Portada » Filosofía » Filosofía Kantiana: Juicios, Razón Pura y Fundamentos de la Moral
1. ¿Bajo qué término es acogido el modelo de ciencia, según el cual, esta es entendida como conocimiento absolutamente cierto? Apodíctico.
2. ¿Dentro de qué escuela racionalista se formó Kant? Leibniziana-wolffiana.
3. ¿A quiénes toma Kant como ejemplares en su intento de traer a la filosofía la certeza propia de la ciencia? Newton, Galileo, Kepler, entre otros.
4. ¿Bajo qué expresión se suele calificar la revolución que supuso Kant dentro del pensamiento? Revolución copernicana.
5. ¿Bajo qué concepto predicamos el racionalismo de Leibniz-Wolff al decir que pretende conocer verdades absolutas con el solo concurso de la razón? Dogmático.
6. Según el empirismo, si disponemos de conocimientos definitivos, ¿de dónde no los hemos podido extraer? De la experiencia y de los sentidos.
7. ¿Qué papel desempeña, según Kant, el empirismo? Crítico, negativo.
8. ¿Qué tarea se autoimpone Kant, qué tipo de síntesis busca, en su Crítica de la razón pura? Buscar una síntesis superadora de la insuficiencia de los momentos anteriores.
9. ¿En qué año fue publicada la Crítica de la razón pura? 1781.
10. ¿Cuál es la debilidad, según el diagnóstico que hace Kant, de la razón? Pretende conocer más allá de lo que realmente puede.
11. ¿Cuál es el asunto fundamental de la crítica kantiana? Conseguir una razón que se someta a sí misma a juicio.
12. ¿Entre qué dos conceptos traza fronteras la razón al delimitar lo que es capaz de conocer y lo que necesariamente habrá de escapársele? Cognoscible e incognoscible.
13. ¿Sobre qué parte de la filosofía tiene consecuencias directas el análisis de carácter gnoseológico que Kant pretende hacer en su Crítica de la razón pura? Sobre la ontología.
14. ¿Bajo qué forma lingüística se expresa o formula el conocimiento, según Kant? Bajo los juicios, enunciados o proposiciones.
15. Cita a algún positivista lógico que, aun en el siglo XX, defendiese su sistema filosófico como aquel que niega la existencia de juicios sintéticos a priori. Carnap.
16. ¿Cuáles son los predecesores de Kant? Empirismo y racionalismo.
17. ¿Por qué es dogmática la escuela leibniziana-wolffiana? Porque no somete a crítica la propia capacidad de conocer: la razón, incurriendo así en ilusiones y antinomias.
18. ¿Quién comparó los esfuerzos de Kant con alguien que quiere aprender a nadar sin tirarse al agua? Hegel.
La clasificación de los juicios surge como un intento de Kant de determinar cómo funciona la razón. Para empezar, hay que definir qué son los juicios: son enunciados que establecen una relación entre sujeto y predicado. Al mismo tiempo, hay que definir también qué son estos dos términos: el predicado es una explicación o atribución de propiedades a algo, y ese algo es el sujeto.
Según Kant, los juicios son productos de la razón y pueden ser verdaderos o falsos. Kant los clasifica según dos criterios complementarios:
Según este criterio, los juicios pueden ser:
Analíticos: En ellos, el predicado está contenido dentro del sujeto y no aporta información nueva; es decir, son vacíos. Son tautológicos porque siempre son verdaderos, ya que se derivan de la propia definición del sujeto; de lo contrario, no serían analíticos. Este tipo de juicios son necesarios en el inicio de las ciencias, pero luego se convierten en insuficientes, ya que no aportan más conocimiento. Algunos ejemplos de estos juicios son: “todos los cuerpos son extensos” o “todos los solteros son no casados”.
Sintéticos: Son aquellos en los que el predicado aporta nueva información. Estos juicios amplifican el conocimiento a través de la experiencia. Son los más usados por el ser humano, ya que son relativos a la experiencia, y posibilitan el avance del conocimiento. Algunos ejemplos de estos juicios son: “todos los cuerpos son pesados” y “el agua hierve a 100°”.
