Portada » Filosofía » Evolución del Pensamiento y Métodos Científicos a Través de la Historia
La Antigüedad se sitúa desde el siglo X a. C. hasta el siglo X d. C., un periodo caracterizado por el esclavismo. El primer discurso predominante en el mundo fue el discurso mítico-religioso, basado en la fe, la creencia y lo metafísico, entre otros aspectos. Este discurso prevaleció porque el ser humano buscaba sobrevivir en el mundo, y la única forma de lograrlo era colectivamente, desarrollando una capacidad de lenguaje y transmitiendo estrategias de generación en generación. El primer discurso explicativo del mundo tendía a unir a las personas. La palabra «religión» proviene de «religar», que significa unir. La forma de gobierno era teocrática. Este discurso no se discutía, ya que se relacionaba con culturas orales; comenzó a disolverse con la aparición de la escritura.
Otro discurso que encontramos en la Antigüedad es la filosofía, que se basa en la razón y la metafísica, entre otros principios. Aparece en Grecia, con la invención de la escritura. Su punto de partida es la apariencia, que se diferencia de la esencia. La escritura abstracta nos remite a conceptos. Con ella, surge la forma de gobierno democrática, basada en la razón. (La escritura se basa en sonidos).
El fin de la República Romana marcó el declive de la filosofía, ya que regresó la monarquía y el poder del monarca se determinaba por designio divino. El Imperio Romano, al expandirse demasiado, finalmente cayó, poniendo fin a la Antigüedad.
La caída del Imperio Romano provocó una fragmentación generalizada y el surgimiento de los señores feudales, quienes gobernaban sus feudos. El poder del señor feudal era determinado por designio divino, pero la filosofía fue absorbida por santos y clérigos a través de la escritura. Así, el discurso que comenzó a predominar fue el discurso religioso-filosófico, basado en la fe, la creencia, la razón y la metafísica. La religiosidad empezó a transformarse con los escritos de Aristóteles, por ejemplo. Esto se relaciona con el hecho de que la filosofía planteaba preguntas que el discurso religioso respondía. Se estableció un punto de discurso axiomático (la articulación de la religiosidad con la filosofía), que partía de premisas que no se ponían en discusión, conocidas como axiomas o dogmas.
Después de las Cruzadas, en el siglo XI, la población comenzó a aumentar, lo que dio inicio a las migraciones. La gente se desplazaba hacia los límites del feudo, a la ciudad, lo que provocó que los señores feudales empezaran a perder poder. Se crearon las ciudades medievales, los Burgos; la gente comenzó a depender de sí misma, dando origen a los gremios. Aparecieron los excedentes y se inició el comercio. El burgués dejó de depender del señor feudal y, cuando estos reclamaban impuestos, los Burgos se negaban a pagarlos.
En 1400, un discurso que reformuló el discurso religioso-filosófico fue la Reforma Protestante, liderada por Calvino, quien sostenía que el trabajo y el comercio generaban un acercamiento a Dios. Esta reforma reivindicó las prácticas tradicionales burguesas. Noventa y dos años después, se descubrió América, lo que contribuyó a la ruptura del orden ecuménico, ya que negaba la creencia de la Iglesia de que el mundo era plano.
En 1500, se produjo la segunda ruptura del discurso religioso con el Renacimiento, un discurso racional, consecuencia del mundo burgués y del desarrollo de la imprenta, que fomentó el poder de la reflexión. Con el Renacimiento, apareció la perspectiva, que cambió la forma en que el hombre veía el mundo, y reapareció la filosofía.
En 1600, comenzó la Revolución Británica. El mundo burgués siguió creciendo y el poder económico feudal decreció. Los feudales, para no perder completamente su poder, decidieron casar a sus hijas con burgueses o vender sus títulos de nobleza. Los burgueses comenzaron a reclamar poder político. La Revolución Británica se inició con un pacto entre burgueses y feudales. El monarca perdió todo tipo de poder. Surgió la filosofía empirista británica y se desplazó el poder de Dios. En paralelo, volvió a predominar en el mundo el discurso de la filosofía iluminista, con filósofos como Descartes, Rousseau, Voltaire y Montesquieu, entre otros. Se llamó así en referencia al movimiento de luces que se opuso al «oscurantismo» medieval.
