Presupuestos Fundamentales de la Filosofía Cristiana

Los presupuestos de los filósofos cristianos son las creencias fundamentales desde las cuales razonan su interpretación del mundo y del ser humano:

• Ontología Creacionista: Sitúa la causa eficiente y su principio ontológico en la acción amorosa y libre de Dios. El concepto de creación emerge como una nueva posibilidad para comprender el origen y sentido del universo, ya que no es razonable que de la nada se origine el ser.
• Antropología de la Libertad: La revelación cristiana implica una visión del ser humano como persona con una vocación y un destino singulares que dependen de su responsabilidad individual. La visión cristiana lo considera dueño de su destino y liberado de los caprichos de dioses vengativos (libertad = responsabilidad).
• Interpretación Irreversible del Tiempo y la Realidad: Propone una visión irreversible de la historia y de la realidad. El ser humano y su historia son originarios porque, en un acto singular y personal, Dios les dio origen; la biografía de cada uno es intransferible y su muerte es personal y definitiva.
• Sentido de la Muerte: La muerte deja de pertenecer al ciclo de las reencarnaciones; no es un trance o una realidad absurda, sino el momento en el que la vida se desvincula de su condición histórica y temporal para adquirir un sentido metahistórico y metatemporal. La muerte se despoja del aspecto trágico para adquirir caracteres de expectativa y esperanza, plenamente justificables al contar con la eternidad de Dios.
• Interpretación Sociológica de la Existencia: La doctrina cristiana insiste en vincular a los seres humanos entre sí en compromisos que abarcan desde lo familiar hasta lo social y político. Se integra en interacciones de fraternidad y sociabilidad en las que las relaciones se regulan por el deber de la práctica de la caridad o el amor, que sobrepasa las exigencias puramente distributivas.

Corrientes Filosóficas y Defensores de la Fe Cristiana

• El Gnosticismo: Es una combinación de ideas neoplatónicas, cristianas, astrológicas y misticismo cosmológico. Su idea más importante es la defensa del conocimiento como único medio de salvación. El conocimiento debe perfeccionarse como sabiduría que permite conocer a Dios.
• El Maniqueísmo: Es la llamada gnosis persa. Fue difundido por Mani, quien tuvo la pretensión de fusionar las enseñanzas de Buda, Zaratustra y Jesucristo. Su tesis fundamental es la división de dos reinos antagónicos: el espiritual o de la luz (principio del bien) y el material o de las tinieblas (sitio del mal).

Agustín de Hipona: Pensamiento y Legado

Biografía

Nació en Tagaste y se formó en Cartago, inmerso en la cultura clásica latina. A los diecinueve años, leyó la obra de Cicerón Hortensius, que lo impulsó hacia la filosofía. En ella buscó disipar sus dudas y encontrar la verdad, su permanente inquietud. Se aproximó a las corrientes escépticas. En el 386 se convirtió al cristianismo, en el que encontró la verdad plena que venía buscando en la filosofía, y en el 387 fue bautizado en Milán por San Ambrosio. Regresó a Tagaste, donde fue ordenado sacerdote en el 391, y en el 393 fue nombrado obispo de Hipona. Sus escritos son un ejemplo de clarividencia mental y argumentación rigurosa, y cuentan con la belleza de su estilo latino. Intentan acercarse a la comprensión de la naturaleza humana y a sus inquietudes intelectuales, psicológicas y morales.

La Interioridad del Alma

Sabiendo que el trayecto intelectual de Agustín está impulsado por su actitud psicológica de fondo, según la cual en el interior del ser humano debe buscarse el principio de su actividad intelectual y práctica, esto implica dos aspectos:

• Debemos aclarar nuestra propia conciencia mediante el examen personal para no engañarnos, ser fieles a nosotros mismos y poder discernir las cosas y situaciones intelectuales o morales.
• En toda su obra subyace una convicción y se despliega la tensión hacia la verdad y la felicidad. No hay verdad sin felicidad ni felicidad sin verdad.

