Portada » Historia » Historia de España: De la Segunda República a la Dictadura Franquista (1931-1975)
Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 dieron la victoria a los republicanos en las grandes ciudades, lo que se interpretó como un rechazo a la monarquía. Alfonso XIII abdicó y se exilió, proclamándose la República el 14 de abril de 1931.
La Segunda República (1931-1936) fue una fase convulsa, ya que encontró la oposición tanto de la derecha más tradicional como de la izquierda más radical. Se desarrolló a lo largo de las siguientes fases:
Se formó un Gobierno Provisional, presidido por Alcalá Zamora e integrado por republicanos, socialistas y nacionalistas. En junio de 1931 se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes, donde triunfó la coalición republicano-socialista.
La Constitución de 1931, aprobada en diciembre, estableció una república democrática con soberanía popular, sistema unicameral, división de poderes, sufragio universal y una amplia declaración de derechos. También se reconoció la autonomía regional y se estableció la no confesionalidad del Estado, lo que generó tensiones con la Iglesia y la derecha conservadora. En esta fase, Alcalá Zamora fue elegido presidente de la República y Azaña, presidente del Gobierno.
Este periodo se caracterizó por reformas progresistas en diversos ámbitos:
A pesar de estas reformas, el Bienio Reformista enfrentó la oposición.
Tras las elecciones de 1933, en las que por primera vez votaron las mujeres, la derecha y el centro-derecha obtuvieron la mayoría. El Partido Radical de Lerroux y la CEDA de Gil Robles lideraron este periodo, caracterizado por la rectificación de las reformas del Bienio Reformista:
La Revolución de Octubre de 1934 fue el momento más crítico de la Segunda República. Los enfrentamientos callejeros y la entrada de la CEDA en el Gobierno provocaron la convocatoria de la Huelga General Revolucionaria. Sin embargo, no triunfó por varios motivos: la falta de coordinación territorial, la no participación de la CNT, la represión del Gobierno y que la revolución solo triunfó en Asturias y Cataluña. El Gobierno envió a la Legión.
En Cataluña, fue la propia Generalitat la que encabezó la revuelta. Lluís Companys declaró el estado de guerra. La Revolución fue duramente reprimida, dejando un saldo de más de 1.300 muertos y 30.000 detenidos. Este evento marcó un giro hacia la derecha en el Gobierno y aumentó el enfrentamiento político entre la derecha y la izquierda. El Gobierno radical-cedista entró en crisis al verse salpicado por la corrupción del caso del Straperlo y el Asunto Nombela.
En febrero de 1936, el Frente Popular, una coalición de izquierdas, ganó las elecciones. Azaña se convirtió en presidente de la República y Casares Quiroga, presidente del Gobierno. Se restablecieron las reformas del Bienio Reformista, se decretó una amnistía para los presos de la Revolución de 1934 y se reanudó la reforma agraria. Sin embargo, el Frente Popular enfrentó graves problemas:
El detonante de la sublevación militar fue el asesinato del teniente Castillo, respondido por sus compañeros con el secuestro y asesinato del líder del Bloque Nacional, José Calvo Sotelo. La tensión política y social culminó en el golpe de Estado del 18 de julio de 1936, liderado por militares como Franco y Mola. Este golpe, que triunfó parcialmente, desencadenó la Guerra Civil Española, poniendo fin a la Segunda República.
La Guerra Civil Española se desarrolló en varias fases militares clave:
El detonante de la insurrección fue el asesinato del líder derechista Calvo Sotelo, en respuesta al asesinato del teniente Castillo de la Guardia de Asalto por parte de falangistas. La sublevación militar fue organizada por el general Mola (el Director), junto con generales como Fanjul, Goded, Queipo de Llano, Sanjurjo y Franco. Se inició el 17 de julio de 1936 en Melilla, extendiéndose el 18 de julio, fecha oficial del denominado Alzamiento Nacional, al resto de España. Este triunfó en zonas rurales y conservadoras, pero fracasó en las grandes ciudades e industriales, lo que derivó en una guerra civil.
