Portada » Filosofía » Fundamentos de la Filosofía Griega: De los Presocráticos a la Teoría de las Ideas de Platón
La filosofía comienza en el siglo VI a.C. en Mileto, Grecia. Este momento crucial se denomina el paso del mito al logos. Los mitos son relatos que se utilizaban para dar una explicación a sucesos naturales, como los terremotos, el fuego, etc. El logos es la razón, lo que significa que gradualmente se transitó del relato mítico a la explicación racional.
El tema que le interesó para iniciar la filosofía fue la Physis (la naturaleza) y el cambio. Se preguntó por el cambio, la naturaleza y la muerte, sobre dónde van las cosas.
Tales responde diciendo que el cambio es posible si todo es la misma cosa (ej. hierba en cabra, cabra en lobo). A aquello que sería igual a todas las cosas y nos permite entender el cambio se le llama Arjé. Hoy significa «elemento», aquello elemental de lo que está hecho todo lo demás. Para él solo hay un Arjé, un solo elemento que engloba todo, y por eso el cambio no es más que una transformación. Según él, el Arjé es el Agua.
El tema que también le preocupa es la Physis y el cambio, y llega a la conclusión de que el Arjé era el Ápeiron, lo cual puede ser el infinito. Todo viene de lo ilimitado, del infinito o de lo indefinido. El Arjé no puede ser limitado, por eso no puede ser algo que cambie; es por esto que lo único que nos queda es el infinito. Todo esto es según la medida del tiempo. Lo que de verdad nunca desaparece es el Ápeiron.
El tema también es la Physis, y dentro de esta, el tema del cambio. Propone un Arjé que es el Aire. Es aquello que tiene alma y se mueve, y debido a que se mueve, significa que tiene vida. Se identifica el alma con el aire, ya que el último respiro de una persona es donde sale el aire, y se le relaciona con el alma.
Era el jefe de una «secta» mística, filosófica y política a la que se conocía como los Pitagóricos. Le da mucha importancia a las matemáticas e influye mucho en Platón. Para él, las matemáticas son cosas intelectuales, no materiales, las cuales están en todo, pero son invisibles. En el siglo XVII se dice que la naturaleza es un libro con lenguaje matemático. Pitágoras se planteó el tema de la Physis y para él, el Arjé son los Números, estableciendo una relación entre estos y el universo.
La afirmación más fuerte de él es que el cambio no existe. Su poema cuenta con:
En este camino se llega a tres conclusiones:
El segundo capítulo nos dice que el Ser no cambia ni se mueve. El cambio que se ve en el mundo es un espejismo o ilusión, y es aquí cuando caemos en la Doxa, es decir, las apariencias.
Él afirma que todo fluye, todo cambia y nada permanece: «Nadie se baña dos veces en un mismo río». El motor del cambio es la lucha de los contrarios (el día y la noche, la vida y la muerte). A pesar de ser una lucha, el resultado es una armonía, ya que si uno se impone sobre el otro habría caos. Esta armonía se debe a que está dominada por el Logos, que se encarga del orden. También pensaba que había un único Arjé, el cual era el Fuego, que tiene un eterno retorno.
Pensaba que no había un único Arjé, sino cuatro en total, que se conocen como los cuatro elementos: agua, fuego, tierra y aire. Esta idea duró hasta finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. Hasta entonces se creía que el mundo estaba hecho por estos cuatro, los cuales no cambian, sino que lo que cambia es la mezcla de estos, la mezcla de Arjé. Mezclados en diferentes proporciones dan un resultado diferente. Además, nos dice que el universo está gobernado por dos principios (fuerzas) que generan el cambio: el Amor y el Odio.
