Portada » Historia » Alfonso XIII y el Golpe de Estado de 1923: La Controversia Histórica sobre la Implicación Real
El 13 de septiembre de 1923, el general Primo de Rivera lideró un golpe de Estado que puso fin al sistema canovista impuesto tras la Restauración. La implicación, o no, del monarca ha sido objeto de un intenso debate historiográfico, centrado en determinar si realmente Alfonso XIII estuvo implicado en el levantamiento o si fue un mero espectador de los acontecimientos.
Alfonso XIII era propenso a participar activamente en política. No ocultaba sus pensamientos, que evidenciaban un profundo desprecio hacia el sistema político que estaba instaurado. A la vista de lo que estaba ocurriendo en otros países de Europa, el monarca estaba cada vez más convencido de que la implantación de un régimen autoritario podía ser la solución a la crisis política que se vivía en esos momentos.
En agosto de 1923, el rey comentó con Antonio Maura la posibilidad de un gobierno militar, con constitución o sin ella (ya en julio había hablado de la posibilidad de una dictadura). Maura le aconsejó que no llevara a cabo esta propuesta, porque, de salir mal, sería el fin de la monarquía.
Ya en un polémico discurso que dio en 1921, en el Círculo de la Amistad de Córdoba, Alfonso XIII criticó duramente a los partidos del régimen y añadió que la única solución pasaba por disolver las Cortes y gobernar mediante una Junta de Defensa del Reino, eminentemente con el estamento militar a la cabeza.
La posibilidad de implicación de Alfonso XIII en el golpe de Primo de Rivera tiene dos posturas claramente enfrentadas. Por un lado, están los que eximen de responsabilidad al monarca (como Javier Tusell), y por otro, los que consideran que el monarca estuvo implicado en la trama golpista (como Ben-Ami).
Una vez expuestos algunos antecedentes, es el momento de examinar los argumentos que los historiadores que mantienen la no participación real esgrimen para sustentar sus hipótesis.
Javier Tusell se apoya en que, en el archivo privado de Primo de Rivera, no se encuentra ningún documento que implique al monarca; incluso niega que este tuviera simpatías hacia los golpistas. Para Tusell, los argumentos en contra del rey son inconsistentes. Se basa, para tal afirmación, en las manifestaciones que Alfonso XIII hizo a los embajadores de Francia y Gran Bretaña, en el sentido de que él desconocía que se estuviera planeando un golpe de Estado.
Por otra parte, el historiador Ben-Ami presenta varios argumentos condenatorios de la actuación real, de los que se reseñan algunos:
Estoy convencido de que Alfonso XIII participó en el golpe de Estado comandado por Primo de Rivera. Por tanto, me inclino más por la versión de Ben-Ami. A continuación, expondré algunos argumentos que refutan la postura de Javier Tusell sobre la no participación del rey en el golpe.
Su primera premisa (la ausencia de documentos) se podría refutar en el sentido de que, siendo algo que se está realizando en secreto y que, además, es ilegal, sería ilógico que se guardaran documentos que comprometieran la figura real.
En cuanto a su declaración ante el embajador francés y británico (diciendo que él no estaba enterado de los preparativos del golpe), ¿qué podía decir? Cuando las democracias occidentales estaban intentando frenar el ascenso del fascismo y el nazismo, el rey no podía reconocer que en España se estaba intentando implantar otro régimen totalitario.
Por último, la afirmación de Tusell de que Alfonso XIII no tenía simpatías por los golpistas, ¿cómo explica entonces sus manifestaciones de admiración y afecto por Primo de Rivera?
No voy a entrar en si fue posible parar el golpe, seguramente sí, pero de lo que no tengo duda es que Alfonso XIII no solo no hizo nada por evitarlo, sino que participó, por activa y por pasiva, en la elaboración del mismo. Baso mi teoría en varios puntos:
Podrían añadirse más argumentos, pero creo que con lo expuesto no queda atisbo de duda sobre la participación de Alfonso XIII en el golpe de Estado dirigido por el general Primo de Rivera.
Por último, cabe señalar que, debido a estos acontecimientos, las Cortes republicanas condenaron a Alfonso XIII por el delito de alta traición.