Los bandos fueron:
Los sublevados intentaron tomar Madrid, pero fueron detenidos por los republicanos. Franco avanzó desde el sur, uniendo las zonas sublevadas de Andalucía y el norte de Castilla. Los republicanos no pudieron tomar Mallorca ni romper el frente en Aragón.
Madrid resistió los ataques de los sublevados, que intentaron rodearla en tres batallas: la carretera de La Coruña, el Jarama y Guadalajara. La resistencia fue posible gracias a las Brigadas Internacionales y a la Junta de Defensa dirigida por el general Miaja.
Franco cambió de estrategia y atacó el norte, rico en industria y minería. El bombardeo de Guernica (abril de 1937) fue un hecho trágico que marcó esta fase.
La Batalla del Ebro fue la más sangrienta y decisiva. Los republicanos cruzaron el río para frenar el avance franquista, pero fueron derrotados. Franco tomó Cataluña en 1939, provocando el exilio de republicanos hacia Francia.
La República, debilitada, solo controlaba Madrid y algunas zonas del este. En marzo de 1939, el general Casado dio un golpe para negociar la rendición, pero Franco exigió una rendición incondicional. Madrid cayó el 28 de marzo, y el 1 de abril Franco anunció el fin de la guerra.
La guerra tuvo un componente internacional, un preludio de la Segunda Guerra Mundial.
La zona republicana se mantuvo fiel al Gobierno de la Segunda República durante la guerra. Se caracterizó por la desorganización, la inestabilidad y la falta de unión de las izquierdas. Al principio, se crearon milicias de voluntarios, ya que no había un ejército propiamente dicho. El poder efectivo en la zona republicana estuvo en manos de los comités obreros más que en el propio Gobierno.
Sin embargo, a partir de septiembre de 1936, el presidente Largo Caballero reforzó el papel del Gobierno y creó el Ejército Popular Republicano, eliminando las milicias de voluntarios. El asedio de Madrid obligó al traslado del Gobierno a Valencia en noviembre de 1936. En la fase final, Negrín defendió la resistencia hasta el final, pero el golpe de Casado en 1939 aceleró la derrota.
La represión contra el enemigo en la zona republicana fue más selectiva y se dio sobre todo en los primeros meses de la guerra. Ejemplos de ello fueron el asalto a la Cárcel Modelo de Madrid, los fusilamientos de Paracuellos del Jarama o la creación de las checas (centros de detención ilegales).
Económicamente, la República controlaba las zonas industriales, pero la economía estaba desorganizada. Para financiar la guerra, el Gobierno republicano no pudo acceder a créditos o préstamos internacionales. Se llevaron a cabo colectivizaciones y expropiaciones, pero el desabastecimiento y el hambre fueron constantes.
La organización en la zona franquista fue sólida y meticulosa, lo que le permitió ganar la contienda e ir asentando las bases de lo que sería el régimen franquista. A nivel político, Franco concentró todo el poder y estableció un régimen dictatorial. En 1937 creó un partido único de carácter fascista, Falange Española Tradicionalista y de las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista), también llamado Movimiento Nacional.
La represión llevada a cabo en la zona franquista fue más sistemática y masiva, y se extendió a lo largo de toda la guerra. Se atacó a los sectores más progresistas, obreros, intelectuales y de izquierdas, que fueron víctimas de los llamados sacas o paseos. La represión fue dura en lugares como la Matanza de Badajoz o la de Málaga.
En cuanto a lo económico, la zona franquista tenía una economía más organizada, basada en la agricultura y el apoyo de la oligarquía. Se devolvieron las tierras expropiadas por la República y se estableció un control estatal sobre la producción.
La Guerra Civil Española dejó profundas y duraderas consecuencias en el país:
La victoria de Francisco Franco en la Guerra Civil impuso en España una dictadura entre 1939 y 1975.
Franco buscó a sus colaboradores entre grupos ideológicos llamados las familias del régimen (ejército, falangistas, católicos y monárquicos). Franco repartió el poder entre ellas a lo largo de la dictadura, según las circunstancias.