Años antes de que comenzara la Revolución Francesa, en 1750, se inició la Revolución Industrial, que generó la ruptura del feudalismo para dar paso a un desarrollo capitalista. En 1776, Estados Unidos se independizó y formó el primer gobierno republicano, lo que contribuyó a la caída de la monarquía.
En 1700, con el inicio de la Revolución Francesa, reapareció un tipo de filosofía que empezó a mostrar racionalmente la existencia de Dios. Se creó el movimiento racionalista. Los motivos de la Revolución Francesa fueron los mismos que los de la británica: los burgueses querían poder político, la monarquía se negaba y estalló la revolución. En Francia, se celebró una asamblea donde triunfó la izquierda, que abogaba por la abolición de la monarquía. Cuando triunfaron, la monarquía se unió con la derecha y organizaron la contrarrevolución. La izquierda se unió con los campesinos, quienes odiaban a los nobles. Lograron aplastar la contrarrevolución y ejecutaron a todos los de derecha. Esto marcó el fin de la Edad Media, con la caída de la monarquía impulsada por las revoluciones Francesa, Estadounidense e Industrial.
La Modernidad dio comienzo al capitalismo y la democracia. La expansión masiva del comercio generó una mayor alfabetización. El discurso predominante, al principio de la modernidad, fue la filosofía idealista o interpretativa, basada en la razón y la metafísica. Otro de los discursos que aparecieron, haciendo un balance negativo de la Revolución Francesa, fue la filosofía positivista o positivismo, que criticaba las ideas de Rousseau, defendía la razón y criticaba la metafísica, basándose en los hechos observables. Se sentaron las bases del pensamiento científico. Esta corriente igualó la esencia y la apariencia, eliminando la existencia de la esencia. La apariencia es lo que se ve y lo que tiene valor.
En la segunda etapa de la modernidad, en el siglo XIX, el positivismo evolucionó hacia el empirismo, que se basa en el método empírico. Se pasó al campo científico, a través de métodos observables. No existe la metafísica, lo que marca una gran diferencia entre la ciencia y la filosofía. En el empirismo, la base empírica es el fundamento de la teoría.
Aparece otra corriente en el campo científico que deriva de la filosofía idealista: el materialismo, que cree en el método interpretativo o hermenéutico. Para esta corriente, lo real está más allá de lo que podemos observar; la teoría tiene más peso que la base empírica.
Iluminismo sofisticado. Es el primer discurso basado en la razón, aunque mantiene la metafísica. Representantes: Kant y Hegel. La frase «Pienso, luego existo» es iluminista y sugiere que a partir de la razón se puede demostrar la existencia de Dios.
Apariencia ≠ Esencia (real). La apariencia se basa en la observación, mientras que la esencia se basa en la razón.
Se basa en la razón, la crítica y la metafísica. Luego, desplaza la metafísica para basarse en la física, en los hechos observables.
Intenta construir una filosofía racional.
La apariencia y la esencia son iguales. Representantes: Comte y Saint-Simon.
El pensamiento es abstracto, pero el habla es concreta.
En el siglo XIX, surge la Ciencia. No hay metafísica; se sientan las bases del discurso científico.
Diferencia entre ciencia y positivismo: la ciencia establece un sujeto.
La psicología aparece a principios del siglo XIX. En la Edad Media, la física y la química eran de las ciencias naturales más exitosas y fueron antecedentes del campo científico. Newton empleaba el método empírico y era un físico muy exitoso.
