Portada » Historia » Transición Española: Claves y Consecuencias
a. Época histórica reflejada en la imagen.
La fotografía corresponde al 23 de febrero de 1981, fecha del intento de golpe de Estado liderado por el Teniente Coronel Tejero. Este suceso ocurrió durante el relevo en la presidencia del gobierno, con Adolfo Suárez dejando el cargo y Leopoldo Calvo Sotelo asumiéndolo.
b. Ideas principales de la imagen.
La imagen muestra a Tejero, con pistola en mano y tricornio, tomando el Congreso junto a un grupo de Guardias Civiles armados. Los diputados están en el suelo, asustados, temiendo por sus vidas. Solo tres diputados (Suárez, Carrillo y Gutiérrez Mellado) se mantuvieron firmes, con Gutiérrez Mellado incluso enfrentándose a los golpistas. Los diputados estuvieron secuestrados hasta la mañana siguiente, cuando Tejero se entregó al fracasar el golpe.
c. Importancia y consecuencias del 23F.
Los objetivos de los golpistas eran diversos: Tejero y Milans del Bosch buscaban destruir la democracia, mientras que el general Alfonso Armada pretendía instaurar una dictadura militar. El rey Juan Carlos I se dirigió a la nación por televisión en la madrugada del 24 de febrero, desautorizando el intento anticonstitucional y reafirmando el compromiso de la Corona con la democracia. Su intervención fue crucial para el fracaso del golpe. Para muchos, el 23F simbolizó la consolidación del sistema democrático y el fin de la Transición. Este evento marcó el apogeo de la valoración del rey Juan Carlos I, en contraste con su imagen posterior.
1. Razones de la pérdida de poder de FET y de las JONS (Movimiento Nacional).
El Movimiento Nacional (Falange Española) fue el único partido permitido durante el Franquismo, reflejando la ideología del dictador. Sin embargo, su carácter fascista obligó a Franco a reducir su importancia tras la derrota de los nazis en la II Guerra Mundial, buscando así ganarse la confianza de los países democráticos occidentales (Francia, Inglaterra, EEUU).
3. Resumen de las características principales del Franquismo.
Tras la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975, el régimen franquista se volvió insostenible debido al desarrollo económico, social y cultural de España. Surgieron cuatro alternativas políticas:
La opción continuista era inviable y las posturas más radicales generaban temor a una reacción militar. Por ello, se optó por una reforma moderada, que dio paso a la Transición Democrática y culminó con la Constitución de 1978.
Tras la proclamación de Juan Carlos I como rey en noviembre de 1975, el gobierno franquista continuó inicialmente con Arias Navarro, lo que generó rechazo y protestas, como la huelga de Vitoria en 1976. Ante la presión, Arias dimitió y fue sustituido por Adolfo Suárez, quien impulsó una reforma democrática desde dentro del sistema franquista.
Entre las medidas clave de Suárez destacan:
La reforma se llevó a cabo en un contexto de violencia política, como el asesinato de cinco abogados del PCE por la extrema derecha (1977), y los atentados de GRAPO y ETA. Uno de los momentos más delicados fue la legalización del PCE en abril de 1977, pese a la fuerte oposición militar.
Se convocaron las elecciones generales del 15 de junio de 1977, donde:
Aunque las Cortes no eran constituyentes, se acordó redactar una nueva Constitución, elaborada por una ponencia de siete miembros representando a los principales partidos. El consenso político fue fundamental para aprobar la Constitución de 1978, que instauró una democracia parlamentaria en España.
La Constitución de 1978 define a España como un «Estado social y democrático de Derecho», lo que implica:
Se establece una Monarquía parlamentaria, donde el rey es jefe del Estado con funciones simbólicas y representativas, mientras el poder reside en el Parlamento y el Gobierno elegido por la ciudadanía.
El texto constitucional incluye:
En cuanto a la organización territorial, España se declara unitaria pero descentralizada, permitiendo la autonomía de nacionalidades y regiones. Se crearon los Estatutos de Autonomía para transferir competencias, atendiendo a las demandas nacionalistas, especialmente de Cataluña y el País Vasco, que ya contaban con preautonomía desde 1977-78.
La Constitución, fruto del consenso político, tiene un carácter progresista pero ambiguo, lo que ha permitido su aplicación bajo gobiernos diversos (UCD, PSOE, PP). A pesar de críticas, ha sido clave para la estabilidad democrática en España.
Finalmente, este proceso tuvo lugar en medio de una grave crisis económica internacional (Crisis del Petróleo de 1973), que provocó desempleo y crisis industrial. Para enfrentarlo sin frenar la transición democrática, se firmaron los Pactos de la Moncloa (1977), un acuerdo político y económico entre partidos y sindicatos que reflejó, una vez más, el valor del consenso en este periodo.