Portada » Historia » La Influencia de la Iglesia y el Régimen Franquista en la Historia de España
RES: El texto está entresacado de una larga “carta colectiva del episcopado español al mundo entero con motivo de la guerra de España”, firmada por la práctica totalidad de los obispos. Sin considerarse instigadora de la guerra, la Iglesia justifica la sublevación militar secundada por miles de católicos en defensa de la patria y de la religión (obedeciendo a su conciencia). Y la justifica como reacción ante la revolución comunista que, según ellos, había llevado a partir España en dos tendencias, la espiritual y la “antidivina”, en la que incluye a los republicanos en general acusándolos de comunistas y promotores de una revolución de estilo soviético.
Se refiere la carta a la legislación que desde los inicios de la República buscó la secularización de la sociedad española y la limitación de la influencia de la Iglesia, recogida en la propia Constitución, que incluía el carácter laico (Art. 3. El Estado español no tiene religión oficial), declaraba la libertad de cultos, eliminaba la financiación pública de la Iglesia, etc. Otras medidas consideradas por la Iglesia como un ataque directo a sus principios e intereses fueron la Ley de Congregaciones Religiosas (que las convertía en asociaciones y les prohibía dedicarse a la enseñanza, industria o comercio), el matrimonio civil, el divorcio, la secularización de cementerios…
Expresión aparentemente más blanda que la de “Cruzada” anticomunista, es utilizada en la carta para justificar la posición católica a favor de los golpistas (levantamiento cívico-militar), siendo la guerra (frente a los principios pacifistas de la Iglesia) el único medio posible para hacer frente a la amenaza de eliminación de los católicos por la tendencia “antidivina” del gobierno republicano, de los trabajadores que la apoyaban y de la URSS que los respaldaba.
La carta colectiva fue redactada por el cardenal Gomá, primado de España, tras una entrevista con el papa Pío XI y con Franco; el primero había manifestado meses antes su postura anticomunista y su apoyo a los que apoyaban la defensa y restauración de los derechos y el honor de la religión en España; Franco, ya entonces Jefe del gobierno de la zona “nacional” y Generalísimo, había dado garantías a Gomá a favor de la Iglesia católica. En la carta queda clara la posición de la Iglesia favorable a los golpistas de 1936 (”levantamiento cívico-militar”, en palabras del propio Gomá), cuando ya había transcurrido un año de guerra civil. El obispo Plá y Deniel había denominado a la acción rebelde “cruzada” ya al comienzo de la guerra; sucedería a Gomá en la sede episcopal toledana y sería procurador en las Cortes franquistas. Cruzada y plebiscito armado fueron dos de las ideas fuerzas manejadas por la Iglesia para defender su postura, no siempre entendida por otros católicos del mundo (por utilizar la fuerza, ir en contra de los trabajadores, por la dura represión ejercida, etc.), de ahí la carta colectiva que se comenta. Pronto Franco sería considerado “Caudillo de España por la gracia de Dios”, entraría bajo palio en los templos, etc.
Referirse a la legislación del Primer bienio (Constitución laica, Ley de Congregaciones, secularización de cementerios, matrimonio civil y divorcio), al anticlericalismo popular (quemas de conventos) y a la promoción por la Iglesia de partidos católicos (Acción Católica, la CEDA).
RES: El fragmento de la Resolución de la ONU deja clara la vinculación percibida entre el régimen de Franco y las potencias fascistas derrotadas en la Segunda Guerra Mundial. Consecuentemente, la Asamblea General acuerda recomendar:
Se refiere al apoyo, más o menos abierto o disimulado según iba desarrollándose la II GM, a las potencias del Eje (Alemania-Italia, Hitler-Mussolini); no debe olvidarse que Franco estaba en deuda con ellas por la decisiva ayuda recibida durante la Guerra Civil. Esquemáticamente: 1939-1940, neutralidad y buenas relaciones con el Eje; 1940-1943, no beligerancia (ante los triunfos fascistas), con apoyo diplomático y económico, entrevista de Hendaya Franco-Hitler (Hitler no se aviene a las exigencias de Franco), División Azul a la URSS (frente del Este, Leningrado); 1943-1945, vuelta a la neutralidad “vigilante”, retirada de la División Azul, ley de Cortes.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), heredera de la Sociedad de Naciones constituida tras la I Guerra Mundial o Gran Guerra, fue establecida en 1945. Fue promovida por las potencias aliadas vencedoras en la II Guerra Mundial, que habían empezado a preparar la organización ya durante la guerra. Se trataba de prevenir nuevas guerras, misión en la que evidentemente había fracasado la Sociedad de Naciones, entre otras finalidades como la cooperación en asuntos como el Derecho internacional, el desarrollo económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos (uno de los logros más destacados fue la Declaración de Derechos Humanos en 1948). De los menos de cincuenta miembros iniciales se ha pasado a los actuales 192.