Él concluye que hay un número indefinido de Arjés. Los imagina como «semillas» muy pequeñas, tanto que son invisibles. Las cosas visibles están hechas por estas semillas. Pueden ser de cualquier tipo, y no cambian; lo único que cambian son las combinaciones de estas, donde dependiendo del objeto predominaban unas más que otras. Por ejemplo, el oro estaba hecho de diferentes semillas, pero las que predominaban eran las de oro y estas le daban esa apariencia al objeto. Anaxágoras pensaba que no había caos, ya que todo tiene un orden. La causa de este orden es un Nous, una «inteligencia».
Sostenían que todo está hecho de unas partículas pequeñas que son invisibles. Estas no tienen características o cualidades diferentes, excepto en figura y tamaño. Estas partículas son los átomos, siempre han sido y siempre serán; todo está hecho de átomos. Según ellos, hay un espacio vacío en el que están flotando, y lo que causa el cambio son las diferentes combinaciones de estos.
Un filósofo pluralista es aquel que defiende que hay más de un Arjé, como Empédocles, Anaxágoras o los atomistas. Por otra parte, un monista es un filósofo que defiende la existencia de un único Arjé.
En el siglo V a.C., en Atenas, se produjo un giro en el interés de la filosofía, conocido como Giro Antropológico. Cada vez se interesan menos por la Physis (naturaleza), y cada vez más por el ser humano, temas relacionados con la ética, la política y el «vivir bien». Fue protagonizado principalmente por los Sofistas.
Se les conoce como los maestros de la retórica (el arte de hablar bien). Son los grandes protagonistas en el giro antropológico. En Atenas solía haber una aristocracia, donde gobernaban los «mejores», como podían ser los mejores guerreros. Posteriormente apareció la democracia, donde todos los hombres tenían derechos. Luego se dieron cuenta de que lo que daba poder era hablar bien, el poder de la palabra, con el que se lograba convencer a la gente y conseguir cosas a favor propio (conseguir votar a un gobierno, etc.). Esto hizo que se priorizaran los estudios, y no se preocupaban por la justicia o el bien. Muchos sofistas eran relativistas.
El relativismo es una posición filosófica que niega las verdades absolutas y cree que el conocimiento es relativo y subjetivo, el cual está influenciado y depende de los sentidos de cada uno. Existen muchas verdades en función de elementos externos; no hay una verdad universal y absoluta, sino las necesarias en función del contexto (cultura, educación, etc.). Un ejemplo de sofista relativista es Protágoras, el mayor representante del relativismo. Su frase más famosa es: «El hombre es la medida de todas las cosas».
El escepticismo es la doctrina que asegura que la verdad no existe y que, en caso de que exista, el ser humano es incapaz de conocerla. No podemos llegar a conocer la verdad debido a que nuestras capacidades de conocer son limitadas.
Para ellos todo es Doxa. Un ejemplo de sofista escéptico es Gorgias, el cual afirma que nada existe y que el universo está en la nada, por lo que nosotros también.
El convencionalismo es la doctrina política y moral de los sofistas, íntimamente conectada con el relativismo y el escepticismo. Sostiene que las leyes de la ciencia no describen la estructura del mundo, sino que son convenciones útiles para predecir hechos observables.
Sócrates fue el maestro de Platón, y era contrario a los sofistas. Él defendía que hay Episteme (conocimiento verdadero) y que hay Doxa (opinión). Se vestía siempre igual y era apasionado de las discusiones. Una de las cosas que defendía era que no era importante el cuidado del cuerpo, sino del alma; para él, esto significaba ser una persona justa.
El método que aplicaba para encontrar la verdad es la Mayéutica, el cual es un interrogatorio donde, a base de preguntas, pretendía que el interlocutor llegara a una conclusión por sí mismo. Ese conocimiento que buscamos son definiciones; es aquí donde él cree que está la verdad. Esta obsesión con las definiciones y el conocimiento tiene que ver con su postura del Intelectualismo Moral, el cual nos dice que el mal es producido por la ignorancia, por lo que hay que combatirlo con la verdad (ej. el alcoholismo, usando el método socrático, haría que se llegara a conclusiones hacia la verdad y se dejara la ignorancia).
