Portada » Psicología y Sociología » Desarrollo Sexual Infantil: Etapas Biofisiológicas y Psicosociales
Durante el periodo prenatal se producen los procesos de sexuación corporal: se forman las gónadas, órganos genitales y diferenciación sexual del cerebro. Hasta la pubertad no se vuelven a producir cambios tan importantes a nivel biofisiológico. Al nacer, la anatomía y fisiología están definidas y el bebé tiene capacidad de sentir placer como emoción básica. Los órganos genitales tienen sensibilidad y existe la capacidad de erección en el varón y vasocongestión en la niña. La piel y la mucosa bucal son muy sensibles al contacto, por ello, es muy importante la succión nutritiva, el contacto piel con piel, las caricias y los masajes al bebé.
Se nace con un sexo biológico sobre el que se construye el sexo psicológico/social. Los cambios más importantes se dan en los 10 primeros años (nacimiento hasta la pubertad). La evolución de la sexualidad psicosocial se estudia en estos aspectos: manifestaciones sexuales, adquisición de identidad sexual y rol de género.
Conductas asociadas a: preguntas sobre temas sexuales, juegos sexuales exploratorios y masturbación. Causas: curiosidad infantil, imitación, búsqueda de placer, satisfacción de las necesidades.
Empiezan a preguntar a los 3 años, toman conciencia de que el mundo social no se divide en grandes/pequeños, sino en mamás, papás, niños/as. La primera pregunta es sobre las diferencias anatómicas y se basa en la observación de las mismas. A los 4 años, a raíz de embarazos/nacimientos, preguntan el origen y nacimiento de los niños. Hacen preguntas sobre placer sexual.
A los 4 años, hay intensa exploración y curiosidad. Interés en genitales (zona erógena). Observan alrededor conductas de tipo sexual y las reproducen. Si descubren conductas que les producen placer, estas tenderán a repetirse. Las manifestaciones sexuales expresan la búsqueda de placer al mismo tiempo que la curiosidad. A los 5 años, disminuye el interés por los juegos sexuales.
Los primeros descubrimientos están marcados por el autoerotismo. El niño obtiene satisfacción de su cuerpo; la boca es una zona que procura mucho más placer que los genitales. La piel del cuerpo les produce sensaciones placenteras. Entre los 2 y 3 años es frecuente observar conductas autoexploratorias propias del desarrollo, como la autoexploración y la masturbación. Entre los 4 y 6 años descubren los genitales como partes de su cuerpo que producen placer.
A los 2 años: perciben que el mundo se divide no solo en mayores/pequeños, sino en hombres/mujeres. Perciben que estos grupos se visten de forma diferente. Se dan cuenta de que ellos pertenecen a una de esas categorías, se identifican y autoclasifican como niño/a. Perciben que hay 2 roles, uno asignado al hombre y otro a la mujer, reconocen elementos diferenciales y manifiestan tipificación en sus intereses y actividades.
A los 3 años: se autoclasifican con precisión y son capaces de etiquetarse verbalmente. Usan pronombres personales y desinencias referidas al sexo. Descubren la estabilidad de la identidad sexual, pero no pueden atribuir la pertenencia a uno u otro género en función de atributos externos y pensar que el sexo puede cambiar si cambian los atributos. Los niños de 3 años asocian actividades a hombres/mujeres, empiezan a valorar como más adecuado y positivo para sí lo que la sociedad considera propio de su sexo. No muestran conductas tipificadas.
A los 4 años: conocimiento más preciso de los estereotipos y su conducta se vuelve más tipificada en función del género. Los roles de género adquieren el rango prácticamente de normas inviolables.
A los 5 años: adquieren la permanencia de una identidad. Comienzan a diferenciar identidad sexual y rol de género, porque superan las limitaciones que les impedían la comprensión de que las características anatómicas son estables y las del rol son cambiantes.
Acciones que realiza el grupo social para enseñar a los individuos que lo componen las diferencias entre un rol y otro. La tipificación es el proceso de aprendizaje que realizan los niños del rol asignado por la sociedad. Las conductas y relaciones que tiene el niño son sexuadas:
Los niños aprenden lo que es propio de su sexo y utilizan ese esquema mental de género como regulador de su conducta.
Distribución igualitaria por sexos.
Todo gira en torno al hombre.
Los conflictos que afectan a la evolución sexual van asociados al desarrollo social y afectivo. Se resuelven en torno a los 6 años, iniciando un periodo de latencia hasta la pubertad. Los conflictos que afectan son: creciente autonomía y rivalidad afectiva.
A los 2 años, exige la imposición de límites para regular la conducta del niño, provocando conflictos entre lo que desea y lo que le impone el entorno. Las imposiciones sociales que más afectan al desarrollo sexual son: control de esfínteres y control de la conducta motriz.
Problemas de celos, por el abandono de las relaciones diádicas. La cognición egocéntrica del niño choca con la realidad, percibe que existen otras personas con las que compartir el afecto de la figura de apego.