La resolución de la Asamblea se dicta como consecuencia de una moción presentada por los Estados Unidos y encaja en los presupuestos de la ONU de rechazo de las ideologías totalitarias (fascismo y nazismo) que habían ocasionado la II Guerra Mundial. [Completar con definición de Naciones Unidas; ver 3.2. Los años del boicot… pág. 331 libro de texto]. El régimen se defendió organizando una gran manifestación en la Plaza de Oriente, en la cual el discurso de Franco [ver texto en el libro] critica la intervención del organismo internacional como injerencia en los asuntos internos y la “ola de terror comunista” que asolaba a Europa sin que la ONU interviniese… La defensa de los valores democráticos que también figura en la Resolución de la ONU como razón para el boicot al régimen franquista pronto se iba a ver trastocada por la oposición entre las democracias de corte occidental lideradas por USA y las democracias populares en la órbita de la URSS (Guerra Fría), lo que iba a permitir al régimen franquista el reconocimiento internacional a partir de 1953…
RES: El texto, publicado en el órgano oficial del PSOE, es un fragmento del Frente Popular suscrito por los partidos del centro izquierda republicano y los partidos obreros, incluido el Sindicalista, de filiación anarquista. El programa constaba de 14 puntos e iba a servir de base para el cartel electoral de la coalición y, en caso de victoria electoral, como programa de gobierno a aplicar por los republicanos con apoyo parlamentario del resto de los coaligados. Tras el triunfo y la asunción de la presidencia de la República por Manuel Azaña y de la presidencia del gobierno por Casares Quiroga.
Publicado en el órgano oficial del PSOE “El Socialista”, fragmento del Frente Popular (partidos de izquierda republicano, partidos obreros, incluido el Sindicalista, de filiación anarquista) constaba de 14 puntos que iba a ser la base para el cartel electoral de la coalición.
Se refiere a la Revolución de 1934, que incluía a los niveles de encarcelados (30 mil de los cuales la tercera parte lo habían sido por los sucesos de Asturias) así como la readmisión de los despidos tras la huelga revolucionaria.
Se refiere a la ley aprobada durante el bienio radical-cedista, de arrendamientos rústicos, que requería al menos seis años de alquiler para tener posibilidad de compra, prohibía los subarriendos y la posibilidad de recuperación de la propiedad para cultivar. Forma parte de la política de “contrarreforma” agraria que provocó el desalojo de casi 30 mil colonos a los que no se prorrogan los arrendamientos así como la paralización de nuevos asentamientos.
La autoría colectiva figura con claridad en el enunciado, siguiendo la corriente internacional articulada en Europa para hacer frente al avance del fascismo y que implicaba la alianza defensiva ante el proletariado y las clases medias. Los partidos del Frente Popular son los Socialistas, Esquerra Republicana, Izquierda Republicana, Unión Republicana y los Comunistas. Se proponían defender las libertades democráticas que sustentaban la República, y recuperar las políticas del primer bienio en defensa de los más desfavorecidos. Los partidos obreros habían renunciado a algunas pretensiones que los republicanos no aceptaban, como la nacionalización de la tierra y de la banca o el control de los medios de producción.
RES: El texto objeto de comentario es el manifiesto, comunicado o carta que dirige el rey Alfonso XIII a “todos los españoles”, expresando su amargura por el rechazo a la monarquía manifestado en las elecciones municipales celebradas dos días antes, el 12 de abril. Sin embargo, considera que su apartamiento del ejercicio del poder real y de España es solo temporal; no abdica expresamente pues no renuncia a sus derechos históricos, aunque se exilia. Asimismo, reconociendo sus posibles errores, no quiere utilizar sus prerrogativas para evitar una Guerra Civil…
Se refiere a las elecciones municipales celebradas el día 12 de abril, convocadas por el gobierno del almirante Aznar, en el intento iniciado por Berenguer (dictablanda) de volver a la normalidad constitucional tras la dimisión de Primo de Rivera. El triunfo de las candidaturas republicano-socialistas provoca la decisión del rey recogida en el manifiesto.