Del Neoplatonismo al Cristianismo

El Neoplatonismo de Plotino

La concepción neoplatónica de Dios como unidad perfecta. Plotino señalaba el retorno a Dios como objetivo del ser humano. Destacaba tres amores de profunda raíz griega: el amor a la belleza, el amor a la filosofía y el amor a la música.

El Cristianismo

En esta religión encontró la enseñanza que colmó las aspiraciones de verdad y felicidad de su alma. La verdad sobre la que se constituye la doctrina cristiana no es un conocimiento intelectual y teórico, porque ser cristiano supone creer en un Dios Padre que actúa con amor hacia los humanos y exige que ellos se traten entre sí como hermanos. El amor fraterno no solo nace de Dios, sino que es Dios mismo.

El Progreso del Saber hacia la Verdad

Las Artes Liberales

La dialéctica o la música, que es apreciada como un arte dirigido a satisfacer la inteligencia y una especie de matemática que articula tiempo y sonido. Es una preparación para la filosofía.

La Filosofía y su Objeto

La filosofía es útil porque impulsa a cultivar la razón y a desplegar las inquietudes del alma. Es un ejercicio para el desarrollo progresivo y continuo de la razón que pasa de ser reflexión sobre las cosas mudables e infinitas a fijar su atención en el ser que encuentra como óptimo en la intimidad de su alma, que es Dios.

La Religión, Culminación de la Progresión

La necesidad interior de colmar las expectativas e inquietudes del alma, en la que se encuentra la verdad acompañada de la felicidad.

Dios y la Creación en el Pensamiento Agustiniano

Así se percibe si se sigue el itinerario reflexivo de Agustín:

• La Existencia de Dios: El ser humano encuentra en su propia razón verdades necesarias y universales, así como los primeros principios de la razón, los axiomas matemáticos e ideas como justicia, belleza, etc., que aparecen en el entendimiento como verdades eternas. Son verdades que no cambian y han tenido siempre validez, es decir, son necesarias; pero sería contradictorio que encontráramos algo necesario sin un ser necesario que fuera su fundamento.
• Las Ideas Ejemplares: Influido por Platón, Agustín sitúa en la inteligencia divina las ideas ejemplares de todas las cosas del mundo. En la mente divina, desde la eternidad, están presentes los modelos de cada una de las cosas que irán apareciendo en el tiempo según el designio y la acción creadora de Dios.
• Las Razones Germinales: Dios introdujo en la materia informe lo que Agustín llama razones germinales. La materia lleva en sí misma las raíces o semillas de las que se originan las cosas.
• Ejemplarismo Divino: En todos los seres, en consecuencia, está doblemente impresa la huella de Dios por dos motivos: porque responden a sus ideas ejemplares y porque se originan a partir de semillas impresas por Él en la materia.

El Ser Humano en la Filosofía Agustiniana

• El Ser Humano es Imagen de Dios: Para Agustín, Dios es eternidad, verdad y amor; y a su imagen, el ser humano está constituido por tres potencias: la memoria, la inteligencia y la voluntad.
• La Dualidad Cuerpo y Alma: Sin oponerse claramente a la teoría hilemórfica aristotélica, es decir, a la unión sustancial del cuerpo y el alma, Agustín piensa que el alma es una sustancia autosuficiente unida accidentalmente al cuerpo.
• La Herencia del Pecado Original: El género humano ha recibido de sus progenitores la totalidad de sus atributos; por eso, de ellos ha heredado también la culpa del primer hombre, Adán, quien según el relato bíblico desobedeció el mandato de Dios. Como causa del pecado, sobrevinieron al mundo los males que padece, sobre todo los que se originan en el corazón humano, de donde nacen enemistades. Agustín expuso ampliamente estas ideas en su polémica con el pelagianismo.
• La Conciencia como Distensión en el Tiempo: De sus bellas páginas sobre el tiempo se deduce que, para Agustín, la conciencia es la actividad que unifica el discurrir de la vida interior. La conciencia, por la memoria, recupera el pasado; por la atención, evita la huida de las cosas presentes; y por la espera, hace presente el futuro.