El franquismo evolucionó a lo largo de varias etapas:
A nivel político, cuando terminó la guerra, se impuso en toda España la ideología del bando sublevado. Se estableció una dictadura autoritaria. Se suprimió la democracia, la Constitución de 1931, los partidos políticos y los sindicatos. Se estableció como partido único la Falange Española Tradicionalista y de las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista), liderado por Franco. Toda esta estructura política se denominó Movimiento Nacional.
Se produjo una progresiva institucionalización del Estado, a través de las Leyes Fundamentales del Reino, que concretan la llamada Democracia Orgánica. Las primeras fueron el Fuero del Trabajo, la Ley de Cortes, el Fuero de los Españoles, la Ley del Referéndum Nacional y la Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado. El régimen estableció un nacionalismo español excluyente. Durante la posguerra, la represión a los opositores al régimen se concretó en la Ley de Responsabilidades Políticas. Destacó el papel del maquis.
A nivel económico, los años 40 fueron una década de crisis. Se impuso la autarquía, que potenció los recursos propios y la autosuficiencia, y el intervencionismo económico del Estado, a través del control de los recursos, la fijación de precios, salarios y distribución de bienes, las exportaciones y las importaciones. Todo ello provocó desabastecimiento, mercado negro y aislamiento internacional.
En los años 50 se comenzó a salir del aislamiento. Estados Unidos encontró en España un aliado contra la URSS. Se firmaron acuerdos de cooperación con Estados Unidos, estableciendo bases militares a cambio de ayudas y créditos. Políticamente, los sectores falangistas perdieron peso y lo ganaron los católicos. Se firmó el Concordato con la Santa Sede (1953), que daba privilegios a la Iglesia. Se promulgó otra Ley Fundamental, la Ley de Principios del Movimiento Nacional, que reafirmaba su ideología autoritaria, a pesar de la apertura. Mientras, la oposición al régimen iba tomando forma. A nivel económico, Franco decidió remodelar el Gobierno con los tecnócratas del Opus Dei. La tecnocracia era la reforma llevada a cabo por técnicos expertos en economía y administración. Destacó el Plan de Estabilización.
En los años 60 se dio el llamado desarrollismo, caracterizado por un crecimiento económico que influyó a nivel político y social. A pesar de la represión, aumentó la oposición al régimen, como la ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores) y el FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), sindicatos como UGT y CCOO, el sector progresista de la Iglesia, los nacionalistas y ETA. Aumentaron las protestas y huelgas en el mundo laboral y universitario. En 1962 se produjo el IV Congreso Europeo del Movimiento Europeo, que condenó al régimen.
Se promulgó otra Ley Fundamental: la Ley Orgánica del Estado, que según el franquismo era una constitución que defendía la Democracia Orgánica. En 1969 se concretó que Juan Carlos de Borbón sucedería a Franco como Jefe del Estado.
Gracias al Plan de Estabilización (1959), a lo largo de los años 60 se inició un fuerte crecimiento económico o desarrollismo que, sin embargo, produjo desequilibrios a nivel regional. La llegada de inversión extranjera fundó empresas en España, atraída por una mano de obra muy barata. Aumentó el turismo extranjero en las costas españolas.
En los años 70 el régimen se enfrentó a una crisis política, económica y social. Aumentó la presión obrera y universitaria y ETA se reforzó, como en el Proceso de Burgos (1970). En 1973, Franco, enfermo y mayor, nombró presidente del Gobierno a Carrero Blanco, quien sería asesinado por ETA el 20 de diciembre de 1973, en la llamada Operación Ogro. Fue sustituido por Arias Navarro.
En el régimen surgió una división interna entre el denominado Búnker y otro sector aperturista o reformista. Crecieron los problemas: la salud de Franco, la presión de la oposición, la violencia de ETA y el FRAP, el conflicto del Sahara y las tensiones con la Iglesia. El régimen no supo abordar esta crisis. El 20 de noviembre de 1975 murió Franco y le sucedió Juan Carlos I como Jefe de Estado, dando paso a la Transición a la democracia. A nivel económico, esta etapa coincidió con la crisis del petróleo de 1973, que afectaba a nivel mundial.