Portada » Historia » Guerra Civil Española y Franquismo: Conceptos Esenciales y Cronología
A continuación, se presentan respuestas concisas a preguntas clave sobre la Guerra Civil Española.
Entre los años 1936 y 1939, concretamente desde el 18 de julio de 1936 hasta el 1 de abril de 1939.
El Frente Popular.
José Calvo Sotelo.
El teniente de la Guardia de Asalto José del Castillo Sáenz de Tejada.
Bando Nacional.
«¡No pasarán!»
Brigadas Internacionales.
Cipriano Mera Sanz.
Batalla de Guadalajara en 1937 (del 8 al 23 de marzo de 1937).
Guernica.
La Batalla del Ebro.
El coronel Segismundo Casado.
1 de abril de 1939.
Manuel Azaña Díaz.
Junta de Defensa Nacional.
Falange Española Tradicionalista y de las JONS, conocida como «Movimiento Nacional».
Ley de Responsabilidades Políticas.
La Guerra Civil Española fue un conflicto social, político y militar que se desencadenó en España tras el fracaso del golpe de Estado del 17 y 18 de julio de 1936, llevado a cabo por una parte del ejército contra el gobierno legítimo de la Segunda República. Terminó el 1 de abril de 1939 con el último parte de guerra del general Franco, declarando su victoria y estableciendo una dictadura que duraría hasta su muerte en 1975.
Emilio Mola fue el organizador de la sublevación que dio origen a la Guerra Civil, y Sanjurjo era el dirigente nominal. Este golpe de Estado fue pensado y ejecutado exclusivamente por militares: Mola, Franco, Queipo de Llano, Varela, Fanjul, Cabanellas, entre otros. El proyecto de Mola era realizar un pronunciamiento militar y converger sobre Madrid para acabar con el Frente Popular. Pero la sublevación no estaba cuajada cuando se realizó, por eso fracasó en un primer momento, ya que el ejército quedó dividido. El levantamiento, señalado para el 18 de julio de 1936, se adelantó en Melilla el 17, constituyéndose una Junta Militar. La rebelión se extendió a Marruecos en pocas horas. Franco se sublevó en Canarias el día 18 y ese día tomó un avión, el Dragón Rapide, con el que llegó a Tetuán el día 19. Allí asumió el mando de las tropas marroquíes. En la península, la rebelión fracasó en la mayoría de núcleos industriales (País Vasco) y en las principales ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia… Triunfó en la Andalucía del Guadalquivir (Sevilla), Galicia y la Submeseta Norte.
Tras las elecciones de febrero de 1936 en las que venció el Frente Popular, el ambiente social era cada vez más tenso. La izquierda obrera había optado por una postura claramente revolucionaria y la derecha buscaba de forma evidente el fin del sistema democrático. Desde el mes de abril se sucedieron los enfrentamientos violentos callejeros entre grupos falangistas y milicias socialistas, comunistas y anarquistas. Mientras, la conspiración militar contra el gobierno del Frente Popular avanzaba. Por un lado, había una trama política conformada por los principales líderes de los partidos: Gil Robles, Calvo Sotelo, José Antonio Primo de Rivera. Por otro lado, crecía el número de generales implicados: Franco, Goded, Fanjul, Varela, entre otros. Emilio Mola, destinado en Pamplona, se convirtió en el jefe de la conspiración, el «director» del golpe. La salida antidemocrática tenía valedores internacionales. Muy pronto se iniciaron los contactos con Mussolini y Hitler. El 12 de julio fue asesinado por extremistas de derecha un oficial de la Guardia de Asalto, el teniente Castillo. La respuesta llegó la siguiente madrugada con el asesinato de José Calvo Sotelo por parte de un grupo de miembros de las fuerzas de seguridad. El enfrentamiento era inevitable. El gobierno de Casares Quiroga, que no había decidido tomar medidas a pesar de las continuas advertencias de las organizaciones obreras, vio cómo el 17 de julio de 1936 el ejército de Marruecos iniciaba la rebelión contra el gobierno de la República. El triunfo parcial del golpe desencadenó la Guerra Civil.
El fracaso parcial del golpe llevó a la división del territorio en dos zonas al inicio de la guerra.
Contaba con las reservas de cereal y ganado de Castilla y Galicia, y las minas de carbón leonés y de Riotinto en Huelva. Ante todo, tenía un ejército mucho más preparado que contaba con divisiones íntegras en Castilla, Galicia y Andalucía y, sobre todo, con el Ejército de África, la Legión y los Regulares.
En la zona republicana quedaron comprendidas las regiones industriales, y contaba con el trigo de La Mancha y los productos de las huertas levantinas. También pudo disponer de las reservas de oro del Banco de España. Sin embargo, las unidades del ejército quedaron prácticamente desarticuladas. La mayor parte de los oficiales se sublevaron y el propio gobierno disolvió muchas unidades cuya fidelidad era dudosa. La Armada, sin muchos de sus oficiales, y la Aviación permanecieron en manos del gobierno republicano.
Los muertos en el frente y por la represión en la guerra y en la posguerra, el hambre, las epidemias; la reducción de la natalidad consiguiente… Los cálculos más aceptados estiman en quinientos mil muertos. Otro elemento clave de las consecuencias demográficas fue el exilio republicano. Ya durante el conflicto, los «niños de la guerra» fueron evacuados a países extranjeros, pero el gran éxodo tuvo lugar en enero y febrero de 1939, consecuencia de la conquista de Cataluña. Se calcula que hubo unos cuatrocientos cincuenta mil exiliados.
Destrucción del tejido industrial del país, lo que llevó a la vuelta en los años cuarenta a una economía básicamente agraria. Destrucción de viviendas (se calculan unas doscientas cincuenta mil), comunicaciones, infraestructuras… Aumento de la deuda externa y pérdida de las reservas de oro del Banco de España, usadas por el gobierno de la República para pagar la ayuda soviética.
