Portada » Magisterio » Planificación Estratégica Gubernamental: Superando Retos y Maximizando el Impacto Público
El administrador público a menudo no le importa la previsión del futuro, por lo que tiende a utilizar una planificación operativa más que estratégica. Esto se debe a que tiene claro que las condiciones para su labor siempre estarán presentes; el Estado, más allá de cualquier predisposición, siempre existirá. Por esto, le resulta extraño o innecesario planificar de forma estratégica. En el mejor de los casos, valoran esta forma de pensar, ya que les ha ayudado a recordar el objetivo último de la acción pública y su sentido de misión. Una muestra clara de que los gobiernos son más operativos que estratégicos es la gran cantidad de reformas y planes que se han implantado en los últimos 20 años.
Para el sector público, el entorno no era considerado como un elemento de amenaza, lo cual ha cambiado de manera importante. Un objetivo mal logrado puede provocar movimientos sociales que presentan iniciativas a los gobiernos de una manera no tan “amigable” como debería ser. Las democracias restauradas en Latinoamérica fueron un ejemplo de que a los gobiernos les resulta difícil adoptar una planificación estratégica para poder afrontar los problemas políticos que enfrentaban, ya que las posiciones políticas tenían ideales agitados y un fuerte deseo de ser escuchados.
Sin embargo, la planificación estratégica tiene elementos de controversia para la esfera pública, como su énfasis en la superioridad y la ventaja competitiva sobre los rivales. Este enfoque alimenta la competencia y se asume que la competencia es el motor del cambio y el progreso social. Mientras tanto, la gobernanza de una sociedad consiste precisamente en regular la competencia para mitigar sus efectos sociales conflictivos y fomentar la cooperación entre los sectores público, privado y civil.
En segundo lugar, los planes estratégicos de las corporaciones privadas determinan los objetivos y las acciones que deberán seguir todos los miembros de la organización, lo cual es difícil que ocurra en un Estado. Esto se debe a que su agenda y acciones difícilmente serán compartidas por todos sus miembros. Esto se refleja en que el poder ejecutivo, al reflejar las apreciaciones de todos los participantes, puede encontrar que estas son diferentes e incluso contrarias a los objetivos.
De igual forma, no queda más que considerar un plan estratégico por parte del gobierno como el plan de la comunidad política, asumiendo que sus prioridades, objetivos y líneas de acción son compartidos por los miembros de la comunidad.
Si ya es difícil dar forma a un plan estratégico acordado por los poderes públicos y los actores políticos y económicos relevantes, será también difícil sostenerlos con el tiempo. Esto se debe a que los gobiernos democráticos son gobiernos temporales con periodos precisos y con elecciones periódicas que pueden llevar a la elección de otro dirigente y, con ello, a otros proyectos. Esta temporalidad limita el compromiso estratégico de los gobernantes.
La posibilidad de ayudar a construir en el gobierno una visión del futuro de la sociedad depende, en primer lugar, de construir la visión propia de la gobernanza, analizar las condiciones de operación y elaborar las estrategias pertinentes. Se infiere que el factor crucial para poder crear estrategias es la acción directiva del gobierno, que lo llevará a realizar coaliciones y a convencer a los opositores de que la visión que tienen es la más racional.
Otra manera de congeniar el concepto de planificación estratégica con el sector público es poner el énfasis no en el posicionamiento, sino en el entorno. Parece ser mejor, pero no se puede olvidar que el entorno está habilitado por actores que pueden ser afines y cooperativos con el gobierno, pero también opositores y hostiles.
El gobierno debe resaltar que el modo gubernativo de ejecutar las estrategias es el proceder institucional y civilizado con los que se oponen a ella, y que debe incorporar la voluntad de cooperación como criterio general de la actuación, pero sobre todo el principio del diálogo racional, que busca superar la rigidez de las posiciones y mantener una convergencia entre las partes.
En el plano cronológico, son diversos los factores organizacionales los que señalarán por dónde comenzar y la secuencia de pasos a seguir. En cualquier caso, el ir y venir para contrastar los resultados obtenidos en cada paso es ineludible. Los componentes esenciales de los ejercicios de la planificación estratégica son: