Portada » Arte » El Doríforo de Policleto: La Escultura que Definió el Canon de Belleza Clásico Griego
El marco geográfico y cultural de la Grecia antigua está formado por la península del Ática, la península del Peloponeso, la costa occidental de Asia Menor y las islas del Egeo.
El nacimiento de la cultura y del arte griego tuvo lugar en los siglos IX y VIII a.C. a raíz de la crisis y hundimiento de la civilización creto-micénica, ocurrida tras la invasión dórica del Peloponeso, hacia el 1200 a.C.
Los griegos se organizaban políticamente en ciudades-estado independientes, llamadas polis. Las polis eran unidades políticas independientes, aunque los griegos compartían unas características religiosas, lingüísticas y culturales comunes. El sentimiento de pertenecer a la Hélade era común a todos ellos.
En el siglo VIII a.C., los griegos empezaron a fundar colonias por el Mediterráneo, lo que permitió el desarrollo del comercio y facilitó el contacto con otras culturas. El contacto con la cultura egipcia y mesopotámica provocó la eclosión de la arquitectura y la escultura griegas, sentando las bases del arte griego.
Algunos de los valores culturales que poseían los griegos eran:
Algunas de las características que podríamos encontrar en una obra griega son:
A principios del siglo V a.C., el Imperio Persa, que ya dominaba todo Oriente Próximo, intentó conquistar Grecia, dando lugar a las Guerras Médicas. La victoria de los griegos sobre los persas abrió un periodo de autonomía cultural y artística cuyo centro fue la próspera Atenas de Pericles.
Fue en esta época, en el Periodo Clásico, cuando se alza la obra del Partenón, la máxima representación del arte griego. Es el alma de la polis, alzado en honor a la diosa o al dios de la ciudad y situado en la parte más noble de la Acrópolis.
La Acrópolis fue al principio la residencia de los reyes, por ello estaba amurallada, como sucedía en Tirinto o Micenas. La Acrópolis de Atenas es su máximo exponente. El templo griego es la casa de la divinidad.
Nos encontramos ante una imagen de una escultura exenta o de bulto redondo, representada de cuerpo entero y de pie. La figura representa a un atleta desnudo en actitud de reposo antes de participar en una prueba de lanzamiento. Está tallada en mármol (copia romana), aunque el original fue fundido en bronce. Es una pieza independiente de la arquitectura, ya que no está destinada para ser colocada en un friso o un frontón.
Es una figura con superficies lisas, finas y pulidas que nos aportan la sensación de dureza o tersura. Además, representan el volumen propio del cuerpo humano. En esta figura, se pierde la frontalidad propia de etapas anteriores a favor de la multiplicidad de los puntos de vista. Uno de los elementos que corrobora esto es la representación girada de la cabeza.
Es una figura en reposo, pero por otro lado, está representando el dinamismo o movimiento potencial. Para ello, se utiliza el contraposto: mantiene el torso en tensión al mismo tiempo que marca la elevación de la cadera y flexiona la pierna izquierda, produciendo el efecto contrario en sus hombros.
En estas figuras, era bastante usual utilizar la policromía en las piezas de mármol. La intención era resaltar algunos elementos como el cabello, por ejemplo. En cambio, en las figuras en bronce, se utilizaba pasta vítrea para los ojos y finas láminas de plata sonrosada para los labios.
Estamos ante una forma de expresión figurativa, definida por la representación de la figura y representada de forma natural, realista pero idealizada, ya que se busca la belleza y la perfección a través de las proporciones. En la cabeza se aprecia una mayor voluntad naturalista en cuanto a la captación del gesto y la distribución plástica del pelo.
Para conseguir ese ideal de belleza, se establece un canon, mediante el cual, la altura del cuerpo se corresponde con 7 veces el tamaño de la cabeza. Además, las proporciones también se representan en el rostro, dividido en 3 partes iguales equivalentes a la frente, desde la frente hasta la punta de la nariz, y desde aquí hasta el mentón.
Por otro lado, utiliza la diartrosis, ya que marca claramente la separación entre el tronco y las extremidades. El arco torácico y el pliegue inguinal están claramente delimitados y forman un círculo. El círculo va a estar considerado la figura geométrica más perfecta. Finalmente, destacar que nos encontramos ante una obra de carácter eterno.
Basándonos en las características descritas, nos encontramos ante una escultura de estilo griego, perteneciente al Período Clásico (entre los siglos V y IV a.C.). En concreto, esta obra es el Doríforo de Policleto.
El Doríforo supone una evolución en la escultura hacia una mayor expresión y naturalismo. Con ella, se instaura el modelo o canon ideal de proporciones y belleza que adoptarían los contemporáneos de Policleto. Además, la utilización del contraposto será de gran influencia tanto en el arte romano, como en el Renacimiento, por ejemplo, en el David de Miguel Ángel.
El Doríforo supone la plasmación práctica de los principios teóricos formulados por Policleto en un libro que se ha perdido, el Kanon. Con esta obra, se representa la perfecta proporción dentro de un ideal naturalista y supuso una nueva forma de representar el cuerpo humano, que sería tomada como ejemplo en sucesivos períodos artísticos como el Renacimiento.