Según este criterio, los juicios pueden ser:
A priori: No se fundamentan en la experiencia, por lo que son dependientes de la razón pura. Son universales y necesarios y son característicos de los juicios analíticos. Un ejemplo de estos juicios es: “El todo es mayor que sus partes”.
A posteriori: Por el contrario, dependen de la experiencia; es decir, son empíricos. También son particulares y contingentes y nunca podrán fundamentar una idea universal por sí solos. Un ejemplo de este tipo de juicios es: “la piedra es pesada”.
Al combinar los dos criterios de la clasificación de Kant, el resultado es que existen cuatro combinaciones posibles:
Juicios analíticos a posteriori: No existen.
Juicios analíticos a priori: Todos los juicios analíticos son a priori, ya que no dependen de la experiencia. Son analíticos en virtud de su forma y son a priori en virtud de su universalidad. Estos son válidos si no pueden negarse. Un ejemplo de este tipo de juicios sería: “un triángulo tiene tres ángulos”.
Juicios sintéticos a posteriori: Su veracidad depende de la experiencia. Un ejemplo de este tipo de juicios sería: “la piedra es pesada”.
Juicios sintéticos a priori: Son sintéticos porque son de ampliación, es decir, nos proporcionan nueva información, y son a priori porque no se fundamentan en la experiencia y son universales y necesarios. No son posibles en la metafísica, pero sí en las matemáticas y en la parte racional de la física. Son los únicos que expresan conocimiento científico y son la esencia de la filosofía trascendental kantiana. Algunos de los ejemplos de este tipo de juicios son: “4+3=7” y “la línea recta es la distancia más corta entre dos puntos”.
Para Kant, la ley moral surge de la razón y posee una función práctica, que es la ética. Para conocerla, al ser humano le basta con apelar al tribunal de su propia razón, por lo que es automática; incluso un niño sabría dar respuestas éticamente acertadas a enunciados morales complejos correctamente formulados, lo que sugiere que también es innata.
Kant diferencia entre:
Las éticas materiales: En las que lo correcto tiene un fin personal, como el placer para Epicuro o la felicidad de Aristóteles.
Las éticas formales: En las que lo moralmente correcto beneficia a la humanidad, como por ejemplo la kantiana, la cual intenta desarrollar una ética universal válida para todos que busca lo correcto moralmente, sin buscar fines personales.
Para ello, Kant desarrolla el imperativo categórico, que es el elemento de la voluntad que debe ser nuestro criterio a la hora de decidir si algo es correcto. Nosotros debemos ser nuestros propios legisladores morales.
Kant también afirma que la ética debe ser:
Universal y Autónoma: Válida para todos, de valor universal, y que no puede estar supeditada a intereses particulares o se convertirá en heterónoma. El problema que ve Kant en las éticas materiales es que persiguen un fin concreto y subjetivo, convirtiéndose en algo empírico, condicional e hipotético, diferente en cada caso, por lo que pierde la universalidad categórica, la cual solo puede ser otorgada por una ética derivada de la razón pura.
Desinteresada: Para que una acción sea ética, debe darse por el deber, no por el interés. La universalidad es el criterio de obrar por deber: ¿querría que alguien en mi lugar hiciera lo mismo? Para Kant, hay que eliminar todo motor sentimental de la ética, lo cual genera un rigor excesivo. Según Kant, las acciones pueden ser:
Útil (indirectamente): La ética de Kant no promete felicidad alguna; en el mejor de los casos, la felicidad puede sobrevenir por añadidura si una persona actúa acorde con el deber. Hay una grandeza oculta bajo la moral autónoma kantiana: la búsqueda de la felicidad no puede construir una ética universal, pero la razón sí, ya que distingue lo que está bien de lo que no. Además, si todos actuáramos acorde con esta ética, la consecuencia no buscada sería una aproximación a la felicidad universal.