Portada » Filosofía » Filosofía Esencial: Sustancia, Conocimiento y Percepción en Aristóteles, Hume y Platón
Para Aristóteles, la sustancia es ante todo el sujeto, aquello que tiene un ser en sí mismo y no en otro. Por ejemplo, Juan sería una “sustancia” (el sujeto), a diferencia de “alto”, que es una cualidad o “accidente” de la sustancia, necesitando de ella para existir.
En su obra Metafísica, Aristóteles aborda la pregunta sobre el ser, resolviéndola en la cuestión de la sustancia: «¿Qué es el ser?» equivale a preguntarse «¿Qué es la sustancia?». Distingue dos tipos de sustancia:
Además, toda sustancia primera está compuesta de:
Las sustancias primeras (los individuos) son lo que son gracias a las “sustancias segundas o esencias”; por lo tanto, estas últimas constituyen la “realidad”. En conclusión, para Aristóteles, la verdadera “realidad” no es lo que se conoce por los sentidos, sino por la razón.
Hume sostiene que nada tenemos en la mente que no hayamos recibido a través de la experiencia (los sentidos). Nuestros contenidos mentales proceden siempre, directa o indirectamente, de la experiencia. El origen del conocimiento es, por tanto, la experiencia. A estos contenidos mentales, Hume los denomina percepciones, que pueden ser:
Para Hume, todo lo que podemos conocer debe derivarse de la experiencia. De este modo, una idea es verdadera si le corresponde una impresión, es decir, si procede de una impresión o de la experiencia. En caso contrario, será una idea falsa cuyo origen se encuentra en la imaginación.
Hume cuestiona la validez de la idea de sustancia, aplicando su criterio de verdad. Según este criterio, una idea es verdadera si le corresponde una impresión; de lo contrario, se considera falsa. Hume argumenta que no hay ninguna impresión que corresponda a la idea de sustancia, ya que esta idea no contiene nada sensible. Lo que vemos, oímos o tocamos son los accidentes de la sustancia, pero no la sustancia en sí. Y una idea a la que no le corresponde ninguna impresión es, según Hume, una idea falsa.
Ejemplo: Si en una mesa observamos su tamaño, altura, color, etc., según la idea de “sustancia” de Aristóteles, todo eso serían los “accidentes” de la sustancia. Si se eliminan, la sustancia permanece. Para Hume, sin embargo, si “eliminamos” esos accidentes, no nos queda “nada”; no vemos, tocamos ni tenemos impresión alguna de la “sustancia”. Por lo tanto, esta idea es pura abstracción. Esto nos lleva a la conclusión de que solo podemos conocer de la realidad aquello que percibimos por los sentidos: las “apariencias”.
La sensación se produce por la acción de un agente externo sobre un órgano sensorial y consiste en la excitación de las terminaciones nerviosas de un sentido corporal y la respuesta del cerebro a la misma. La sensación se produce a través de:
Un estímulo es una realidad exterior de naturaleza física con capacidad para excitar las terminaciones nerviosas de un órgano sensorial.
Es importante destacar que el umbral absoluto y el diferencial no son iguales en todos los seres vivos. Estas experiencias nos indican que los seres humanos no actuamos mecánicamente ante los estímulos del mundo exterior.
La fase fisiológica implica la actuación de los sentidos corporales, clasificados por Sherrington en:
La percepción es un conocimiento sensitivo complejo. Podemos definirla como el “procesamiento” de los datos sensoriales, atribuyéndoles un significado. En este proceso intervienen factores innatos (los llamados elementos configuradores), adquiridos (conceptos y símbolos), subjetivos (interés, motivación) y culturales.
Para que la percepción sea posible, es necesario que intervengan las sensaciones y la organización (estructuración) de las mismas. En la organización de las sensaciones intervienen las siguientes estructuras mentales:
Platón intenta responder a la pregunta fundamental de la metafísica: «¿Qué es la realidad?». Su solución se articula a través de su Teoría de las Ideas. En ella, propone una concepción dualista de la realidad, considerando que esta se compone de dos tipos de realidades:
Las Ideas, del griego eidos (que significa forma, aspecto o semblante), no son simplemente conceptos o representaciones mentales (como sugiere el significado actual de «idea»), sino que son realidades que existen con independencia de las cosas.
Las cosas del mundo sensible, en contraste con las Ideas, son múltiples, materiales, sometidas a un flujo de cambios permanente, perecederas, poseen menos realidad y son captables por los sentidos.
La relación entre el Mundo Sensible y el Mundo Inteligible es descrita por Platón con los términos de participación (méthexis) o imitación (mímesis). Las cosas sensibles son como son porque imitan o participan de las Ideas.