Atenas estaba en guerra con Esparta (431-404 a.C.), en la cual gana Esparta y pide eliminar la muralla y elegir el gobierno. Se formó un gobierno de atenienses con el visto bueno de Esparta: el Gobierno de los Treinta Tiranos. Era un gobierno dictatorial el cual implicaba a sus ciudadanos en sus actos, para así no ser los únicos culpables y que no se destruyese su gobierno.
En la época de las Guerras del Peloponeso, estamos en una etapa de decadencia de la democracia ateniense, percibida en una serie de hechos como el partidismo, donde dos partidos se odian entre sí y solo piensan en sus partidarios, no tienen en cuenta los intereses generales. Esto estaba unido a la corrupción y la demagogia, hoy en día llamada populismo, el cual consiste en aprovecharse de las masas diciendo lo que quieren oír para obtener votos. En todas estas circunstancias se pierde la guerra y matan a Sócrates.
Era ateniense de familia aristocrática, lo que influyó en que fuera antidemocrático. Quería ser escritor, pero gracias a que se cruza con Sócrates y fue su discípulo durante 8 años, decide dedicarse a la filosofía. Aunque también le hubiese gustado ser político, se mantiene al margen de los conflictos prefiriendo influir indirectamente en la política.
Realiza dos viajes:
Al volver a Atenas forma la Academia (considerada la primera universidad), cuyo principal objetivo era crear personas con conocimientos para que fueran los futuros gobernantes. En esta academia estudia Aristóteles.
La obra de Platón contiene 27 diálogos, y es considerada la primera gran obra filosófica. Estos diálogos se clasificaban de diferentes maneras, una de estas es mediante la teoría de las ideas, dividiéndolo en 4 etapas:
Esta teoría está en constante evolución y es la base de la filosofía de Platón.
Según los sofistas (mayoritariamente relativistas) solo podemos conocer mediante los sentidos. Estos nos muestran cosas diferentes a cada uno de nosotros, además de un mundo de constante cambio. Una cosa que continuamente deja de ser lo que es, es imposible conocerla, y nos quedamos en la Doxa. Pero los sofistas se equivocan, porque sí es posible la Episteme. La prueba está en las matemáticas, ya que en estas las cosas no cambian (ej. los ángulos de un triángulo siempre son iguales). Eso significa que las matemáticas no se pueden conocer mediante los sentidos, sino mediante la razón, y trabajamos con objetos ideales. Por lo tanto, la primera afirmación de la teoría de Platón es que no solo podemos conocer mediante los sentidos, sino también mediante la razón. Según esta teoría, hay dos mundos: el Dualismo Ontológico.
Las ideas son modelos; se les llama así porque parecen ser la perfección. El resto de las cosas intenta parecerse a estos modelos (ej. la persona que posa para el artista; el cuadro que se parece al modelo es un buen cuadro). También se les puede llamar moldes. Las ideas son como moldes eternos, lo que nos dice que en el mundo material hay cosas que se parecen ya que están hechas por un mismo molde.
Las ideas son el verdadero objeto de conocimiento, no cambian, son para siempre. Funcionan como criterios para distinguir el ser y no ser de las cosas (ej. tenemos que conocer la idea de justicia para saber si algo es justo o no). Las ideas son causa del mundo sensible; sin estas, nada sería lo que es, son el «molde».
Las ideas son esencias: aquello que hace que una cosa sea lo que es y no otra diferente. Ej. la esencia de un caballo es lo que lo distingue, todo aquello que hace que esa cosa sea un caballo (es un animal, un mamífero, un herbívoro, cuadrúpedo…). Esto es sinónimo de idea. Gracias a los conceptos mentales pensamos la esencia, pero no son lo mismo.
