Portada » Historia » Glosario Histórico de España: Conceptos Clave de la Restauración y Dictadura
El dominio del protectorado de Marruecos era sostenido por una parte del ejército, los militares africanistas y por Alfonso XIII. Después de los incidentes de 1909, en 1921 las tropas españolas iniciaron un avance desde Melilla con el fin de consolidar la ocupación del territorio. La acción, liderada por el general Silvestre, finalizó con una derrota en Annual. Los ataques y emboscadas contra las tropas españolas, inexpertas, acabaron con miles de muertos en el ejército español y con la vida de Silvestre. El Desastre de Annual provocó una terrible impresión en la opinión pública y hubo grandes protestas. Los diputados republicanos y socialistas reclamaron en el parlamento el abandono de Marruecos. Socialistas y republicanos plantearon la posible responsabilidad del Rey. El golpe de Estado de Primo de Rivera impidió conocer las conclusiones de la investigación sobre el Desastre de Annual.
Organismo español creado por Primo de Rivera con la finalidad de institucionalizar el nuevo régimen y diseñar su forma de gobierno en 1927, durante el reinado de Alfonso XIII. Fue un organismo corporativo compuesto por representantes de las corporaciones (elegidos por sufragio indirecto), por funcionarios de la administración y por representantes sociales escogidos desde el poder. Su función fue meramente consultiva y siempre actuó bajo control gubernamental.
Sistema concebido por Cánovas del Castillo: dos partidos se turnan en el gobierno sin apoyo del ejército en golpes de estado, como ocurrió durante el reinado de Isabel II.
Ambos partidos eran de notables, con líderes políticos que mantenían unidas las diferentes facciones del partido gracias a sus respectivas clientelas. Coincidían en la defensa de la monarquía constitucional, la propiedad privada y la consolidación de un estado unitario y centralista.
En la Restauración, cuando el gobierno se desgastaba, se cambiaba. El nuevo presidente, líder de la oposición, podía disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones para conseguir el número de diputados necesario para gobernar. El resultado de las elecciones era elegido de antemano, mediante un mutuo acuerdo para evitar que un partido monopolizara el poder, evitar pronunciamientos militares y que subieran al poder partidos ajenos al régimen (republicanos y carlistas).
Entre 1876 y 1898, el régimen se mantuvo con una proporción de 6/4. Momentos difíciles como la crisis del 98 erosionaron a los políticos y partidos dinásticos. La etapa de gobierno conservador (1875-1881) fue seguida por el primer gobierno liberal de Sagasta con sufragio universal masculino. El temor a la desestabilización del sistema político tras la muerte de Alfonso XII llevó al Pacto del Pardo (1885), que aseguró el apoyo a la regencia de María Cristina, la continuidad de la monarquía y la alternancia en el poder ante las presiones carlistas y republicanas. Una nueva etapa de gobierno liberal (1885-1890) trajo un avance de libertades individuales (Ley de Asociaciones, Ley del Jurado, Código Civil y sufragio universal masculino). El deterioro de los partidos se acentuó por el asesinato de Cánovas y la descomposición progresiva del sistema.
Forma de gobierno donde un líder tiene un dominio total de una sociedad, especialmente en el ámbito rural. Un cacique es una persona que se ocupa de persuadir al pueblo para conseguir un resultado determinado en las elecciones. Los caciques, valiéndose de su poder y autoridad, influían en el comportamiento de los electores. Tuvo su principal fortaleza en el mundo agrario, aunque también existió en el mundo urbano. El caciquismo estuvo muy presente durante la Restauración Borbónica (1874-1902).
Instrumento jurídico o impuesto que regula las relaciones tributarias y financieras entre la Administración General del Estado de España y las comunidades autónomas del País Vasco y Navarra, que forman parte del régimen foral. Tras la Tercera Guerra Carlista, se abolió el régimen foral en 1876. En 1878 se estipuló un sistema de conciertos económicos que otorgaba autonomía fiscal a las provincias vascas. Estas pagarían a la Administración Central una determinada cantidad, recaudada directamente por las diputaciones provinciales. El régimen franquista lo abolió en 1937, pero fue restablecido en 1979.
