Portada » Lengua y literatura » Descifrando Nada de Carmen Laforet: Temas, Estilo y Personajes Clave de la Posguerra Española
Nada es una novela de tono existencial que refleja el desolado mundo de la posguerra española desde una perspectiva pesimista, en contraste con la mayoría de la narrativa de la época.
Los temas básicos que plantea la obra son variados y profundos:
Andrea, la protagonista, es la narradora en primera persona (una narradora-testigo que nos cuenta principalmente lo que observa), por lo que solo tenemos su perspectiva inicial. Sin embargo, la autora introduce otros puntos de vista en algunos episodios, como los capítulos XV y XX, que narran la visita al barrio chino por parte de Juan. Esta escena es presentada de forma dinámica y con escaso estilo poético, primero desde la perspectiva de Andrea y luego desde la de Gloria. Un recurso similar se repite en los capítulos XVI y XXI con una escena evocada por Iturdiaga y luego por Ena.
La acción transcurre durante el curso 1939-40, aunque se presentan algunas analepsis (retrocesos temporales o flashbacks) a través de los recuerdos de Andrea sobre sus estancias veraniegas en Barcelona, en casa de sus abuelos en la calle Aribau, antes de la guerra. Asimismo, algunos acontecimientos anticipados sugieren una escritura posterior a la estancia en Aribau (se recomienda revisar los capítulos V, X, XII, XVIII y XIX).
En cuanto al marco espacial, es concreto y reconocible: Barcelona. La obra comienza con la llegada de la protagonista a la ciudad y concluye con su partida. Casi toda la novela transcurre en espacios urbanos. En la obra, la diferencia entre los espacios interiores y los exteriores está muy marcada (se puede observar un ejemplo claro de tal contraste en el capítulo VI).
En muchas ocasiones, Andrea se refugia en su habitación después de la partida de Angustias, pero también lo hace en otro espacio de la casa. Se invita a identificar cuál es ese espacio y qué valor simbólico le proporciona Andrea, buscando ejemplos en los capítulos I y XXII que lo confirmen. También se sugiere reflexionar sobre qué representan los espacios exteriores para Andrea y quién le reprocha esa necesidad de pasar el máximo tiempo fuera de casa, recogiendo el pasaje que lo confirme en el capítulo V.
Los espacios exteriores de la novela se dividen en dos ámbitos sociológicos:
Se propone clasificar y ordenar esos lugares (capítulos IV, V, XII, XIII, entre otros).
Predomina la descripción, que se manifiesta de dos formas principales:
En los fragmentos narrativos, la narradora utiliza un lenguaje rico en recursos poéticos, cuya forma se ajusta muy bien al tema de la novela y se basa en una descripción cruda de la realidad desde una perspectiva intimista y sensible. Así, abundan las sinestesias, las personificaciones, las metáforas y las comparaciones. Ejemplos de estos recursos se encuentran en los capítulos: I, II, VI, XII, XVIII, XIX, XX, XXI y XXII.
A pesar de que la novela no posee una intriga central basada en el esquema tradicional lineal (inicio, nudo y desenlace), mantiene el interés del lector gracias a una serie de técnicas narrativas destinadas a crear una atmósfera de incertidumbre, como los pocos datos que conocemos de Andrea y, sobre todo, la elusión narrativa.