Idem anterior (constitución de 1976 y restauración). El poder real había tenido su manifestación máxima al apoyar el golpe de Primo de Rivera. Y la consiguiente dictadura, suspendiendo la Constitución.
Autoría: Aunque no es seguro que el rey firmante de la carta-manifiesto sea el autor del texto, parece evidente que refleja con claridad las ideas de los monarcas de la Restauración, apoyadas por la C.1876, todavía vigente entonces. Incluye incluso la referencia a la Historia, que respaldaba el carácter de la monarquía por encima de la propia Constitución, por derecho divino y por tradición. En la práctica había demostrado su actitud al controlar el poder ejecutivo y a través de él al legislativo, sus intervenciones directas en asuntos militares, llevado al máximo con su apoyo a Primo de Rivera. Precisamente durante la dictadura había ido perdiendo apoyos de personajes relevantes; por ejemplo, el de Ortega y Gasset.
No es seguro que el rey firmante de la carta-manifiesto sea el autor del texto, pero parece evidente que el documento redactado en Madrid hasta ese día sea del rey de España Alfonso XIII.
Alfonso XIII (1886-1941), hijo póstumo y sucesor de Alfonso XII. Durante su minoría de edad ejerció la Regencia (1885-1902) su madre, Mª Cristina de Habsburgo. Su reinado personal transcurrió entre 1902 y 1931, época marcada por la crisis de la Restauración. Murió en Roma en 1941.
Destinatario: La nación española.
Intencionalidad: Dar a conocer al pueblo español las razones que le llevaron a tomar la decisión de apartarse del poder: la falta de apoyo popular y el peligro de una guerra civil.
Desencadenante del manifiesto: elecciones municipales del 12 de abril de 1931… Los factores que conducen al resultado electoral: Dictablanda de Berenguer e intento de volver al sistema constitucional tras la suspensión durante la dictadura de Primo de Rivera y la organización de los partidos antimonárquicos, plasmada en el pacto de San Sebastián firmado en agosto de 1930, reforzado incluso tras el fracaso del intento insurreccional militar de los capitanes Galán y García Hernández en Huesca. La causa de fondo es la crisis del sistema político de la Restauración, acrecentado después del Desastre del 98. El intento de mantener a toda costa el control por la oligarquía dominante con Primo de Rivera también fracasó… Y el exilio voluntario de Alfonso XII explicado en la carta-manifiesto.
RES: El texto recoge las ideas clave de la ley que en 1969 designaba a Juan Carlos de Borbón como rey, para cuando quedase vacante la Jefatura del Estado que ostentaba Franco desde octubre de 1936. El nombramiento se hace de acuerdo con la legislación vigente, remitiendo al séptimo de los Principios del Movimiento, aunque podría haberse remitido a la Ley de Sucesión (1947), en la que ya se decía que España se constituía como monarquía y que en cualquier momento el Jefe del Estado podía proponer a las Cortes el sucesor, a título de Rey o Regente. Se hace referencia igualmente a la formación del Príncipe y a su identificación con el régimen.
El Movimiento Nacional se entiende como “partido único” integrador de los grupos políticos y sociales que habían apoyado a Franco contra la República (Falange, carlistas, sectores monárquicos y de la CEDA…); del Movimiento salían los cuadros dirigentes (todos los cargos debían jurar los Principios Fundamentales de la Ley de 1958) y, a la vez, pretendía servir para adoctrinar a las masas con el apoyo del Sindicato Vertical, el Frente de Juventudes, la Sección Femenina, etc. En la práctica, el Movimiento diluye y desvirtúa en buena medida el carácter fascista de la Falange de José Antonio Primo de Rivera, que pierde importancia sobre todo desde la victoria aliada en la II GM en favor de los católicos y más adelante de los tecnócratas, conservándose no obstante símbolos como el saludo brazo en alto, la organización juvenil, etc. Los principios del Movimiento Nacional quedaron recogidos en la Ley de su nombre de 1958, una de las siete Leyes Fundamentales. Según la Ley eran doce los principios en que había de sustentarse el régimen. Los primeros reafirmaban el carácter ideológico del régimen (unidad nacional, acatamiento a la ley de Dios, etc.). El segundo bloque establecía los principios orgánicos, formados por el VII (reafirmando la monarquía como forma política, con los apelativos de tradicional, católica, social y representativa) y el VIII, que se refería a la participación política no a través de partidos sino de los “órganos naturales” (de ahí democracia orgánica: familia, municipio y sindicato). Los restantes principios eran ya de tipo programático (algunos derechos, tipos de asociaciones, organización del Movimiento).
