Portada » Psicología y Sociología » Percepción, Realidad Social y Actitudes: Un Estudio Psicosocial de la Experiencia Humana
La percepción es un proceso mediante el cual la conciencia integra los estímulos sensoriales de objetos, hechos o situaciones y los transforma en experiencia útil. Este proceso es un territorio propio de la psicología.
La Escuela de la Gestalt ha formulado una serie de leyes sobre la percepción:
Solo en circunstancias artificiales podemos abstraer un objeto de los demás objetos circundantes. Dentro de esta ley general, destacamos varias leyes específicas:
Existen ciertos factores que pueden modificar de una manera profunda la percepción. Podemos agrupar estos factores en tres categorías:
Existen también leyes de la percepción en los órganos del oído y del tacto. Para este tipo de percepción, aplican las mismas leyes que hemos visto para las percepciones visuales.
La percepción social es un tipo característico de percepción, exclusiva de los seres humanos, en la que la realidad se percibe como una construcción social objetiva. La personalidad del sujeto es fundamental, ya que crea la disposición interna que modula la percepción. El sujeto, cuando capta estímulos del exterior, puede adoptar el comportamiento de internalizarlos mediante los siguientes mecanismos:
Puede que los estímulos no hayan sido sometidos al proceso de internalización por parte del sujeto. En ese caso, lo que se ha producido es una externalización mediante:
En otro orden de ideas, entre las múltiples realidades, existe una que se presenta como la realidad por excelencia: la realidad de la vida cotidiana. La vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los individuos y que, para ellos, posee el significado de un mundo coherente.
Por una parte, la conciencia cotidiana se concibe como una esfera constitutiva de la realidad, abarcando la aprehensión, el reconocimiento, la iluminación y la persistencia. Esta conciencia cotidiana modifica tanto la estructura psicológica individual como la personalidad.
Por otra parte, la realidad cotidiana se mantiene porque el mundo es anterior al individuo, es decir, trasciende su biografía personal. Además, la realidad cotidiana se concreta en rutinas, las cuales constituyen la esencia de la institucionalización.
La institucionalización confiere a un grupo social humano una serie de valores, actitudes, satisfacciones y comportamientos mediante un proceso:
Con todo ello, la objetividad del mundo institucional se consolida y se endurece, asumiéndose que las cosas son así, sin posibilidad de ser de otra manera.
La institucionalización se apoya en una serie de mecanismos sociales:
Finalmente, profundizaremos en el concepto de las actitudes. Las actitudes son un conjunto de creencias, sentimientos y predisposiciones conductuales de un individuo que se manifiestan en un determinado comportamiento. Las actitudes de un sujeto se hallan integradas en su personalidad global. Por tanto, en toda actitud se hallan presentes las tres dimensiones fundamentales de la personalidad:
Las actitudes se han clasificado según diferentes criterios:
Finalmente, las actitudes pueden verse influenciadas por factores como la edad, el sexo, el nivel educativo, los hábitos, la afiliación política, la experiencia y la religión.