Portada » Lengua y literatura » Explorando Movimientos y Obras Clave de la Literatura Española
En 1927 se celebró un acto de homenaje al escritor barroco Luis de Góngora, a la que acudieron jóvenes poetas que lo reivindicaban por su esteticismo, su ausencia de sentimentalismo y su cuidado de la forma. De este acto surgió el grupo del 27. Sus miembros fueron amigos, colaboraron en las mismas revistas, figuran juntos en distintas antologías y escribieron sobre sus compañeros.
Antes de consolidarse como grupo, los poetas del 27 estuvieron influidos por la poesía modernista, la poesía pura y las vanguardias deshumanizadas. Desde entonces hasta la Guerra Civil, el surrealismo humaniza sus versos, reflejando la preocupación social por una España condenada al abismo de la lucha entre hermanos. Tras la Guerra Civil (la ‘lucha cainita’), Lorca había muerto y los demás debieron escoger entre el exilio o permanecer en un país donde no podían expresar libremente sus ideas (el ‘exilio interior’).
La estética del 27 es ecléctica: su rasgo más característico es la mezcla de elementos dispares. Admiran la poesía popular, que se manifiesta en el folclore y los romances, y sienten devoción por la literatura clásica española. Acogen con entusiasmo la influencia de los movimientos vanguardistas. Aspiran a una poesía lúdica y deshumanizada, pero también son capaces de emplear las técnicas surrealistas para bucear en lo más profundo del ser humano.
Es el poeta más intelectual del grupo. Su obra se acerca a la poesía pura (con un léxico elaborado, pocos adornos). Sus obras más relevantes son Cántico, Clamor y Homenaje.
Se inclina por el creacionismo y el ultraísmo (Manual de espumas). Simultáneamente, desarrolla temas y formas tradicionales, con poemas dedicados al paisaje, al amor, a los toros, a la música y a la religión (Alondra de verdad).
En Marinero en tierra, expresó la nostalgia por su Cádiz natal, que identifica con la infancia y el paraíso perdidos, siguiendo la estética neopopularista. Asimismo, notamos el movimiento surrealista en Sobre los ángeles.
Muestra características futuristas en Presagios y La voz a ti debida.
Anhela un mundo donde se disfrute con libertad la belleza y el amor, pero solo encuentra desesperanza y dificultad para adaptarse a un entorno hostil. Agrupa sus obras en La realidad y el deseo.
El nobel Vicente Aleixandre reflexiona sobre el amor, la naturaleza y la muerte. Es el poeta más influido por el surrealismo: en él abundan las imágenes visionarias y el versículo de sonoridad (como en Espadas como labios).
Es el mejor representante del exilio interior. Hijos de la ira, publicado tras la Guerra, inaugura la poesía existencial, que se convierte en el medio por el que el ser humano expresa su dolor vital.
Se llama Las Sinsombrero a las mujeres del grupo del 27: poetas, narradoras, dramaturgas, artistas.
Recibió una fuerte influencia de la poesía pura y de la vanguardia.
Partió de una tendencia neopopular y recibió influencias del futurismo y del ultraísmo.
Primera académica de número de la RAE, publicó ensayo, poesía, relato, novela…
Federico García Lorca fue asesinado en agosto de 1936. Los grandes temas de su producción son el destino trágico, la muerte inevitable y el amor imposible.
En Romancero gitano suma la influencia de la poesía popular, del surrealismo y del modernismo.
En Poeta en Nueva York muestra con técnicas surrealistas la conmoción que sufrió tras visitar la ciudad: el progreso se había convertido en una cárcel para el ser humano.
En su teatro aparecen las mismas obsesiones que configuran su poesía.
El drama Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores muestra la paulatina destrucción de una mujer abandonada por su novio.
Bodas de sangre muestra cómo, el mismo día de su boda, la novia escapa con su antiguo novio, Leonardo. El marido los encuentra y los dos hombres se matan a navajazos. Mezcla verso y prosa y elementos verosímiles con fantásticos.
Yerma presenta la angustia de una mujer casada que ansía sobre todas las cosas tener hijos y no puede.
En La casa de Bernarda Alba, tras la muerte de su segundo marido, Bernarda impone a sus cinco hijas un luto riguroso, que las aísla del mundo. El conflicto entre las mujeres por el amor de Pepe el Romano provoca la catástrofe. Los temas fundamentales son la opresión, la negación del derecho de una persona a luchar por sus deseos y la moral hipócrita.
