Portada » Lengua y literatura » La Estructura Social y los Personajes de Los Santos Inocentes de Delibes
A Delibes, como escritor de novelas, le interesa el ser humano desde todas sus perspectivas. Siente una gran inclinación hacia los más desvalidos; en sus relatos abundan niños y ancianos como protagonistas.
Los personajes se dividen claramente en dos grupos sociales opuestos:
En Los Santos Inocentes, los personajes desvalidos se encuentran condenados a una existencia que es solo mera supervivencia, sin posibilidad real de cambio. Azarías y el señorito Iván, como protagonista y antagonista, son símbolos de culturas opuestas.
Los personajes se agrupan en protagonistas (cuyas acciones determinan la trama) y secundarios (cuya función es completar y perfilar la historia). Todos los personajes de la novela pertenecen al grupo de personajes redondos, los cuales responden a una concepción psicológica equiparable a la de los seres humanos reales.
Protagonista de la novela, posee un retraso mental y una profunda necesidad de afecto. Su condición determina que no puede ser consciente de la línea que separa el bien del mal, ya que se mueve por pasiones primarias y no posee una conciencia real de la diferencia entre humanos y animales.
Azarías recibe el cariño de los suyos, especialmente de su hermana Regula, aunque también es objeto de burlas por parte del grupo de los poderosos. Vierte toda su capacidad de amor y entrega en la Niña Chica y en los pájaros que amaestra. Su retraso mental se asocia con la ignorancia e inocencia; él y la Niña Chica son los «inocentes» a los que alude el título.
La fascinación que siente por su autillo le provoca una extraña mezcla de miedo y felicidad. En su relación con los pájaros, les confiere una condición humana innegable. El amor que tiene por su grajilla va más allá del cariño por una mascota. Por ello, el dolor de Azarías dejará paso al odio cuando el señorito Iván mata a su grajilla. Azarías adquiere, dentro del relato, la función de un auténtico símbolo, aunque su comportamiento sea instintivo y elemental.
Es el antagonista del inocente Azarías. Es un personaje egoísta y cruel que desprecia al prójimo, viendo en los demás solo un instrumento para su placer. Iván es autoritario, reflejando la oligarquía que regía los destinos de la España de Franco, puesto que la autoridad no deja de ser sino un símbolo de clase.
Iván representa la concreción de un mundo feudal que todavía sobrevivía en la España de los años sesenta. El egoísmo y el ejercicio de una autoridad arbitraria desembocan en la crueldad de Iván, quien no sabe respetar ni a conocidos ni a sirvientes. La ira, como respuesta visceral, es otro de los sentimientos que defiende Iván, quien no soporta que nadie le lleve la contraria. Sus opiniones políticas son conservadoras y marcadamente reaccionarias.
La caza, la gran pasión de Iván, cumple la función narrativa de mostrar su egoísmo y autoritarismo. El ejercicio de la caza no sirve para que Iván asuma comportamientos de respeto hacia el prójimo; de hecho, Iván es un cazador tramposo que hace argucias para abatir a los animales.
Paco posee dos rasgos característicos: su estatura y su nariz achatada y extremadamente sensible, lo que le permite encontrar las piezas abatidas. Términos como resignación y fidelidad pueden englobarse bajo el concepto de servilismo, lo cual está lejos de provocar en él reacciones de abatimiento.
Una gran esperanza frustrada es el deseo de Paco de que sus hijos vayan a la escuela, ya que especialmente Nieves, que tiene más potencial, acaba al servicio de Doña Purita.
En el análisis de Paco, no puede olvidarse ese olfato especialmente sensible. Su servilismo alcanza su máxima expresión cuando llega a ser secretario del señorito Iván, ya que más que un hombre parece un perro. A la cualidad del olfato se le une una afición por la caza que casi roza la pasión y que incluso logra que su cuerpo reaccione a los instintos primarios. La voluntad que muestra para no perder su puesto es innegable, hasta el punto de arriesgar su propia vida (tenía la pierna rota) para que el señorito Iván no prescindiera de él.
Escéptica y parca en palabras, siempre pone en tela de juicio las ideas y las propuestas de Paco. Es una mujer servicial por naturaleza, pues no solo acata sin ninguna objeción las órdenes de los señoritos (su principal tarea es abrir el portón para que no tengan que detenerse), sino que también se atreve a defender y a dar sus puntos de vista. Posee una gran sensatez y cordura, por lo que sus escasas palabras están cargadas de significado.
Representa el sentido común y la inteligencia práctica y útil, basada en una capacidad de pensar con lógica. Paco se siente deslumbrado por las capacidades de Nieves, ya que puede dar soluciones a cosas que para los demás son un misterio, pero arrastra una falta de formación que va a ser determinante en su futuro.
Es espabilada, pero desde mocosa limpiaba la porquería de la impedida y no llega a asistir a la escuela del priorato. Es una muchacha que es capaz de encender el deseo de Iván. Nieves es testigo presencial de la relación adúltera entre Iván y Doña Purita, pero sabe cuál debe ser la actitud de silencio para no comprometer a los señoritos, puesto que hay que «ver y callar».
Son los hijos varones de Paco. El Quirce es silencioso, con tendencia al aislamiento, mientras que Rogelio es activo y está más integrado en la vida del Cortijo.
El Quirce posee la función de mostrar el tibio cambio que se produce en los jóvenes de los años sesenta. Quirce solo sirve al amo porque se encuentra en el mundo de los oprimidos, pero no muestra servidumbre hacia el señorito, actitud que saca de quicio a Juan.
Es, junto a Azarías, uno de los símbolos de los inocentes. Es un ser absolutamente pasivo, puesto que vegeta más que vive y solo da muestras de vida a través de sus chillidos.
Su función y aparición son puntuales en la novela. Se trata de un personaje simbólico que, por su condición social, pertenece al grupo de los opresores. Sin embargo, con respecto a la manera de tratar a los oprimidos, tiene un espíritu cristiano y bondadoso.
Por su estatus social, pertenece al grupo de los ricos opresores. Es hija de la Marquesa y es ingenua. Muestra una actitud de comprensión hacia los oprimidos que más tiene que ver con la misericordia que con la justicia social. Posee una caridad a la que hay que sumar la ingenuidad propia de su juventud.
No se entiende el uno sin el otro, porque los actos de ella y su relación adúltera con el señorito Iván determinan el comportamiento de su esposo.
Debe ser alineado en el lado de los poderosos. Su aparición más importante es cuando aconseja a Iván que deje reposar a Paco.
Es evidente que pertenece a una clase social adinerada y es asiduo de las batidas de los marqueses. Por ser francés, muestra una dignidad que resulta desconocida para Iván y sus amigos de caza.