El resultado de la guerra trajo consigo la recuperación de la hegemonía económica y social por parte de la oligarquía terrateniente, industrial y financiera. Paralelamente, se dio la pérdida de todos los derechos adquiridos por los trabajadores.
La guerra supuso una verdadera fractura moral del país. Varias generaciones marcadas por el sufrimiento de la guerra y la represión de la larga posguerra. El régimen de Franco nunca buscó la reconciliación de los españoles y siempre recordó y celebró su origen bélico. Las heridas de la Guerra Civil perduraron durante decenios y la persecución y represión de los vencidos fueron un rasgo clave del franquismo.
El desarrollo del conflicto se basa en tres fases:
A continuación, se presentan respuestas concisas a preguntas clave sobre el régimen franquista.
Entre 1939 y 1975 (1 de abril de 1939 y 20 de noviembre de 1975).
Los «Rojos», también se utilizaban apelativos como marxistas, antifranquistas, comunistas, entre otros.
La alta burguesía financiera e industrial, la vieja oligarquía terrateniente y los campesinos dueños de pequeñas propiedades (Galicia, Castilla, Navarra, Aragón).
Fuero del Trabajo.
Consejo Nacional del Movimiento.
Ley Constitutiva de las Cortes Españolas, 17 de julio de 1942.
Ley de Principios del Movimiento Nacional, 1958.
Leyes Fundamentales.
Fuero de los Españoles, 1945.
Ley de Cortes, 1942.
Fuero del Trabajo.
Leyes Fundamentales.
Ley de Principios del Movimiento Nacional, 1958.
Consejo del Reino, 1947.
Autarquía.
Estraperlo.
Maquis.
Plan de Estabilización, 1959.
Contubernio de Múnich.
Carrero Blanco.
Se denomina franquismo al régimen político, totalitario y fascista impuesto en España, tras la Guerra Civil de 1936-1939, por el general Francisco Franco desde el año 1936 hasta 1975. El régimen, que toma forma a partir del 1 de octubre de 1936, no es una ideología política en sí, sino un conjunto de valores conservadores y nacionalistas basados en el autoritarismo y establecidos por las fuerzas victoriosas de la Guerra Civil, reunidas alrededor de la figura patriarcal de Franco.
El nuevo régimen instaurado en 1939 tuvo desde un principio unos fundamentos ideológicos muy claros:
Dentro del régimen, bajo una completa subordinación al Caudillo, hubo diferentes familias políticas, es decir, grupos con diversa sensibilidad política que trataron de influir en las decisiones tomadas por Franco:
El dictador, que concentraba todo el poder, asumió la función constituyente. Poco a poco el régimen fue aprobando diversas Leyes Orgánicas, que configuraron lo que se vino a llamar las Leyes Fundamentales del Movimiento:
La política social del franquismo fue evolucionando a medida que evolucionaba el desarrollo económico del país. En los años de posguerra se desarticularon los sindicatos socialistas y anarquistas y la represión fue la tónica dominante durante estos años. Por otro lado, se creó la Seguridad Social, pero se prohibieron las huelgas. Con los años cincuenta hubo una cierta apertura y mejora económica que provocó desigualdades y desequilibrios dentro del territorio nacional. En resumen, podemos afirmar que la política social durante la dictadura del general Franco fue un elemento de legitimación que buscó la cohesión de la sociedad española, su control y la ausencia de conflictividad social.
En 1939, España era un país arruinado económica y demográficamente; el hambre y la extrema necesidad eran la realidad cotidiana de una gran parte de la población. La solución que dio el régimen franquista a la penuria fue la autarquía, una política económica basada en la búsqueda de la autosuficiencia económica y la intervención del Estado. Se creó el Instituto Nacional de Industria (INI) en 1941 para controlar la industria española y se estableció un rígido control del comercio exterior. Se crearon las «cartillas de racionamiento», pero a pesar de todo, en este contexto de escasez e intervención estatal, el mercado negro, el estraperlo y la corrupción generalizada se apoderaron de la economía del país.
Estos años supusieron el fin del aislamiento internacional de España gracias al apoyo que recibió de EE. UU., pero a pesar del Plan de Estabilización de 1959, el paro aumentó generando la emigración masiva de españoles a diferentes países de Europa y América Latina, sobre todo. El envío de las remesas de los emigrantes, el fenómeno turístico que supuso una inyección para la economía española y la inversión extranjera en busca de mano de obra barata, hicieron que la economía y el nivel de vida de los españoles mejorara, lo que creó un sentimiento de desarrollo económico que no iba acompañado de un desarrollo o mejora de la libertad social y política.
La vida del dictador terminó en un contexto complejo y en el que la oposición obrera y estudiantil desafió de forma creciente al régimen. La avanzada edad del dictador y la creciente presión de la oposición llevaron a la formación de dos tendencias dentro del régimen: los «aperturistas» y el «búnker». En 1973, Carrero Blanco, un militar partidario de la línea dura, fue nombrado presidente del Gobierno, pero fue asesinado por ETA poco después, asumiendo la presidencia Arias Navarro. En septiembre de 1975, tras un juicio militar, fueron condenados a muerte y ejecutados cinco militantes del FRAP y de ETA. De nuevo, hubo grandes protestas internacionales. El rey marroquí Hassan II organizó la Marcha Verde, reclamando el Sáhara Occidental español. En el momento en que se iniciaba la agonía de Franco, el Gobierno cedió y, violando el mandato de la ONU, España cedió su antigua colonia a Marruecos y Mauritania. Finalmente, tras tres meses y medio de enfermedad, Franco murió el 20 de noviembre de 1975.