Portada » Lengua y literatura » La Novela Española en la Segunda Mitad del Siglo XX: Corrientes y Autores
La novela partidaria del régimen vencedor es muy propagandística. Destacan Las checas de Madrid, de Jesús Borrás, y La fiel infantería, de Rafael García Serrano. Está vinculada a la poesía arraigada.
Se compara con la poesía desarraigada de Dámaso Alonso. Trata los temas de la muerte, la vida y los conflictos internos como testigos de la guerra y derrotados. No hay acción, no importa tanto la historia, sino que valoran más sus pensamientos. Destacan La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela; Nada, de Carmen Laforet; y La sombra del ciprés es alargada, de Miguel Delibes. Son las obras que dan inicio a la corriente existencialista.
Ganó el Nobel en 1989. Su primera etapa fue de libros de viaje, en la que destaca Viaje a la Alcarria.
Su segunda etapa fue existencialista; destaca La Familia de Pascual Duarte, que trata la historia de un niño y de cómo después de la guerra acaba en la cárcel.
Su tercera etapa fue realista y social; destaca La colmena, que refleja la sociedad de Madrid en los años 40 y utiliza técnicas narrativas muy novedosas, como el cruce de diferentes historias al mismo tiempo.
Tiene una cuarta etapa experimental y renovadora; destacan Mazorca para dos muertos y Madera de boj, donde juega con el narrador.
Primera etapa existencial, donde destaca La sombra del ciprés es alargada.
Segunda etapa: la del drama rural, donde destacan El camino y Los santos inocentes; y la urbana, donde destacan Cinco horas con Mario y El príncipe destronado.
Primera etapa propagandística o de posguerra, donde destaca Javier Mariño.
Segunda etapa existencial: Los gozos y las sombras, que trata sobre su Galicia natal y los efectos de la guerra.
Tercera etapa experimental, donde destaca La saga/fuga de J.B. Experimenta con los narradores, el espacio y el tiempo.
Su última etapa fue de humor y sátira; destaca Crónica del rey pasmado. También destaca una falsa autobiografía llamada Filomeno, a mi pesar.
Se corresponde con la poesía social de los años 50. Los autores habían vivido la guerra como niños, así que sus novelas tratan de reflejar de forma objetiva la realidad de la posguerra.
A diferencia del conflicto interior de la novela existencialista, la novela social se centra en el conflicto de la sociedad del momento, especialmente en la clase obrera. Ambientadas en lugares rurales o urbanos, se aprecia una intención de compromiso y denuncia. Además, utilizan técnicas de la novela norteamericana y también les influye el cine y sus diferentes cambios de perspectiva.
Las primeras novelas sociales fueron La colmena de Cela y El camino de Delibes.
Principal renovadora de la literatura “femenina”. Destacan Retahílas y Entre visillos; en ambas se juega con el cambio de narrador.
Destacan sus obras sobre la posguerra y la difícil situación de los perdedores; aquí destacan Los soldados lloran de noche y Luciérnagas.
También escribió novelas de ficción, como El olvidado Rey Gudú.
En 1962 se publicó Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos. Con esta obra se inaugura esta tendencia de novela renovadora, que está muy influida por autores norteamericanos y europeos, como Joyce, Kafka y Faulkner.
Características novedosas: aparece el monólogo interior, que es la transcripción de los pensamientos del personaje; aparece el perspectivismo, con nuevas perspectivas de diferentes personajes (la historia se cuenta desde distintos puntos de vista); también aparecen saltos temporales, la narración no es lineal. El narrador en Tiempo de silencio, por primera vez, está en 2ª persona y en general es subjetivo.
Esta influencia se aprecia en obras como Cinco horas con Mario (Delibes), San Camilo, 1936 (Cela) y Volverás a Región (Juan Benet).
Deriva de la novela renovadora y, además de los autores norteamericanos y europeos, va a sentir la influencia de autores del llamado “boom” de la novela hispanoamericana, como Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes.
Exagera las técnicas narrativas, juega con el tiempo, el narrador y el argumento, de forma que la novela casi deja de ser comprensible.
Destacan Escuela de mandarines (Miguel Espinosa) y Si te dicen que caí (Juan Marsé).
La novela experimental se agota. Vuelven las técnicas realistas: un narrador fijo, final cerrado y una única perspectiva. Conviven todo tipo de tendencias. En la actualidad, la novela es el género con más éxito.