Fue un desembarco militar llevado a cabo el 8 de septiembre de 1925 en Alhucemas por el ejército y la Armada españolas y, en menor medida, un contingente aliado francés, que propició el fin de la Guerra del Rif. Primo de Rivera quiso resolver la cuestión de Marruecos y en 1925 intervino militarmente en el Rif. Los ataques contra el protectorado francés, dirigidos por el rifeño Abd el Krim, propiciaron la colaboración militar entre España y Francia, que se concretó en el desembarco español en la bahía de Alhucemas, mientras las tropas francesas avanzaban por el sur desde Fez. Estas acciones militares conjuntas supusieron la derrota definitiva del líder rifeño y el final de la Guerra de Marruecos.
La Dictablanda de Berenguer fue el último periodo de la Restauración Borbónica y del reinado de Alfonso XIII en España. En dicho período hubo dos gobiernos: el del general Dámaso Berenguer, formado en enero de 1930 para que restableciera la «normalidad constitucional» tras la dictadura de Primo de Rivera, y el que le siguió un año después, el del almirante Juan Bautista Aznar, que daría paso a la proclamación de la Segunda República Española. El término dictablanda fue utilizado por la prensa para referirse a la indefinición del gobierno de Berenguer, que ni continuó con la dictadura anterior, ni restableció plenamente la Constitución de 1876, ni mucho menos convocó elecciones a Cortes Constituyentes como exigía la oposición republicana.
Movimiento político cuyo fin es la implantación de un estado federal. Este consistía en una serie de unidades territoriales inferiores con amplios poderes legislativos y administrativos autónomos, bajo una institución central y soberana que se reserva, entre otros, la política exterior, la defensa y la organización económica. Surge como teoría política en el siglo XVIII, pero se consolida en el siglo XIX con amplia influencia en los sectores más izquierdistas del republicanismo y con grandes conexiones con el anarquismo. En España, su figura más representativa fue Pi y Margall. Aunque la ideología del federalismo sirvió de base al desarrollo del nacionalismo, su proximidad con las reivindicaciones del movimiento obrero alejó de ella a la burguesía nacionalista.
Es aquella forma de gobierno en la que partidos de diferentes ideologías, generalmente enfrentados en sus posturas políticas y sociales, deciden gobernar juntos ante la gravedad de la situación política de un país, arrinconando momentáneamente sus diferencias. Se recurrió a esta fórmula después de la Crisis de 1917, que agravó la situación política. La fragmentación de los partidos del turno impedía la existencia de mayorías parlamentarias, pero la división y debilidad de la oposición impedían articular y construir una alternativa al sistema de la Restauración. Los gobiernos de concentración integraban a los partidos dinásticos y a algunos políticos de la Asamblea de Parlamentarios y la Lliga Regionalista. El más relevante fue el Gobierno Nacional, presidido por Maura. Fracasaron y se volvió al turno de partidos.
Movimiento político carlista liderado por Jaime de Borbón (pretendiente carlista al trono de España, Jaime III). Mientras tenía lugar la Guerra de Melilla, Don Jaime dirigió un manifiesto a sus partidarios, en el que decía recoger la herencia de su padre y afirmaba que solo cuando España hubiese vencido al otro lado del Estrecho, se acordaría de «cumplir otros ineludibles deberes» que le imponía su nacimiento, además de denunciar el terrorismo anarquista. Durante el tiempo que duró su jefatura de la Comunión Tradicionalista, el carlismo se conocería como jaimismo.
Práctica o uso común que las fuerzas de seguridad (Guardia Civil y Carabineros) aplicaron para reprimir los movimientos anarquistas y huelguísticos en los años 20. Consistía en la detención de líderes obreros para su identificación y, pretextando que habían intentado huir, se les asesinaba. Esta práctica ilegal no era investigada por los jueces.
Aprobada por Alfonso XIII en 1906, por la que las críticas al ejército, al rey o a los símbolos del Estado (bandera e himno) eran juzgadas por tribunales militares en «juicios de guerra». Esta ley permitió a los militares convertirse en árbitros de la vida política y en un potente grupo de presión que controlaba todas las publicaciones y los discursos políticos.