Portada » Filosofía » Fundamentos y Evolución del Conocimiento Científico: De la Filosofía a la Tecnología
La **ciencia** y la **filosofía** surgieron de una misma actitud crítica e indagadora frente a la realidad y, originalmente, eran disciplinas indistinguibles. Sin embargo, la ciencia se independizó de la filosofía y empezó a desarrollar unos métodos durante un periodo que se conoce como la **revolución científica**. Sus protagonistas son personajes como **Kepler**, **Copérnico**, **Galileo** o **Newton**.
Galileo introdujo una importante novedad en la concepción del método científico y en el papel reservado a la observación. Sus hipótesis no eran observables en la vida cotidiana, por lo que solo podía contrastarlas creando una situación ideal. El **experimento** permite aislar el fenómeno y estudiar únicamente aquellas variables consideradas decisivas. También fue el primero en utilizar instrumentos como el **telescopio**.
Galileo afirmó sin ambages que la naturaleza atiende a unas regularidades expresables mediante funciones matemáticas. La **matematización** constituyó una pieza angular de la nueva ciencia. La **cuantificación**, al aportar una mayor precisión a las observaciones realizadas, permitió librarse de la subjetividad y ambigüedad propias del lenguaje cotidiano.
La ciencia crea un lenguaje artificial para garantizar la objetividad y precisión de sus conceptos, leyes y teorías.
Son los términos específicos de cada ciencia, perfectamente definidos en 3 tipos:
Las leyes son los enunciados básicos del conocimiento científico y se caracterizan por:
La ciencia permite explicar ámbitos de la realidad lo más amplio posible. Por esta razón, las leyes científicas se dan interconectadas unas con otras, formando sistemas compactos, coherentes y sistemáticos a los que llamamos **teorías científicas**.
No se ocupan de los hechos o acontecimientos que ocurren en el mundo, sino de relaciones entre símbolos. No tienen contenido empírico ni se basan en la observación (ej. **lógica** y **matemáticas**).
Se ocupan de la realidad, de los hechos que ocurren en el mundo y de sus relaciones. Tienen contenido empírico que surge de la observación y la experiencia. Además, sus afirmaciones tienen que ser comprobadas recurriendo a la experiencia. Las empíricas se dividen en dos:
Se ocupan de la realidad natural (ej. **física**, **química**, **biología**…).
Se ocupan de la realidad social o humana (ej. **sociología**, **historia**, **psicología**…).
Verificar consiste en hallar una observación o hecho experimental que corrobore una hipótesis. El **inductivismo** defiende que los hechos (observaciones y experimentos) son previos a las teorías. También afirman que los científicos pueden captar estos hechos mediante los sentidos de forma precisa y objetiva. La **inducción** es una forma de razonamiento que permite ampliar el conocimiento; durante siglos se creyó que era el método propio de la ciencia.
Hablamos del problema de la demarcación para referirnos a la discusión acerca de cómo establecer el criterio que nos permita separar o distinguir qué teorías son científicas y cuáles no.
Inspirados por el enfoque comtiano de la ciencia, durante el primer tercio del siglo XX los llamados **neopositivistas** o **empiristas lógicos** defendieron el verificacionismo. Para que una teoría pueda ser considerada como científica ha de ser verificable empíricamente. A pesar de sus inconvenientes, consideraba la inducción como el genuino método científico. Siempre partimos en primer lugar de la observación; una vez hemos reunido suficientes datos pasamos a efectuar generalizaciones oportunas para formular leyes y teorías. Así, las teorías científicas se caracterizan por partir siempre de la experiencia y obtener de ella las pruebas que apoyan su verdad.
Karl Popper llegó a la conclusión de que lo que caracteriza la ciencia es su capacidad para realizar predicciones arriesgadas. Según Popper, el científico no realiza experimentos tanto para confirmar o verificar sus teorías, sino que procura deducir consecuencias experimentales que pongan a prueba la teoría. Una teoría ha de ser falsable, es decir, ha de poder exponerse a quedar refutada. Lo que Popper quería resaltar era la capacidad de la teoría para formular predicciones arriesgadas y comprobables. Aquellas teorías que carecen de dicha capacidad Popper propone que no sean consideradas científicas. Si una teoría no permite hacer predicciones concretas, según Popper, las teorías metafísicas o religiosas no son científicas según este criterio, al no existir ninguna posible observación que las pudiera refutar.
Tanto Popper como los miembros del Círculo de Viena mantenían una concepción optimista de la ciencia, de modo que podemos afirmar que en la ciencia hay un progreso en la búsqueda de la verdad. En el camino hacia la verdad unas tesis se mantienen mientras que otras van siendo corregidas y mejoradas, gracias a la contrastación empírica.
Según Kuhn, podemos distinguir diferentes fases de desarrollo histórico de la ciencia. Por un lado, señaló que había momentos revolucionarios, cuando unas ideas científicas eran sustituidas por otras. Las etapas revolucionarias están seguidas por largos periodos en los que se desarrolla la ciencia normal. Kuhn explica que la ciencia es una actividad conservadora, y el trabajo habitual de los científicos consiste en ampliar el número de aplicaciones del paradigma y en realizar los mínimos ajustes para incorporar las posibles anomalías y cuestiones sin resolver que aparezcan.
Tanto la ciencia como la técnica, casi hasta el siglo XVI, siguieron caminos distintos. Esto empezó a cambiar con el surgimiento de la ciencia moderna. Para la técnica, este hecho ha supuesto una transformación tan profunda que, comparándola con las formas anteriores, se ha considerado oportuno diferenciarla con otro nombre (el de tecnología). Definimos tecnología como el conjunto de procedimientos y recursos de gran complejidad y sofisticación que caracteriza la técnica desde el siglo XVIII. La tecnología ha invadido prácticamente todos los aspectos de nuestra existencia.
