Portada » Lengua y literatura » Explorando la Literatura Española: Romanticismo, Realismo y Generación del 98
La poesía romántica, junto con el teatro, fue el género que mejor plasmó el espíritu romántico en la literatura. El artista era concebido como un semidiós que debía comunicar sus sentimientos al resto, y para ello era necesaria una libertad total.
Aunque a menudo el mismo poeta escribía en ambos moldes, como es el caso de José de Espronceda con La canción del pirata o El canto a Teresa. A Espronceda lo caracterizaron rasgos como el amor apasionado, la agitación política y una vida desordenada. En 1840, publicó un libro con todos sus poemas titulado Poesías.
También se combinaron historias con poemas, dando lugar a la «poesía narrativa», poemas larguísimos y detallados.
Otra gran tendencia fue la de Gustavo Adolfo Bécquer, cuya poesía se enfoca en las frustraciones de sus propios trabajos. Para ello, necesitaba un lenguaje impreciso y conciso, resultando en poemas breves. Según Bécquer, esa poesía debía ser «breve, seca y a de moverse». Él también escribió un libro al que llamó Rimas, publicado póstumamente en 1871. Estos poemas, aunque aparentan ser sencillos, son fruto de un riguroso trabajo en su arquitectura y depurada expresión.
El movimiento romántico fue una corriente cultural que se desarrolló en Europa en las últimas décadas del siglo XVIII. Afectó tanto al ámbito de las ideas políticas y filosóficas como a la producción artística. Nació como una reacción ante la sociedad y las ideas ilustradas, desarrollándose principalmente en Alemania, Inglaterra y Francia.
A España llegó tarde debido a la barrera cultural creada por Fernando VII. Tras su muerte, los exiliados regresaron, trayendo consigo otras culturas y pensamientos.
Existen dos formas de ver la naturaleza:
Benito Pérez Galdós nació en 1843 en Gran Canaria, aunque gran parte de su vida transcurrió en Madrid. Su prolífica obra incluye una gran cantidad de novelas, obras de teatro y artículos de prensa, todos ellos de gran calidad.
Uno de sus proyectos más ambiciosos fueron los Episodios Nacionales, 46 novelas cortas con las que trató de construir un gran mural del siglo XIX español, con narraciones ambientadas en sucesos históricos de la época.
Además, escribió tres novelas muy conocidas:
Leopoldo Alas «Clarín» desarrolló una destacada labor como crítico literario y es conocido, sobre todo, por su novela La Regenta. El argumento plantea el enfrentamiento del individuo con la sociedad.
Su protagonista, Ana Ozores, sufre una crisis debido a frustraciones personales como su infeliz matrimonio, la muerte de su madre o la imposibilidad de tener hijos. Es una persona influenciable que cree todo lo que le dicen los demás. Clarín construye esta obra con personajes complejísimos pero coherentes, que se van creando a sí mismos a lo largo de la narración.
Camilo José Cela es el autor de La familia de Pascual Duarte, publicada en 1943. La novela narra las confesiones autobiográficas de un preso que espera la ejecución de su condena a muerte. Incluye varias cartas que le otorgan verosimilitud histórica.
Cela la escribió con sumo cuidado para sortear la censura, siendo una crítica velada a la sociedad española bajo el franquismo. Rompe con la forma típica de la novela realista y con su tono optimista, adoptando un pesimismo existencial. Retrata la sociedad de manera indirecta para evitar la censura, incluyendo hechos históricos para el lector. En otra de sus obras, La colmena, experimentó con la fragmentación del argumento y la técnica del contrapunto.
Una de las novelas más famosas de Miguel Delibes es Cinco horas con Mario. Se trata de un largo monólogo de una mujer que vela el cadáver de su marido durante cinco horas. El verdadero protagonista es el difunto marido, y el lector va descubriendo más sobre Mario a través de las reflexiones de ella.
En cuanto al contenido, la obra es una crítica a la nueva burguesía surgida durante el franquismo, a la que se le atribuye un monopolio de la moral y que condena todo aquello que no comprende. Mario, por su parte, simboliza la apertura intelectual, la honestidad y la verdadera libertad.
Este texto pertenece al libro de Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer, publicado después de su muerte. Bécquer fue uno de los poetas más representativos del Romanticismo, con una poesía muy natural, breve y que sugiere más de lo que dice. Es más intimista en comparación con Espronceda, muy típico del Romanticismo, porque representaba muy bien la esencia del sufrimiento, el anhelo y la tristeza.
Este texto pertenece a la novela La Regenta, escrita por Leopoldo Alas «Clarín», obra que resume todo el realismo y se le considera una de las más representativas de la novela realista española. Se puede apreciar cómo los traumas de la niñez de la protagonista condicionan su personalidad, haciéndola muy influenciable.
El realismo se concentra más en lo problemático que en los momentos felices. El narrador es omnisciente y el uso del flashback es típico de esta corriente.
Este texto pertenece a Campos de Castilla de Antonio Machado, su libro más conocido. Machado es el poeta más destacado del Modernismo español y de la Generación del 98. Su obra evoluciona del simbolismo francés.
El texto refleja la preocupación de la Generación del 98, narrando cómo el poeta siente un pinchazo en el corazón mientras camina, y el paisaje comienza a transformarse en un entorno más oscuro y triste. Este enfoque es muy modernista, una corriente nacida en Francia que busca la belleza, el simbolismo y el parnasianismo.
Este texto de Pío Baroja, también de la Generación del 98, pertenece al libro La busca. Baroja es considerado el principal autor del 98. Su narrativa es impresionista, ya que describe cómo la gente pobre se reúne en un lugar donde hay ladrones y prostitutas, mostrando su interés por retratar los barrios bajos.