Portada » Filosofía » Fundamentos del Racionalismo Cartesiano: El Método, la Duda y el Conocimiento Seguro
El Racionalismo cartesiano sostiene que el conocimiento humano se puede construir deductivamente a partir de ciertas ideas y principios innatos, que el entendimiento humano posee por sí mismo.
Parte de la unidad de la razón y de la ciencia:
La razón es autónoma, independiente de la fe religiosa, la autoridad y la experiencia sensible. Llegar a conocimientos sólidos y seguros no es una cuestión de capacidad racional, sino del uso de esa capacidad.
El uso que hacemos de nuestra capacidad racional es diferente en unos y en otros; muchos la aplicamos mal, debido a la falta de un método adecuado. La falta de método da lugar a diversidad de opiniones incompatibles entre sí para decidir su validez.
El término idea significa cualquier contenido mental.
La aplicación del método exige despejar los diversos datos para procurar combinarlos en alguna estructura y poder proceder a su solución. Descartes lo aplica a la filosofía, lo que implica poner en duda lo que no se presente a la razón clara y distintamente.
Está convencido de las posibilidades de la razón humana de llegar a conocimientos seguros. La exigencia del método es: no dar nada por verdadero mientras exista la más mínima duda.
Los datos de los sentidos son en ocasiones engañosos. No disponemos de un criterio que nos permita saber cuándo los sentidos nos engañan. Aunque es improbable que los sentidos nos engañen siempre, es prudente dudar de la información que recibimos de ellos, pues uno no se fía de aquel que lo ha engañado en alguna ocasión.
Creemos que nuestras ideas sobre las cosas del mundo externo son causadas por las mismas cosas, que tienen una existencia independiente de nosotros. Descartes dice que a menudo se nos presentan en sueños las mismas cosas que cuando estamos despiertos, como si efectivamente estuviésemos en vigilia. Como no existe un criterio evidente para distinguir entre el estado de vigilia y el onírico, se dudará de la existencia del mundo exterior.
Las verdades matemáticas son independientes de la sensibilidad y del mundo físico, exista o no algo que responda a ellas. Las verdades matemáticas podrían ser un buen fundamento para la verdad, pero más de una vez nos equivocamos al aplicarlas.
Descartes nació en La Haye en 1596 en el seno de una familia Católica Romana perteneciente a la baja nobleza. Estudió a Aristóteles en los textos escolásticos. Se graduó en leyes y más tarde se trasladó a Holanda para estudiar matemáticas y seguir la carrera militar.
Durante un viaje por Europa, donde estudió “el libro del mundo”, decidió que su carrera científica y filosófica debía dedicarse a la búsqueda del conocimiento para ayudar a la humanidad. También durante este viaje, concibe el método universal de razonamiento deductivo y estudia esoterismo, aunque resulta decepcionado.
A Descartes no le gustaba la vida militar; solo se había enrolado en el ejército para poder viajar, ya que pensaba que conocer otras culturas era una buena forma de aprender. Más tarde volvió a Holanda, donde escribió las Reglas para la dirección del espíritu. A partir de 1629 se dedica más a escribir y publica, entre otros, el Discurso del método, Meditaciones sobre la filosofía primera y Principios de la filosofía.
Descartes vivió durante el Renacimiento. El interés de los renacentistas era recuperar las teorías originarias que se habían ido desvirtuando durante la Edad Media. Este es un movimiento que intenta por medio de la educación conseguir que se respete la dignidad humana y que las distintas ideologías y creencias puedan convivir.
La filosofía renacentista es una crítica al criterio de autoridad de la filosofía aristotélica y la introducción de unos conceptos que preparen una nueva filosofía más centrada en la razón y con fundamentos más científicos, es decir, una filosofía basada en el pitagorismo.
