Portada » Lengua y literatura » Literatura Española bajo el Franquismo: Un Recorrido por las Décadas (1940-1975)
El arte no pudo dejar de lado la dura realidad que se había vivido y que seguía presente (las secuelas de la guerra aún se notaban, existía la amenaza de la bomba atómica, etc.). Así, de esa relación con la realidad, surgieron dos tipos de arte:
Durante la dictadura de casi 40 años:
1975: Muerte del dictador Franco y comienzo de la monarquía de Juan Carlos I.
Muchos escritores se vieron obligados a exiliarse de España al comienzo de la Guerra Civil y la dictadura de Franco, ya que su vida peligraba si permanecían en el país. Los destinos fueron variados: Francia, Estados Unidos, países de Sudamérica (México, Argentina, etc.), Reino Unido, Rusia…
Se exiliaron autores de todos los géneros literarios: poetas, novelistas y dramaturgos. La literatura publicada en España durante la dictadura no incluía a los autores exiliados (Ernestina de Champourcín, Antonio Machado, Rafael Alberti, María Teresa León, Luis Cernuda…). En poesía y novela, el tema principal fue España, recordando la lucha por la libertad y sus ideales políticos. Se mostraron nostálgicos al evocar los paisajes españoles, con el deseo de regresar.
En el teatro, la renovación iniciada por Valle-Inclán y García Lorca en España se interrumpió con la guerra, debido a la muerte de algunos dramaturgos, la censura y los cambios en los ideales del público.
Los poetas continuaron la rehumanización iniciada por los autores de la Generación del 27. Surgieron dos corrientes, según la afinidad del autor con las ideas del régimen franquista:
Refleja una visión del mundo positiva. Los poetas eran afines a Franco y cantaban al sentimiento religioso, al amor, etc. Autores importantes incluyen a Luis Rosales y Leopoldo Panero.
Refleja un mundo caótico lleno de dolor y angustia (hambre, soledad, injusticias…). Si abordan la religión, lo hacen con un tono de duda y desesperanza. La obra más importante de este periodo es Hijos de la ira de Dámaso Alonso. Otros autores relevantes son Ángela Figuera.
En esta época, el teatro buscaba la evasión de la realidad, dirigido a un público burgués que deseaba divertirse. Se desarrollaron dos tipos principales:
Ambientada en lugares interiores refinados. Aborda temas como el adulterio y el matrimonio, con la intención de moralizar y educar en ciertos valores. Su autor más destacado es Jacinto Benavente.
Se basa en situaciones absurdas y, en su momento, no siempre fue bien recibido por el público. Destacan dos autores muy importantes:
En su teatro abunda lo inverosímil y lo absurdo, la deshumanización de los personajes y una comicidad basada en el lenguaje (chistes, juegos de palabras, errores…). Dos de sus obras son Eloísa está debajo de un almendro y Cuatro corazones con freno y marcha atrás.
Rechaza las convenciones sociales por considerarlas asfixiantes. Su humor es ilógico y también utiliza errores del lenguaje para provocar la risa. Su obra más importante, Tres sombreros de copa, no fue bien recibida por el público de la época.
Surge la novela existencial: una perspectiva realista que refleja la amargura y la incertidumbre de la sociedad. Trata temas como la falta de esperanza o la muerte. Los personajes son marginales, angustiados, que no se adaptan bien a la sociedad. Destacaron dos novelas muy importantes:
Con ella comienza el tremendismo, una forma de escribir que refleja la parte más dura y sórdida de la existencia humana. Pascual Duarte, condenado a muerte, intenta explicar sus crímenes como consecuencia de la herencia genética y del medio social.
Los sueños de la joven Andrea, recién llegada a Barcelona, se desvanecen en el ambiente asfixiante y mezquino que la rodea.
Es una poesía comprometida que denuncia las injusticias de la posguerra. Autores como Gabriel Celaya y Blas de Otero son pioneros en esta corriente. Los poetas dejan de centrarse en su propio dolor para abordar el de los demás, utilizando su poesía como un instrumento de lucha y concienciación social.
Antonio Buero Vallejo, con su obra Historia de una escalera, inaugura un teatro preocupado que lleva al escenario problemas existenciales. Es un teatro realista y social que busca reflejar las injusticias sociales (la esclavitud del trabajador, la falta de libertad…). Su objetivo es que las personas alcancen la felicidad y la libertad, y que las heridas emocionales se curen a través de la reflexión sobre la guerra y la dictadura.
Los autores denuncian la situación de injusticia y precariedad de la sociedad, expresando su deseo de cambios sociales. Surge la novela social, con las siguientes características:
La obra cumbre de este momento es La colmena, de Camilo José Cela, aunque también destacan otras como las de Carmen Martín Gaite.
La llamada Generación del 50 (denominada así porque los autores que comenzaron a escribir en los 50 alcanzan su madurez en los 60) marca esta etapa. Los poetas regresan a su propia intimidad: nostalgia por la infancia, la familia, la amistad, la vida cotidiana. También profundizan en los problemas existenciales. Suelen emplear un lenguaje sencillo y cálido. Autores importantes son Jaime Gil de Biedma, Ángel González y Claudio Rodríguez.
Gracias a la apertura hacia Europa, llegan nuevas ideas para el teatro, lo que impulsa la experimentación y el surgimiento de un nuevo teatro. Este aborda la falta de libertad y las injusticias de una manera simbólica, no realista. También aparecen los grupos de teatro independiente, que buscan la experimentación y la profesionalización sin fines comerciales, como Els Joglars y Los Goliardos.
La novela se renueva completamente gracias a la influencia de autores europeos y al impacto de la narrativa hispanoamericana del momento. La obra Tiempo de silencio de Luis Martín Santos abre el camino a la novela experimental. Algunas características de este nuevo tipo de novelas son: