régimen, muchos países retiraron sus embajadores y se produjo un bloqueo económico, lo que dejó a España fuera del Plan Marshall. Para acercarse al modelo de democracia liberal, el régimen aprobó varias Leyes Fundamentales:
En 1955, España fue admitida en la ONU, lo que supuso un reconocimiento internacional clave para el régimen. Sin embargo, no ingresó en la OTAN debido a la oposición de algunos países democráticos por el carácter dictatorial del gobierno de Franco.
La represión continuó tras la guerra, con cientos de miles de presos y exiliados. Se formó un gobierno republicano en el exilio. Por su parte, Don Juan de Borbón defendió la restauración monárquica. También actuaron los maquis (guerrilleros antifranquistas), sobre todo entre 1944 y 1952, enfrentándose al régimen mediante ataques armados.
Esta etapa se caracterizó por la apertura internacional y el desarrollismo económico.
En 1953 se firmaron los Acuerdos con Estados Unidos (instalación de bases militares en territorio español a cambio de ayuda militar y económica) y el Concordato con la Santa Sede. España inició una etapa de crecimiento y cambio social, aumentó la presencia de grupos católicos en el régimen y se reafirmó el apoyo de parte de los monárquicos, con la figura de Juan Carlos de Borbón. Por otro lado, a partir de 1950 reaparecieron movimientos culturales vanguardistas y desde 1956 hubo protestas estudiantiles y una mayor simpatía hacia ideologías menos ortodoxas.
En 1959, con el Plan de Estabilización, se reajustaron los mecanismos de política económica, liberando a la economía del fuerte intervencionismo estatal. Además, se produjo un crecimiento económico que transformó la estructura de España, impulsando el desarrollo industrial y urbano, y la disminución del peso del sector agrario. En los años 60, se implementó el desarrollismo como nueva política económica, centrada en Planes de Desarrollo Económico y Social que buscaban impulsar la industria y crear polos de crecimiento en zonas no tradicionales. La industrialización se convirtió en el motor de la economía española entre 1960 y 1973 con diferentes sectores. El aumento de la productividad llevó a mejores salarios, un aumento en la demanda y movimientos migratorios en busca de trabajo. Además, el turismo se convirtió en una fuente de ingresos importante, impulsando el empleo, y la sociedad de consumo se introdujo gradualmente en la economía española.
La modernización de la sociedad española se basó en un aumento de la natalidad (el baby boom), un crecimiento de la población urbana y el descenso de la población rural. Aumentó también la población escolarizada (gracias a la Ley General de Educación de 1970), la emancipación de los hijos, la incorporación de las mujeres al trabajo y la tolerancia religiosa. La Ley de Prensa de 1966 dio cierta libertad en muchos ámbitos. A pesar de los cambios económicos y sociales, el régimen no liberalizó su sistema político, reafirmándose ideológicamente con:
En los años 50, la oposición fue ganando fuerza: protestas universitarias, aparición de CC.OO., UGT, asociaciones vecinales, movimientos religiosos críticos y reorganización clandestina del PCE, PSOE y partidos nacionalistas. En 1952, una escisión del PNV dio origen a ETA, que optó por la lucha armada. En 1962 tuvo lugar el Contubernio de Múnich, por el que se recomendó no admitir a España en la CEE hasta que no se recuperaran las libertades democráticas.
Esta etapa se destacó por la crisis final del régimen.
Durante esta fase, la clase política se dividió entre inmovilistas y aperturistas, y la coyuntura internacional fue desfavorable para la dictadura debido a:
Mientras, la represión continuó con el Proceso de Burgos (1970) contra miembros de ETA con condenas de muerte, lo que generó una gran polémica y la aparición del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota).
En 1969, las Cortes aceptaron como sucesor de Franco en la Jefatura del Estado, con el título de rey, al príncipe Juan Carlos de Borbón. Aunque se preveía que Carrero Blanco sería presidente del gobierno, fue asesinado por ETA en diciembre de 1973. En enero de 1974 se formó un nuevo gobierno presidido por Carlos Arias Navarro, que fracasó en su intento de lograr una apertura política.
En 1975, Marruecos exigió la entrega del Sáhara Occidental y Hasan II organizó la Marcha Verde, una invasión pacífica del Sáhara, forzando a España a entregar el territorio mediante el Acuerdo de Madrid. Finalmente, el 20 de noviembre de 1975 falleció el dictador. Su muerte puso fin a casi cuarenta años de una dictadura caracterizada por la represión y la falta de libertades, abriendo el camino a la Transición Democrática con Juan Carlos I como nuevo Jefe del Estado.