Portada » Ciencias sociales » Fundamentos Epistemológicos en Ciencias Sociales: Tradiciones, Paradigmas y Modelos de Intervención
Este documento explora las principales corrientes de pensamiento que han configurado la ciencia, desde sus orígenes hasta las perspectivas contemporáneas, con un enfoque particular en su aplicación y relevancia para las ciencias sociales y el trabajo social.
La tradición aristotélica busca dar razón a hechos o fenómenos, guiándose por un camino inductivo y deductivo desde la observación. Su objetivo es crear principios generales y explicativos, estableciendo una relación causal entre la premisa y la conclusión. Se esfuerza por conocer las causas finales o explicaciones teleológicas de los fenómenos.
La tradición galileana representa una línea revisionista al método inductivo-deductivo, impulsada por un deseo de poder y control sobre la naturaleza, donde el centro ya no es el mundo, sino el hombre. Esta perspectiva abandona la búsqueda del «por qué» y «para qué» para centrarse en el «cómo». Parte de nuevos requisitos para que una explicación sea considerada científica. Surge en el contexto de una nueva sociedad, con un capitalismo incipiente y el ascenso de una nueva clase social urbana, la burguesía, propensa a los hechos concretos, el orden y lo positivo. Se enfoca en lo positivo, el interés pragmático, lo útil, el dominio y el análisis experimental, otorgando un valor explicativo a estos elementos.
La Revolución Francesa marcó un punto de inflexión en el mundo social. Hasta entonces, la sociedad no constituía un problema; funcionaba inconscientemente, de manera similar al cosmos. Sin embargo, la sociedad entró en crisis, lo que impulsó la comprensión de las ciencias del hombre. Esta nueva reordenación social, en busca de equilibrio e intervención, dio origen a la polémica entre las dos tradiciones principales:
Basado en la corriente galileana, el positivismo se configura por cuatro aspectos fundamentales:
La hermenéutica se considera una tendencia antipositivista. Se caracteriza por el rechazo a varios principios del positivismo:
La hermenéutica establece una distinción fundamental entre explicación y comprensión. Intenta comprender, una concepción propia de las ciencias humanas, que implica una forma empática, afectivo-mental, que considera los sentimientos, motivos, valores y pensamientos de sus objetos de estudio. En este enfoque, se da una unidad sujeto-objeto, y se prioriza la comprensión de hechos particulares frente a la búsqueda de leyes generales.
El concepto de paradigma es de suma importancia en la concepción de la ciencia, ya que determina toda una ciencia, sus problemas, teorías y métodos. Significa modelo o ejemplo establecido en un determinado momento histórico. Es equivalente a la matriz disciplinar o asunciones guía.
Un paradigma representa un conjunto entrelazado de supuestos que conciernen a la realidad (ontología), al conocimiento de esa realidad (epistemología), y a las formas particulares para conocer acerca de esa realidad (metodología). Los paradigmas son un conjunto de conocimientos y creencias que forman una visión del mundo (cosmovisión), en torno a una teoría hegemónica en un determinado periodo histórico. Cada paradigma se instaura tras una revolución científica, que aporta respuestas a los enigmas que no podían resolverse en el paradigma anterior.
El paradigma cumple diversas funciones esenciales:
El positivismo, estructuralismo y psicoanálisis representan el modelo de pensamiento imperante en la modernidad, equiparando las ciencias sociales a las naturales. Sus características incluyen:
El construccionismo y el enfoque sistémico caracterizan el modelo de pensamiento de la posmodernidad, centrado en la complejidad. Sus rasgos distintivos son:
Una teoría es un conjunto de proposiciones lógicamente enlazadas en un sistema hipotético-deductivo, abiertas a verificación o comprobación mediante la experiencia u observación. Es una estructura conceptual compleja basada en constructos y explicaciones de un fenómeno determinado, que ofrece enfoques y perspectivas de la realidad, proporcionando instrucciones y justificaciones sobre la misma.
La teoría social, en particular, puede definirse como un conjunto de teorías de menor generalidad que describen aspectos parciales dentro del amplio espectro de las ciencias sociales. Ejemplos incluyen la teoría feminista, teoría radical, teoría crítica, teoría de sistemas, teoría del conflicto y el posmodernismo.
Un modelo consiste en un procedimiento regular y siempre repetible, formulado explícitamente, para la consecución de conocimiento científico. Es una construcción simplificada y esquemática de la realidad, que surge de una teoría y, como tal, puede ser contrastada empíricamente en la práctica. El modelo conforma un esquema referencial para guiar la práctica.
Desde la perspectiva del Trabajo Social, los modelos se entienden como:
El modelo teórico no es una varita mágica que garantiza intervenciones exitosas, pero sí permite al trabajador social:
Los modelos nos ayudan a percibir ordenadamente la realidad, a darle significado y a plantearnos acciones transformadoras (Navarro, 1997). El conocimiento de los diferentes modelos dota a los profesionales de la capacidad de elegir entre diversas formas de acción y de reflexión, en función de la problemática a la que se enfrenten, sin menoscabo de la creatividad y personalidad del trabajador social (Campanini y Luppi, 1991).
Desde su inicio, el trabajo social ha desarrollado principios teóricos, modelos de intervención y herramientas prácticas para afrontar la práctica profesional.
Los modelos de actuación profesional en Trabajo Social se clasifican en:
La elección de un modelo de intervención se basa en diversas variables:
Ante el nuevo escenario mundial, el Trabajo Social como disciplina de intervención no puede quedarse estancado en antiguos planteamientos. El movimiento epistemológico es imprescindible para el desarrollo de la profesión, lo que implica una constante vigilancia epistemológica.
Es crucial incorporar nuevos procedimientos y enfoques, tales como:
Finalmente, se subraya la vital interrelación teoría-práctica en el quehacer del Trabajo Social.