Las Cuatro Miradas del Conocimiento en Agustín

1. Primera Mirada: La Imagen Sensitiva. El alma da a los sentidos la capacidad para percibir los objetos exteriores. Pero los sentidos, activamente, forman una imagen sensitiva o sensación de lo que perciben. Imagen no es aquí reproducción figurativa, sino representación interior. La sensación supone la visión interior de los objetos, sintiéndolos en nosotros y comparándolos con las ideas previas que el alma ya tiene de ellos.
2. Segunda Mirada: La Imagen de la Memoria. En la antropología agustiniana, la memoria es la potencia esencial del alma porque, por sus imágenes, se comprende la unidad de la vida: el pasado se actualiza, el presente adquiere continuidad y el futuro se prefigura como iniciativa y previsión.
3. Tercera Mirada: La Imagen del Entendimiento. La imagen de la memoria es recubierta por la imagen del entendimiento que elabora las ideas de las cosas. Estas no responden a las sensaciones recibidas de objetos concretos ni a la suma de todos ellos, porque el alma elabora en sí misma realidades intelectuales con validez universal. En nuestra vida ordinaria siempre nos desenvolvemos manejando ideas, esto es, mediante el conocimiento inteligible. Mediante ideas se elaboran conocimientos científicos y por ellas nos guiamos. Al conocimiento por ideas, Agustín lo denomina razón inferior porque, a pesar de su carácter racional, su alcance no calma las aspiraciones del alma a la verdad absoluta y, por tanto, tampoco puede procurar la plena felicidad.
4. Cuarta Mirada: La Imagen de la Sabiduría (Razón Superior). No satisfecha con las ideas de la ciencia y del conocimiento intelectual, el alma se vuelve sobre sí misma y en su interior encuentra verdades inmutables y eternas que no ha aprendido de nada ni nadie, sino que intuye como anteriores y superiores. Para Agustín, estas verdades eternas solo pueden tener su fundamento en un ser eterno e inmutable: Dios. Por tanto, el objeto de esta sabiduría o razón superior es el conocimiento de Dios en cuanto fundamento de tales verdades. Volver a la propia intimidad exige meditación y contemplación. El distraído, el que se contenta con las primeras impresiones, quien no se detiene en detalles y no analiza con exactitud, no alcanzará la finura de la mirada propia de quien posee la sabiduría.

La Escolástica: Orientación Científica y Metodológica

En toda la enseñanza universitaria medieval, la metodología fue exclusivamente teórica, alejada de experimentos e investigación empírica, con la atención puesta en reproducir los saberes clásicos. Pese a la diversidad de métodos, se pueden precisar algunas de las principales características de la escolástica:

• La Filosofía es Sierva de la Teología: Siendo el objetivo fundamental la interpretación de los libros sagrados, la filosofía fue considerada explícitamente como ciencia auxiliar de la exégesis.
• Aristóteles como Autor de Referencia: Las obras de Aristóteles formaron el núcleo de los contenidos filosóficos enseñados. En los primeros siglos se estudiaban los libros de lógica que se conocían en el momento, y desde el siglo XIII, los grandes textos teóricos sobre la metafísica.
• La Metodología Escolástica: Se exigía mucha exactitud y precisión en el lenguaje y en los conceptos que se empleaban. La metodología escolástica, a pesar de ser muy teórica, es un ejemplo de rigor y exigencia de exactitud en el uso de las palabras y la articulación de argumentos.

Tomás de Aquino: Razón y Fe en la Escolástica

Biografía

Nació en Roccasecca, aldea próxima a Aquino, al sur de Roma. Desde los cinco años estudió en el monasterio de Montecassino. En 1244 ingresó en la orden de los Dominicos y al año siguiente se marchó a París, donde tuvo como maestro a Alberto Magno. En 1252 enseñó en París y en 1259 fue nombrado maestro de la curia pontificia en Roma. Entre 1265 y 1272 residió en París, donde eran comunes las grandes discusiones filosófico-teológicas entre las órdenes religiosas, y murió en 1274 en Fossanova, cerca de Roma.