La literatura realista nació en el contexto de la sociedad industrial del siglo XIX, fruto de una época en la que la burguesía alcanzó la cima del poder político e impuso sus valores. Frente a las tendencias a la evasión de los románticos, los nuevos escritores intentan reflejar con fidelidad las costumbres contemporáneas y la psicología de individuos reales.
Este movimiento surge en Francia, llega a España con retraso y triunfa después de la Revolución de 1868. Los realistas aspiran al máximo de verosimilitud, prestando más atención al detalle, empleando descripciones e intentando ser fieles a la realidad.
La narrativa realista arranca de los cuadros de costumbres románticos. Los escritores de tendencia más conservadora pretenden mostrar el pasado de forma idealizada.
Escribió con el seudónimo de Fernán Caballero, autora de La gaviota, coloca dentro de la trama cuadros de costumbres y escenas de la vida campesina.
Comenzó como escritor costumbrista y romántico, y evolucionó hacia tendencias realistas. El sombrero de tres picos, basada en un romance tradicional muy suavizado en su versión.
Destacan Sotileza y Peñas arriba, que se desarrollan en Cantabria y reproducen personajes, usos y costumbres propios de esta tierra…
Desarrolla una corriente esteticista, que aplica técnicas realistas, pero evita todos aquellos elementos que puedan resultar desagradables. En Pepita Jiménez realiza un magnífico estudio de la psicología femenina. Entre los escritores progresistas encontramos los que llevan el realismo a sus más altos logros.
En sus Episodios nacionales, escritos a lo largo de toda su carrera, reconstruye la historia de España, desde la batalla de Trafalgar hasta la Restauración. Con ellos nace una nueva forma de novela histórica en la que la realidad y la ficción se mezclan, pero de forma verosímil. En sus otras novelas encontramos tres etapas. En primer lugar, escribe novelas de tesis (Doña Perfecta), que muestran su oposición a las posturas conservadoras. En un segundo momento, con sus novelas contemporáneas las características realistas alcanzan su máxima perfección. Como se observa en la obra Fortunata y Jacinta se presenta a un gran número de personajes de todas las clases sociales: se estudia su carácter y la influencia en ellos de la genética y el ambiente. En su última etapa las novelas se orientan hacia lo moral y lo espiritual, como observamos en Misericordia.
Fue un influyente crítico literario. En sus cuentos se mezcla lo satírico, lo sentimental, lo serio y lo reflexivo. El más conocido es ¡Adiós, Cordera! Como novelista consiguió, con La Regenta, la obra de mayor trascendencia del realismo español, muy influida por el naturalismo. Esta obra se ambienta en Vetusta (Oviedo), y la ciudad se convierte en uno de los personajes fundamentales. Ana Ozores protagoniza la novela. Está casada con Víctor Quintanar, un señor bastante mayor que ella al que solo ve como un padre. El triángulo amoroso girará en torno al sacerdote Fermín de Pas y el donjuán Álvaro Mesía.
El naturalismo surge en Francia de la mano de Émile Zola, se desarrolla en España después de la publicación de La desheredada de Galdós y lleva las características realistas hasta sus últimas consecuencias. Afirma que el ser humano está determinado, no solo influido, tanto por su herencia biológica como por su educación y su experiencia.
Teoriza sobre el movimiento en La cuestión palpitante, y muestra en Los pazos de Ulloa a unos personajes arrastrados a la desgracia por la fuerza irresistible de su genética y del ambiente brutal en el que viven.
Presenta en Cañas y barro el opresivo ambiente de la huerta valenciana.
En la segunda mitad del siglo XIX siguen escribiendo poetas románticos como José Zorrilla y Carolina Coronado, pero se impone una variante de este movimiento denominada posromanticismo.
Las Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer nos presentan la autobiografía amorosa del autor. En prosa, sus Leyendas suponen la mejor expresión de lo sobrenatural y lo misterioso.
Autora de Follas novas y En las orillas del Sar, alterna en sus obras el gallego y el castellano.
En el teatro el público disfruta con los dramas de Tamayo y Baus.
Nada es una novela de Carmen Laforet escrita y publicada en 1944, en plena posguerra tras la Guerra Civil española (1936-39). Con ella su autora ganó el Premio Nadal ese mismo año. Aunque Carmen Laforet no estuvo adscrita a ningún movimiento o escuela literaria, con el empuje de este premio Nada triunfó y se alzó como la novela más representativa y sorprendente de los años cuarenta.