Fueron el conjunto de siete leyes que organizaban los poderes del Estado durante la dictadura franquista. Durante la transición, se realizó una octava ley con el mismo rango para modificar el marco legislativo y poder llevar a cabo la reforma política. No se trataba de una constitución sino de una carta otorgada, puesto que no habían sido elaboradas ni aprobadas por representantes populares. El franquismo concentraba todos los poderes en el Jefe del Estado, fórmula propicia para la creación de despotismos. Gran parte de las leyes procedía de tiempos anteriores al régimen, incluyendo las promulgadas por la Segunda República Española. Fueron derogadas con la Constitución Española de 1978.
En los inicios del Régimen la ideología fascista había marcado el camino del “nuevo Estado” nacido con la Guerra Civil. Aquella tercera vía frente a comunismo y capitalismo había tenido que retocarse tras el triunfo aliado en la II.ª GM, pero sus bases doctrinales seguían vigentes: totalitarismo, partido y sindicato únicos, limitación estricta de derechos y libertades…, junto con las peculiaridades españolas (catolicismo, tradición, etc.) [repásense los fundamentos ideológicos del régimen franquista]. A pesar del desarrollo económico y del profundo cambio social de los años sesenta, las tendencias “aperturistas” del régimen seguían teniendo la clara oposición de los “inmovilistas”, el núcleo duro heredero de la Falange por mucho que se hubiese impuesto el concepto pretendidamente más integrador del Movimiento Nacional (definido antes, y establecido por las correspondientes Ley fundamental en 1958). Entre las diferentes “familias” que daban soporte al régimen estaban los falangistas, los militares, los católicos, los tradicionalistas, los carlistas, los monárquicos, los tecnócratas y los franquistas puros… en este sentido, sobre la ideología del propio Franco no hay acuerdo entre historiadores: así, el biógrafo Paul Preston lo considera militar ambicioso e implacable, antidemocrático de raíces fascistas, mientras que sus partidarios lo consideran un personaje excepcional en la Historia, un Caudillo capaz de guiar a la Patria en su “unidad de destino en lo universal”. [En cuanto a “monarquía del Movimiento”, véase la definición más arriba…]
RES: El texto es un extracto de la Constitución de 1978, aprobada en las Cortes en octubre y refrendada el 6 de diciembre del mismo año. En el articulado del texto figura el reconocimiento del derecho a la autonomía de “nacionalidades y regiones” compatible con la garantía de la unidad nacional, la libertad religiosa (pero con una referencia a la Iglesia católica que permitirá cierto trato de favor), la monarquía hereditaria con preferencia por la línea masculina, o el carácter bicameral del Parlamento…
La constitución española actual, fruto del consenso, pretende contentar a los poderes herederos del franquismo y anteriores corrientes centralistas y unitarias (partidarios de la unidad nacional a ultranza) y a la también histórica corriente descentralizadora a la que va dirigida la garantía del derecho a la autonomía. Sin embargo, la referencia a nacionalidades y regiones expresa también el intento de contentar a los nacionalistas (herederos de las nacionalidades históricas, sin nombrarlas) diferenciándolos de otras regiones. Está, pues, prefigurado el Estado autonómico y los procedimientos para acceder a la autonomía pero, como en la Constitución de 1931, no se establece cuáles.
El artículo 57 establece el orden de mayor a menor edad para heredar la Corona de España, pero acto seguido da preferencia a los varones (en línea con la tradicional Ley Sálica). Así, al igual que sucede con el artículo anterior sobre la inviolabilidad del Rey, nos encontramos con una contradicción en lo que se refiere al alcance del principio general de igualdad del artículo 14. Con la legislación vigente, el orden sucesorio podría alterarse por abdicación o renuncia del titular (aunque se mantendría el orden), por matrimonio no aprobado o prohibido por Rey y Cortes.