Influencias y Método Tomista

Sus escritos son un depósito de todo el saber de su tiempo, y su fuente de influencia más importante es Aristóteles, cuya obra fue conocida por entero en su época. Mantiene este esquema discursivo:

• Expone con precisión minuciosa todos los términos que entran en los enunciados, cuestiones o tesis que se discuten.
• Divide las cuestiones en artículos y estos en dificultades a las que va dando respuestas.
• Construye sus explicaciones a través de razonamientos basados en silogismos cuyas premisas ha aclarado o son evidentes.
• Concluye solo en afirmaciones que están justificadas por el rigor deductivo.

La Filosofía y la Teología: Dos Órdenes Complementarios

Tomás de Aquino tiene un objetivo en su obra: mostrar que las creencias cristianas no son contrarias a la razón. Parte del supuesto ontológico de que hay dos órdenes de realidad: el natural, al que pertenece todo el universo, y el sobrenatural, que es Dios y su gracia. En consecuencia, también hay dos órdenes de conocimiento:

• Natural: Es el conocimiento asociado a las facultades de la razón que tiene como resultado la filosofía. La filosofía debe moverse con su propia lógica racional de modo autónomo.
• Sobrenatural: Es el conocimiento que proviene de la revelación divina, cuyas verdades el creyente acepta por la fe. Siendo distintos los dos tipos de conocimiento, filosófico y teológico, no se contradicen, sino que más bien se perfeccionan y completan.

El Ser Humano en el Pensamiento Tomista

Las dos fuentes de Tomás son la doctrina cristiana y la tradición griega. Sus principios fundamentales son los siguientes:

• Unión Sustancial del Alma y el Cuerpo: El ser humano es un compuesto sustancial de alma y cuerpo, y ambas interactúan de modo inseparable. Por el cuerpo percibimos y sentimos, aunque en plena interacción con el alma.
• Unicidad del Alma: El alma es una sola y su función es ser forma sustancial del cuerpo. Siendo única, tiene cinco potencias específicas con estas funciones: vegetativa, sensitiva, apetitiva, motriz e intelectiva. Su función más específica es la intelectiva. El ser humano está dotado de voluntad para hacer el bien.
• Origen y Subsistencia del Alma: Aunque el alma está unida sustancialmente al cuerpo, no se origina del mismo modo: no se hereda ni se transmite, sino que es creada por Dios. El alma se manifiesta como conciencia. Las características del alma son la simplicidad o falta de composición y la espiritualidad. Como solo lo compuesto y material puede corromperse, el alma es incorruptible.

El Conocimiento y la Abstracción en Tomás de Aquino

• Impresiones Sensibles: Los sentidos nos ofrecen siempre objetos particulares con características específicas vinculadas a una materialidad concreta.
• La Imagen Intelectual (Phantasma): A partir de la información de los sentidos, la imaginación forma una imagen interior o representación que los escolásticos llaman phantasma. Esta imagen no es una idea porque está elaborada todavía con la materia, conforme los sentidos retienen entre seres de la misma especie.
• La Actividad del Entendimiento: El entendimiento reconoce las imágenes formadas por la imaginación. En el proceso de abstracción se pueden distinguir dos funciones del entendimiento:
  • Agente: Consiste en prescindir de las cualidades sensibles de las imágenes, a las que universaliza y abstrae.
  • Paciente: Por la que las ideas o especies inteligibles quedan impresas en el entendimiento de forma permanente.