Desde el punto de vista histórico, nos encontramos en los primeros años de posguerra marcados por la muerte, el miedo, la censura y el hambre. Se trata de una época de crisis. El marco histórico es la dictadura franquista, que tendrá el poder durante cuarenta años y que conllevó un regreso a las costumbres de la España más tradicional y un recorte en los derechos de la mujer.
Se anularon los avances conseguidos en el período republicano (1931-39), por lo que la mujer se sometió a las normas de la España católica: esposa, madre, encargada de las labores del hogar, subyugada legalmente al hombre, lejos de trabajos (salvo domésticos, sanitarios y escolares) y de estudios universitarios. Condenadas al papel de ‘ángel del hogar’, esto supuso que en la literatura las autoras solo pudieran escribir novela sentimental o subgéneros similares que exaltaran los valores del régimen.
Por otro lado, desde el punto de vista literario, la novela se publica cuando la censura franquista estaba en su mayor apogeo y una mayoría de intelectuales se había exiliado por temor a las represalias franquistas. El asesinato de García Lorca hizo que muchos literatos se establecieran fuera de un estado con un régimen político totalitario.
El impacto brutal de la guerra se refleja en las narraciones, que parten de una nueva perspectiva y que incluyen nuevos estilos. En este ambiente se escriben obras complacientes con el régimen, de evasión o, en otra línea, aquellas que salvan la censura buscando nuevas vías para realizar crítica social. Así surge el tremendismo, con la obra La familia de Pascual Duarte (1942) de Camilo José Cela o el existencialismo de Rosa Chacel con Memorias de Leticia Valle (1945) y Nada de Carmen Laforet.
Estas novelas se centran en los dramas personales y no en los sociales. Predominan los personajes desorientados o marginados. Los autores no pretenden cambiar el mundo, sino que buscan soluciones individuales. Utilizarán la primera persona, con relatos autobiográficos y un personaje protagonista que, a partir de su realidad, nos cuenta la realidad de la España de la época. Es cierto, por otra parte, que será el antecedente del realismo social de la novela social de los años 50.
En relación con la obra Nada, su protagonista, Andrea, representa el paso de la juventud a la vida adulta, que es una metáfora de la búsqueda de un sentido a la existencia (el paso por la Universidad) y de un camino en un entorno muy hostil, la posguerra en Barcelona. La familia de Andrea es para algunos críticos una metáfora de nuestro país: sus familiares son personas desequilibradas, afectadas de distinta manera por la vivencia que les marcará a todos ellos, la Guerra Civil.
En la obra están presentes temas como la miseria (económica y moral); la represión (Angustias, nombre simbólico, puesto que es una mujer amargada); la violencia, ejercida sobre todo por los tíos; la deslealtad (varias infidelidades); y la hipocresía presente en las relaciones personales.
El asunto de fondo es la gran insatisfacción que muestran todos los personajes, que consigue inundar y ahogar la ilusión de la joven que llega a la gran ciudad a las puertas de una vida nueva. Desde el principio, apreciamos el contraste entre dicha ilusión hasta su llegada a la casa familiar de la calle Aribau. Su único escape será la Universidad y las relaciones con otros jóvenes, especialmente, con
Tras ese tiempo, todo parece quedar en Nada, tal y como indica el título. Título que tomó Laforet del poema de Juan Ramón Jiménez, el cual refleja la decepción y vacío de la protagonista, cuya única esperanza es el viaje que se plantea al final de la obra.
El narrador protagonista-testigo y, ocasionalmente, omnisciente, es la propia Andrea que narra los recuerdos de su vida entre 1939-1940, con un orden temporal lineal, aunque incluye saltos en el tiempo, analepsis (flash-back) y prolepsis.
La estructura que presenta la novela Nada es tradicional:
Sinonimia: fenómeno lingüístico que consiste en que varios significantes compartan el mismo significado.
Polisemia: fenómeno lingüístico que consiste en que a un significante le correspondan varios significados.
Antonimia: fenómeno lingüístico que consiste en que una palabra tenga un significado opuesto o contrario a otra.
Homonimia: fenómeno lingüístico que consiste en que dos palabras distintas coincidan en el mismo significante, bien sea escrito (homografía) o hablado (homofonía).