Portada » Economía » La Evolución Económica de España: De la Autarquía a la Integración Europea y Desafíos Actuales
Años 40: Años de profunda recesión económica, debida a la Guerra Civil, la situación internacional y la política económica del régimen. Predominó el sector agrario, con producción escasa, lo que dio lugar a hambre, pobreza y racionamiento. El crecimiento fue muy lento en estos años, siendo mayor en los 50.
Años 50: Recuperación económica, destacando la liberación parcial de los precios, las ayudas de EE. UU. y la apertura del mercado exterior: se importó maquinaria y energías, y se exportaron productos agrarios y materias primas.
Recuperación económica y fin de la autarquía. Destacó el Plan de Estabilización de 1959, la liberación del mercado exterior, la devaluación de la moneda para favorecer las exportaciones, la liberación de precios y la congelación de salarios, lo que dio lugar a déficit público y comercial, y a inflación.
Comienzo de problemas previos a la crisis. Desarrollismo, con una Tasa de Variación Media Anual (TVMA) de casi el 7%; nuevo modelo de crecimiento con equilibrio externo, potenciado por la coyuntura internacional: exportaciones (X) e importaciones (M), turismo (crecimiento del sector servicios, hostelería…), emigración, capital extranjero…
Cambios en la estructura del PIB y del empleo. Problemas: atraso técnico, baja productividad, escasa demanda interior, dependencia energética exterior, escasa recaudación del Estado…
Afloraron problemas de los 60; Crisis del petróleo internacional: subida de precios. Reducción del turismo, de las remesas y de ingresos del Estado. TVMA aproximada del 1,5%. Agravamiento de los déficits público e industrial. Transición política (primeras elecciones, Pactos de la Moncloa de 1977). Inflación y aparición del desempleo, que alcanzó hasta un 20% en 1985 (aumento del paro).
La entrada de España en la CEE marcó la senda de la recuperación. Los factores de la recuperación española fueron:
Inflación, déficit público y exterior, política monetaria y cambiaria.
La economía española venía acumulando crecientes desequilibrios: la sobrevaloración del tipo de cambio se convirtió en una intensa depreciación cuando los agentes percibieron los elevados desequilibrios exteriores, con débil demanda interna, falta de competitividad e inestabilidad internacional (Europa del Este: Guerra del Golfo y Balcanes). Resultado: caída del PIB que rozó el 1%, TVMA aproximada del 1%; otro acontecimiento fue la puesta en marcha de las últimas fases para alcanzar la unión económica y monetaria (Tratado de Maastricht).
Problema: España solo cumplía dos de esas condiciones (deuda pública y tipos de cambio) para hacer frente al resto de la convergencia, con el objetivo de acercar la renta per cápita española a la media europea. Se adoptaron dos medidas: política macroeconómica para eliminar desequilibrios y medidas estructurales para flexibilizar los mercados de bienes y servicios. El programa no consiguió los objetivos y se formó otro programa de convergencia en 1994.
Tras los ajustes que siguió la economía española para alcanzar el objetivo de la moneda única en 1997, se daban todas las condiciones para un crecimiento con bases sólidas: tipos de interés bajos, abundancia de financiación… que estimuló la inversión privada, motor de crecimiento. La incorporación de España a la Unión Monetaria Europea (UME) y la CEE (posteriormente Unión Europea) fue la decisión más acertada.
El carácter duradero de la etapa expansiva unido a la creación de la burbuja inmobiliaria hizo que no se percibiesen con claridad los problemas de competitividad y productividad que se estaban acumulando: