Portada » Lengua y literatura » Literatura Española: Ilustración y Romanticismo (Siglos XVIII y XIX)
El Romanticismo es un movimiento cultural nacido en Alemania e Inglaterra que defiende la libertad del artista y la importancia de la fantasía frente a la exaltación de la razón, propia de la cultura dieciochesca.
El inicio del siglo XIX se caracteriza por las tensiones sociales y políticas en los países europeos tras la Revolución Francesa. Hubo enfrentamientos de origen ideológico entre liberales y absolutistas que trajeron consigo grandes cambios sociales, económicos y políticos. También comienza la Revolución Industrial, Napoleón es derrotado y se crea la Santa Alianza.
En el caso de España, el siglo XIX comienza con la Guerra de la Independencia, se firma la primera Constitución, estalla la Guerra Carlista, se impone una monarquía absolutista y, años más tarde, Isabel II se proclama reina.
Fue la forma literaria más cultivada por los escritores al principio del siglo XIX. Presenta numerosos temas, entre los que sobresalen:
La poesía romántica se caracteriza por la imposición de la polimetría y por su afán innovador. Es una poesía retórica y efectivista en la que predomina el estilo grandilocuente, caracterizado por su retoricismo, su tono hiperbólico, su intensa expresividad, el uso de términos exóticos y arcaísmos, y por la presencia de imágenes recurrentes.
El autor que más destaca en la poesía romántica es José de Espronceda, quien escribió tanto poesía lírica (Canto de Teresa) como narrativa (El diablo).
Los autores principales de esta poesía son Gustavo Adolfo Bécquer y Rosalía de Castro. Ellos marcaron el primer paso hacia la poesía contemporánea española.
Su poesía está recogida en sus Rimas, que se publicaron en 1871. Estas rimas se clasifican en cuatro grandes grupos en función del tema que tratan. Este autor se caracteriza por:
Cultivó la poesía en gallego y en castellano. En sus poemas (como En las orillas del Sar) destacan los siguientes temas:
Este género fue poco cultivado durante el Romanticismo español. Dentro de la prosa española hay dos subgéneros principales:
Se divide en novelas históricas y en novelas breves, destacando aquí El señor de Bembibre, de Enrique Gil y Carrasco, y las Leyendas, de Bécquer. Estas últimas tienen:
Se subdivide en:
El subgénero más destacado es el drama romántico. Sus rasgos son:
Los principales autores del teatro del siglo XIX son Ángel de Saavedra con su obra Don Álvaro o la fuerza del sino y José Zorrilla, con su obra Don Juan Tenorio, que es la versión romántica de Don Juan. La obra Traidor, inconfeso y mártir de este autor (1849) supondría el fin de este subgénero del teatro romanticista.
La Ilustración es el movimiento que asentó las bases ideológicas de la nueva sociedad dieciochesca. Nació en Francia y se considera la razón como vehículo principal para entender, mejorar y reformar la realidad.
Durante este siglo (XVIII) tuvieron lugar importantes cambios sociales y culturales que influyeron en el comienzo de la Revolución Francesa. Fue una época de altas tensiones políticas debido, entre otras cosas, al ascenso de la burguesía en Europa. En España, en este siglo los Borbones llegaron al trono y se pusieron en marcha diversas reformas para intentar modernizar y europeizar el país. También destaca en este siglo la famosa Guerra de Sucesión y la firma del Tratado de Utrecht.
Las tendencias literarias en la literatura española de este siglo son el Rococó, el Neoclasicismo y el Prerromanticismo.
Es una corriente de estilo ornamental y galante que se caracteriza además por su profusión de los detalles y por sus elementos figurativos. En estos poemas predomina la musicalidad y lo sensorial, además del uso de diminutivos y de alusiones a la belleza de la mujer.
Es un movimiento que nace del espíritu ilustrado y que defiende una literatura basada en las reglas clásicas. En esta literatura se busca la verosimilitud, la naturalidad y el didactismo. Además, el Neoclasicismo tuvo una gran repercusión en los géneros del ensayo, el teatro y la poesía.
Es una tendencia que recoge muchos rasgos de la Ilustración a la vez que resalta lo emocional.
La prosa ilustrada se divide en prosa de ficción y en prosa de ideas.
Tuvo escaso cultivo. Destacaron Diego Torres Villarroel con su obra La vida y Padre Isla con Fray Gerundio de Campazas.
Se produce un auge del ensayo como género literario, caracterizado por su brevedad. Los autores que más destacan son:
En el teatro ilustrado se distinguen el Neoclasicismo y el Prerromántico.
Se caracteriza por el decoro verbal, el didactismo, la verosimilitud, el respeto de las tres unidades y la separación de géneros entre tragedia y comedia. Destaca Leandro Fernández de Moratín con sus obras El café y El sí de las niñas, donde hace una severa crítica a la educación y defiende el diálogo y la honestidad.
Se cultiva la comedia lacrimosa, que combina las pasiones exaltadas y los temas sociales. El autor que más destaca es Gaspar Melchor de Jovellanos con su obra El delincuente honrado.