Es un documento de carácter jurídico-político y está destinado a todos los españoles, ya que es una ley fundamental: constitución, es pues un documento fuente primaria. Fue elaborada por representantes de los diversos partidos políticos representados en las Cortes Constituyentes, primeras elecciones libres celebradas en España desde febrero de 1936. Los redactores del anteproyecto de la constitución son llamados los “padres de la Constitución”. El Congreso salido de las elecciones de junio de 1977 sería el mismo de unas Cortes constituyentes, por medio de una Comisión los “padres de la Constitución” representando a los partidos más votados.
-Cabe encuadrar este texto en la etapa de la transición a la democracia. En efecto, la transición hacia la democracia fue un proceso modélico pero lleno de dificultades. Otros países de nuestro entorno como Grecia o Portugal también experimentaron un cambio similar. Cronológicamente, este período se extiende desde la proclamación del príncipe Juan Carlos como rey de España hasta 1978, fecha en la que entra en vigor la Constitución Española. Atención a:
RES: El extracto del discurso comienza con una declaración solemne de intenciones en cuanto al marco constitucional y legal que se habrá de cumplir (el 23F y sus secuelas están presentes), para continuar con el recurso tan frecuente a la herencia que se recibe, en particular la relativa a la crisis económica. Finalmente, se han recogido en el extracto algunas de las líneas a seguir por el nuevo Gobierno en política internacional (Comunidad Económica Europea, OTAN).
Se refiere en el texto a uno de los grandes desequilibrios económicos de aquel momento, que suponía el resultado negativo de restar todos los ingresos monetarios de España y todas las salidas de dinero. Incluye la balanza comercial (valor de las importaciones menos valor de las exportaciones) y las entradas y salidas por turismo, inversiones, préstamos, deuda pública, etc. Entre las razones del déficit cabe mencionar la factura del petróleo, la escasa competitividad, la salida de capitales, la financiación del déficit público, etc.
La denominada OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte, NATO en siglas inglesas) es un acuerdo internacional de carácter militar firmado en Washington en 1949 con el fin de salvaguardar la paz y la seguridad de los países miembros. Liderada por Estados Unidos, era una organización supuestamente defensiva de los países occidentales frente al bloque comunista, liderado por la URSS (bloque en el que se firmaría el Pacto de Varsovia en 1955). España quedó excluida, al igual que de la CEE, por no reunir la condición de ser un país democrático. Ya en la Transición, el gobierno de Calvo Sotelo solicitó la integración en la OTAN, con la oposición del PSOE. Sin embargo, en 1986 el PSOE en el Gobierno, con mayoría absoluta, convocará un referéndum sobre la permanencia y haciendo campaña a favor del sí.
Felipe González, nacido en Sevilla poco después de finalizada la Guerra Civil, ingresó a los veinte años en las Juventudes Socialistas, siendo estudiante de Derecho. Apodado Isidoro en la clandestinidad, abogado laboralista, sería elegido primer secretario del PSOE en el congreso celebrado en Suresnes el año anterior a la muerte de Franco. En 1979 forzaría el abandono por el PSOE del ideario marxista y revolucionario (cien años después de su fundación con Pablo Iglesias como líder –recuérdese el texto 12-), dos años después de que el PSOE se hubiese convertido (en las primeras elecciones de la actual Democracia) en primer partido de la oposición. En 1982 conseguiría la presidencia del Gobierno tras haber obtenido el PSOE la mayoría absoluta más amplia de la democracia (202 diputados, 48% de los votos con una participación cercana al 80%). Coincide con el descalabro electoral en 1982 de la UCD y del CDS, lo que lleva a AP al segundo lugar en el Parlamento (Fraga, “jefe de la oposición”, con 107 escaños), y la caída del voto del PCE (que se queda con cuatro escaños).
Golpe del 23F y declive de UCD (p. 384); proceso reformista (p.386).
RES: El fragmento del libro de Joaquín Costa Oligarquía y caciquismo describe alguno de los aspectos que el autor considera más rechazables del régimen político de la España de la Restauración. Costa considera que realmente no funcionaba un régimen parlamentario y verdaderamente democrático, sino otro ajustado a los intereses minoritarios cuyo funcionamiento se apoyaba en 3 pilares: oligarcas, caciques y los gobernadores civiles. Entre todos formaban un “cuerpo extraño” a la nación española que en las elecciones corrompían el sistema, adulterando la voluntad popular mediante la alteración del sufragio.