Dado que el objeto de estudio de la psicología es la psique y no se lograba definir si era metafísico o de dónde provenía, se transformó en algo observable a partir de la observación de conductas. Así se creó la Psicología Conductista con Watson (Reino Unido) y Skinner (Estados Unidos) como los primeros psicólogos conductistas. A partir de la observación regular de conductas (base empírica), se trabajaba sobre tipos de personalidad y sobre patologías psíquicas (teoría). Los conductistas explican la conducta según el contexto (observable), afirmando que uno se habitúa al contexto en el que se cría o vive y actuará como reflejo de ese contexto. Esto explica la base empírica.
La psicología conductista está relacionada con la medicina, que se basa en la observación de síntomas para construir enfermedades, pero con la diferencia de que la psicología desarrolla patologías psíquicas, no físicas.
Freud era un médico al que un día se le presentó una paciente con síntomas como pérdida momentánea de la vista, desmayos, etc. Él le mandó a hacer varios análisis y no encontró nada. Cuando a esta paciente se le murió el padre, todos sus síntomas desaparecieron. Un día, Freud, conversando con ella, descubrió que le molestaba tener que cuidar de su padre, pero lo hacía porque, por tradición social, la hija debía ocuparse. Con esto, Freud llegó a la conclusión de que cuidar a su padre no era su deseo, sino que lo hacía por una represión social (inconsciente).
Desarrolló la Teoría del Inconsciente: la relación entre deseo y represión. El deseo es inherente al ser humano y choca contra los deseos de los demás, lo cual genera su represión. Todos tenemos deseos, pero estos están limitados por la sociedad/cultura, que genera las normativas y nos hace funcionar como personas «normales», mediadas por la represión. Sin represión no hay sociedad, y sin sociedad no hay supervivencia.
El deseo y la represión no se ven, pero se sienten en el cuerpo, donde se aloja el inconsciente, el cual no es metafísico, y el deseo y la represión tampoco lo son. Para Freud, no hay estado de naturaleza porque el ser humano es un ser social y cultural, lo que implica que el inconsciente y la represión existen desde el principio de los tiempos.
Freud y Lacan hacen una distinción entre conductas conscientes e inconscientes (base empírica), la cual el método empírico no puede hacer, ya que para ellos la conducta es por contexto y siempre será así; no hay idea de deseo y represión. Freud llega a esta distinción a través de la teoría del inconsciente; sin ella, no podría haberlo hecho.
Para el psicoanálisis, es más importante lo que no se dice que lo que se dice, porque lo que no se dice es lo reprimido (el deseo).
El inconsciente se manifiesta en los sueños y en el acto fallido (querer decir algo y decir otra cosa). En ambos casos, es el deseo mediado por la represión.
La economía estudia los procesos de satisfacción de necesidades humanas y se basa en la premisa de que vivimos en un mundo con escasez.
Adam Smith fue el primero en desarrollar una teoría científica en el campo de la economía, basándose en la Revolución Industrial, durante la cual las necesidades se satisfacían mediante los productos vendidos en el mercado. Todo lo que uno necesitaba para satisfacer sus necesidades se vendía en el mercado como un producto/mercancía y estaba regido por una ley natural de oferta y demanda.
Adam Smith observa que los productores concurren al mercado como iguales y luego la ley natural de oferta y demanda los desiguala, porque algunos ganan y otros pierden.
Para que todos tuvieran igualdad de oportunidades al llegar al mercado, la educación debía ser pública.
Cuando Marx observa lo que sucede en el mercado, critica lo que dice Smith y desarrolla otra teoría, incorporando en ella la historia. Llega a la conclusión de que la desigualdad es previa a la llegada al mercado. A esta conclusión llega mediante una interpretación de la historia: la historia no se ve porque ya pasó, pero tiene un efecto en la actualidad. Marx emplea un método histórico para demostrar que, en el paso del feudalismo al capitalismo, unos llegan con herramientas de producción y otros sin ellas (desiguales). Estos últimos se venden como herramientas de trabajo. Marx y Engels plantean que el capitalismo es un sistema de explotación.