Las ideas NO son conceptos mentales; estos nos ayudan a conocer las ideas, pero viven en la mente humana, por lo que, si acabamos con todos los humanos, acabaríamos con los conceptos, pero no con las ideas. Platón dice que son subsistentes, existen independientemente de que nosotros las conozcamos o no.
Platón, al revisar los teoremas, cambia la idea suprema del Bien por la del Ser. Cuanto más cerca está del modelo, más es lo que es = es más bueno; mientras menos cerca está, es más malo.
En los diálogos de Platón, Sócrates no habla del Bien, sino de su «hijo», el Símil del Sol. Es una manera de explicar las cosas mediante la comparación por similitud. El Símil del Sol nos dice que el sol es en el mundo material lo que la Idea de Bien es en el mundo de las ideas. El sol es lo que ilumina el mundo terrenal, sin él no sabríamos nada; mientras que la Idea de Bien sería lo que ilumina el mundo del intelecto, sin la Idea de Bien no entenderíamos nada. El sol es lo que permite crecer a las plantas; el Bien es lo que hace posible las ideas. Esto permite distinguir el bien y el mal mediante la Episteme, no la Doxa.
Platón revisa sus teorías cuando Aristóteles estudiaba y plantea 3 problemas:
Defiende el dualismo antropológico: el ser humano está formado por dos partes: cuerpo y alma.
Platón explica el conflicto del alma mediante la Teoría Tripartita:
Platón habla de las virtudes como perfección, separando así el cuerpo y el alma. Existen 4 virtudes cardinales; si se cumplen, significa que somos perfectos:
Platón, en general, cree que el conocimiento ya estaba en nosotros, por lo que, para él, conocer es recordar. Se llama Teoría de la Reminiscencia y ocurre en el diálogo Menón, donde Sócrates practica la mayéutica a un esclavo sin estudios. Esta teoría se explica mediante el Símil del Carro Alado.
La relación entre estos puntos [antropología + psicología (teoría tripartita) + virtudes + teoría del conocimiento] nos aporta la teoría sobre los grados del conocimiento: el Símil de la Línea.
Los grados del conocimiento están relacionados con los grados del ser. Se llama así porque comienza: «Imagínate una línea, divídela por la mitad y vuélvela a dividir», y nos quedan 4 grados:
Su pensamiento es antidemócrata y está desarrollado en La República. Lo que resume la filosofía política de Platón es que el Estado ha de ser gobernado por personas justas. Es la crítica más antigua y repetida sobre la democracia. Utiliza dos metáforas.
El criterio para Platón en una sociedad ideal es la capacidad o aptitud de cada individuo, los cuales se quedarán en la clase para la que sean más aptos y que cumplan las características. Propone 3 clases:
Para Platón, la justicia es que cada uno haga lo que le corresponde. La justicia en el alma es la armonía en las tres partes del alma, por lo que la justicia en la Polis es que haya armonía entre las distintas partes que la componen (distintas clases).
El Símil de la Caverna es una representación del Símil de la Línea, es decir, representa los grados del conocimiento y explica el proceso de aprendizaje sobre el conocimiento de las cosas.
Representa el Dualismo Ontológico: la caverna es el Mundo Sensible (copia) y el exterior es el Mundo Inteligible (Ideas).
El ser humano está compuesto por dos partes, cuerpo y alma. Esto se relaciona con el Símil del Carro Alado, donde el alma está atrapada en un cuerpo (mundo de sombras) y el prisionero que sale es el alma liberada que va al mundo de las ideas. Cuando este regresa a la caverna, representa la reencarnación.
El prisionero que ha salido es el más sabio y el que ha de gobernar a los otros prisioneros, ya que este tiene el verdadero conocimiento (la tesis del Filósofo-Rey).
En un origen nos encontramos a un Demiurgo (artesano, en este caso divino) el cual es el encargado de organizar un material espacial e informe (sin forma, como el barro) llamado Chora, tomando como modelo las formas inteligibles (ideas eternas) y así produce las cosas sensibles.
