Portada » Lengua y literatura » El Siglo de las Luces en España: Literatura, Historia y Autores Clave
Durante este periodo se produce un notable crecimiento demográfico debido a la mejora en el nivel de vida. La Revolución Industrial, que se inicia en Inglaterra y se extiende por Europa, impulsa el desarrollo de la agricultura, las fábricas, las técnicas y los avances tecnológicos. Estas nuevas fuentes de energía producen un aumento y acumulación de capitales.
Asimismo, mejoraron el comercio y el transporte gracias al perfeccionamiento de la navegación y los puertos. Esta mejora facilitó una comunicación más fluida con las colonias, las cuales proporcionaban materias primas y demandaban productos manufacturados.
El Despotismo Ilustrado se resume en la famosa máxima: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. En este sistema gobierna la monarquía absolutista, en la cual el rey ostenta todo el poder, legitimado por un origen divino. Frente a esto, los ilustrados defienden la separación de poderes con el fin de mejorar la agricultura, impulsar la industria y modernizar la Administración del Estado. Finalmente, la Revolución Francesa (1789) cambió la monarquía por la república, transformando y modernizando profundamente el país.
Se produce un cambio de dinastía: de los Austrias a los Borbones. Tras la muerte de Carlos II de Austria sin descendencia, surgieron dos pretendientes al trono. El nuevo reinado trajo consigo importantes reformas:
La Ilustración fue el movimiento filosófico y político característico del siglo XVIII, consecuencia de la decadencia del poder de la nobleza y el crecimiento de la burguesía. Sus ideas principales son:
La prosa de esta época tiene una marcada intención didáctico-divulgadora; las obras sirven para difundir las ideas ilustradas. Predomina el ensayo y aparecen nuevos géneros como los periódicos, las misceláneas y la literatura por entregas, mientras que la prosa narrativa de ficción y la novela prácticamente desaparecen.
Los ensayistas más destacados son:
El afán didáctico de la época no favoreció el desarrollo de la lírica, que careció de una gran renovación y repitió esquemas existentes. Los géneros principales fueron:
Los principales poetas se agrupan en la Escuela de Salamanca (Cadalso, Jovellanos y Meléndez Valdés) y la Escuela Madrileña (Moratín, Samaniego e Iriarte).
Aunque el teatro barroco seguía triunfando entre el público, el teatro neoclásico fue impuesto desde el poder para educar a la sociedad. Sus características principales incluyen la división en tres actos y el respeto riguroso a la regla de las tres unidades (tiempo, espacio y acción). Se busca la verosimilitud y una temática útil con enseñanza moral.