El método que utilicemos nos conduce a conclusiones y teorías diferentes. Las dos corrientes (empirismo y materialismo) afirman poseer la verdad, basándose en un criterio de verdad objetiva (100% de verdad y certeza). Esto provoca que se enfrenten en la discusión sobre cuál teoría explica mejor el funcionamiento del mundo. Los empiristas sostienen tener la razón porque los hechos observables no pueden ser falsos, y los materialistas porque la verdad siempre supone la capacidad de observación e interpretación que tenga el sujeto. Ambos intentan mostrar los puntos débiles del otro:
Los materialistas argumentan que una serie de observaciones no conduce a una verdad absoluta, sino a una probable, lo que tensiona el método empírico.
Por ejemplo: Si se observa un millón de patos blancos, no significa que todos los patos del mundo sean blancos.
Freud intenta buscar leyes del inconsciente (leyes inmutables). Los empiristas dicen que no se puede desarrollar una ley inmutable (verdad absoluta) basándose en conductas tan variables como las humanas.
Por ejemplo: Acusan a Freud de no ser científico porque el inconsciente no es observable y le critican lo anterior.
La crítica al criterio de verdad objetiva de ambas corrientes nos lleva a una crisis del criterio de verdad absoluta. Para resolver esta crisis, aparece el relativismo o la relatividad, que postula que existen tantas verdades o culturas en el mundo. No existe la verdad absoluta en ninguno de los métodos. Lévi-Strauss pone en duda que en otras culturas no haya un ideal de progreso; demuestra que todas las culturas tienen los mismos rasgos. Cada cultura debe ser analizada sobre su propia base. Así, aparece el criterio de que la verdad es subjetiva. Esto genera una crisis en la ciencia, porque si afirmamos que la ciencia es igual al mito, por ejemplo, cualquier cosa sin fundamento que dijera cualquiera sería ciencia. Esto causa la pérdida del juicio de valor, es decir, la pérdida de la posibilidad de discusión y de generalizar. Esto lleva a una recomposición de científicos, mediante un acuerdo entre sujetos, que es la base de las:
Son ciencias porque se asemejan a las naturales, tratando de abarcar la base empírica; si el discurso no es demostrable, no forma parte del campo científico. Comienzan a desarrollar un método propio, el «método hermenéutico o interpretativo», que se encarga de estudiar documentos y textos. Son ciencias blandas, porque los hechos de la historia no son idénticos a otros y la predicción puede fallar. Representa el método interpretativo.
Predomina el método empírico, pero también se utiliza el método interpretativo.
El materialismo y el empirismo se basan en este criterio, por lo tanto, suponen una idea 100% verdadera para demostrar que la ciencia es mejor que la filosofía o la religión. Este criterio y la confrontación de las corrientes llevan a una crisis de este criterio.
Planteo a partir de un razonamiento inductivo, es decir, se basa en la inducción y la observación. Va de lo individual a lo general. Ejemplo: Si se ve un pato blanco, y luego 100 patos blancos, se «demuestra» que todos los patos son blancos. Esto es erróneo, refuta la verdad absoluta y cuestiona la objetividad del empirismo, resultando en una crisis de la objetividad.
Marx dice que la revolución ocurre donde hay capitalismo, pero justamente se da en Rusia, país comunista, y no en Gran Bretaña o EE. UU., que son potencias capitalistas.
Freud postula una ley sobre cómo es cada persona, pero la objetividad se cuestiona porque nadie es igual a otro y no puede existir una ley que diga cómo son o se comportan las personas.
Estos ejemplos demuestran que no hay objetividad absoluta en la ciencia, sino que es relativa.
Surge para resolver la crisis, afirmando que hay tantas verdades como personas o culturas en el mundo. No existe la verdad absoluta en ninguno de los métodos. Lévi-Strauss dice que hay explicaciones del mundo correctas, pero dependiendo de quién lo mire o interprete. Así, aparece el criterio de que la verdad es subjetiva.