Erán los hombres más notables e influyentes de cada partido, los líderes. Residían en la capital, Madrid, Costa los identificaba con los latifundistas, burguesía industrial y financiera.
Personas con poder económico y social que manipulaban el voto de los que se encontraban dentro de su área de control. El principal medio empleado por los caciques para imponer y aumentar su influencia era el reparto de favores personales. Este sector estaba formado desde grandes terratenientes y prósperos burgueses, que era el sector más influyente dentro del grupo caciquil, hasta médicos, notarios, abogados, jueces y personas fuertes económicamente o de gran influencia social, como los curas.
Individual. Joaquín Costa (1846-1911). Político, jurista, historiador y economista. Líder del movimiento político e intelectual llamado “Regeneracionismo”, caracterizado por su rechazo al gobierno de la Restauración. Costa insistía en la crítica de la realidad española, y de la crítica surgió un programa para transformarla (fomento de obras hidráulicas, desarrollo de vías de comunicación, aumento del número de escuelas…) y en política que es la cuestión que denuncia el texto, democratización, ampliación de la autonomía municipal y rebaja del poder de la oligarquía.
En enero de 1874, el general Pavía protagonizó un golpe de Estado que disolvió las Cortes y puso fin a la I República. En diciembre de ese mismo año, otro pronunciamiento, esta vez del general Martínez Campos en Sagunto, provocó la proclamación de Alfonso XII, hijo de Isabel II, como Rey de España, con Antonio Cánovas del Castillo, como su máximo defensor. Con la reposición de los Borbones se inició el periodo de la Restauración (1874-1923) con el “sistema canovista” como forma de Gobierno. Este gobierno trataba de regresar al periodo anterior a la Revolución de 1868, al periodo de la Unión Liberal. Para ello, Cánovas, defendía la necesidad de una Constitución moderada y flexible, símbolo del equilibrio, que estableciera la soberanía compartida entre el Rey y las Cortes. De esta manera el orden político y público quedarían garantizados.
RES: El texto objeto de comentario es el manifiesto, carta o comunicado que dirige el rey Alfonso XIII a “todos los españoles” expresando su amargura por el rechazo a la monarquía manifestado en las elecciones municipales celebradas dos días antes, el 12 de abril. Pero, considera que su apartamiento del ejercicio del poder real y de España es solo temporal, no abdica expresamente pues no renuncia a sus derechos históricos, aunque se exilia. Asimismo, reconociendo sus posibles errores, no quiere utilizar sus prerrogativas para evitar una guerra civil.
Se refiere a las elecciones municipales celebradas el 12 de abril, convocadas por el gobierno del almirante Aznar, en el intento iniciado por Berenguer (dictablanda) de volver a la normalidad constitucional tras la dimisión de Primo de Rivera. El triunfo de las candidaturas republicano-socialistas provoca la decisión del rey recogida en el manifiesto.
El poder real había tenido su manifestación máxima al apoyar el golpe de Primo de Rivera y la consiguiente dictadura, suspendiendo la Constitución.
Documento redactado el 14 de abril de 1931 en Madrid por el hasta ese día rey de España Alfonso XIII. Alfonso XIII, hijo póstumo y sucesor de Alfonso XII. Durante su minoría de edad ejerció la Regencia, su madre, Mª Cristina de Habsburgo. Su reinado personal transcurrió entre 1902 y 1931, época marcada por la crisis de la Restauración. El destinatario era la nación española. La intención era dar a conocer al pueblo español las razones que le llevaron a tomar la decisión de apartarse del poder: la falta de apoyo popular y el peligro de una guerra civil.
Este documento certifica el final del reinado de Alfonso XIII y da paso a la proclamación de la II República. Tras el fin de la Dictadura de Primo de Rivera, Alfonso XIII nombra un gobierno presidido por el general Dámaso Berenguer, conocido popularmente como la dictablanda. Con este gobierno el rey pretendía volver al sistema de la Restauración, restituyendo la Constitución de 1876 y convocando elecciones. Pero los problemas internos de los partidos dinásticos y el malestar social favorecieron la cohesión de la oposición antimonárquica. La II República intentó modernizar las viejas estructuras sociopolíticas del país. Sin embargo, la fuerte oposición derechista y las aspiraciones revolucionarias de la izquierda abocaron a España a la guerra civil.