La Verdad, los Juicios y la Ciencia

• Todo Conocimiento Verdadero Parte de la Experiencia: Esto conduce a un concepto realista de verdad: la conformidad o adecuación entre las cosas y el entendimiento.
• La Verdad está en el Juicio: El juicio es el acto por el cual se manifiesta la adecuación o inadecuación entre el entendimiento y las cosas. El juicio, para ser correcto, exige analizar las cosas, sopesar sus atributos, distinguir lo permanente de lo transitorio, lo sustancial de lo accidental, con el fin de identificar su esencia. Juzgar con verdad, por tanto, exige razonamiento.
• Los Juicios Universales, Base de la Ciencia y del Lenguaje: Las leyes científicas no son descripciones de seres individuales, sino que se basan en juicios con valor universal y necesario.
• Abstracción y el Conocimiento de Dios: La abstracción, como método generalizado, tiene como consecuencia que incluso el conocimiento de Dios y su existencia deben partir de la experiencia sensible.

Principios de la Ontología Tomista

• El Ser como Primer Conocimiento: Con gran realismo, para Tomás de Aquino tenemos conocimientos inmediatos de que hay seres o entes muy diferenciados, naturales o propiamente intelectuales, así como de las cualidades de las cosas.
• Diversos Modos de Darse del Ente: Hay diversos modos de darse de las entidades: uno es el modo de ser la sustancia, otro es su estatura, sus pensamientos, sus amistades. Todas esas realidades son algo, pero lo tienen de distinto modo.
• La Composición de los Entes: Los entes o seres que percibimos tienen una estructura que Aristóteles había analizado con sagacidad: son compuestos de materia/forma, acto/potencia, sustancia/accidente. No hay ser que no sea compuesto y, por tanto, que no sea cambiante. Solo el ser de Dios es sin composición; la esencia de Dios es absolutamente simple.
• La Distinción Esencia/Existencia: En los seres se distingue la esencia de la existencia. Esto quiere decir que la esencia de un ser es pura potencia y, para que exista realmente, hace falta su actualización.
• La Materia como Principio de Individualización: Las esencias se pueden multiplicar en infinidad de individuos. Este principio es la materia.
• Analogía entre el Ser de Dios y el Ser de las Criaturas: Tomás de Aquino recurre a la analogía como concepto fundamental de su ontología teísta. A Dios le atribuimos el ser por la analogía con el ser de las criaturas: estas son y Dios es, pero de modo análogo, no idéntico. Pero teniendo en cuenta que a Dios se le atribuye tanto el ser como las perfecciones por vía de eminencia, es decir, en grado absoluto. Dios es absolutamente otro, no la culminación o cúspide perfecta de los seres del mundo.

Las Cinco Vías de Tomás de Aquino para Demostrar la Existencia de Dios

1. Primera Vía: Del Movimiento. Es la vía cosmológica y se basa en la Metafísica de Aristóteles. Parte de la existencia del movimiento: todo lo que se mueve exige un motor, y cada motor exige a otro, y así sucesivamente. Luego, debe haber un primer motor porque la serie no puede ser infinita; ese primer motor tiene que ser Dios.
2. Segunda Vía: La Causalidad Eficiente. Constatamos que todos los seres y efectos se derivan de causas anteriores. Como no sería lógico llevar la serie causal hasta el infinito, es necesario que haya una primera causa que explique la existencia de las demás causas. Esa causa es Dios.
3. Tercera Vía: La Contingencia. Todas las cosas son contingentes, pero lo contingente no puede existir en razón de sí mismo; por lo tanto, exige un ser necesario, esto es, que haya existido siempre y no pueda dejar de existir. Este ser es Dios.
4. Cuarta Vía: Los Grados de Perfección. En las cosas percibimos grados de perfección; luego, parece lógico que haya un grado máximo de perfección. Así, existe un ser supremo que tiene toda la perfección en grado máximo, y ese ser es Dios.
5. Quinta Vía: La Teleología (Orden del Universo). Todas las cosas, incluso las irracionales, tienden a un fin para conseguir lo que más les conviene, a la manera como el arquero dirige la flecha. Eso sería imposible si no estuvieran dirigidas por un ser inteligente cuya acción fuera análoga a la del arquero. Existe un ser que dirige las cosas a su fin, y este ser es Dios.