Portada » Lengua y literatura » Novecentismo y Generación del 14: Características, Autores Clave y Obra de Juan Ramón Jiménez
A comienzos del siglo XX, la crisis de fin de siglo y el desencanto ante el pensamiento burgués y las promesas incumplidas de progreso, agravados por la Primera Guerra Mundial, originaron dos corrientes literarias principales: el **Novecentismo** y las **Vanguardias**, ambas caracterizadas por su rechazo a la realidad de su tiempo.
Este movimiento reúne a intelectuales situados entre el Modernismo, la Generación del 98 y las Vanguardias. Cultos y racionalistas, defendieron la **educación** como base del progreso y rechazaron el sentimentalismo, prefiriendo la **serenidad**, el **equilibrio** y el **clasicismo**. Frente al dramatismo noventayochista, trataron el “problema de España” desde una perspectiva objetiva y universal.
El arte, para ellos, debía ser **autónomo**, ajeno a lo político o emocional, concebido como un placer estético y como creación para minorías cultas. Buscaban la **perfección formal** y la **claridad expresiva**, lo que confirió a sus obras un tono elitista y una gran exigencia intelectual. Los géneros más cultivados fueron el ensayo y la novela.
El ensayo fue el género más representativo. Con **José Ortega y Gasset**, figura clave, se difundieron las corrientes europeas desde la revista *Revista de Occidente* (1923). En obras fundamentales como *Meditaciones del Quijote*, *La deshumanización del arte*, *La rebelión de las masas* o *España invertebrada*, abordó temas filosóficos, sociológicos y estéticos.
Otros ensayistas destacados fueron:
La narrativa novecentista rompe con el realismo decimonónico y apuesta por un **enfoque intelectual y estético**, dominado por el lirismo, la ironía y el humor.
Integrado en la Generación del 14, **Juan Ramón Jiménez** dedicó su vida a la búsqueda de la belleza y lo esencial a través de la poesía, entendida como un medio de conocimiento superior. Su evolución poética abarca tres etapas:
En conjunto, el Novecentismo representa la **madurez intelectual de la literatura española moderna**, donde la razón, la claridad y la estética sustituyen la pasión y el sentimentalismo de generaciones anteriores.
Publicada por entregas en 1920 y editada definitivamente en 1924, *Luces de bohemia* es la obra en la que **Valle-Inclán crea el esperpento**, una nueva forma teatral que deforma la realidad para mostrarla con mayor lucidez. El autor sabía que su propuesta chocaría con el gusto del público de su tiempo, acostumbrado a comedias ligeras y dramas convencionales; por eso la concibió más para ser leída que representada. Paradójicamente, la obra no se estrenó en España hasta 1970, aunque hoy es considerada una de las cumbres del teatro español moderno.
La obra narra el **descenso a los infiernos de Max Estrella**, un poeta ciego y empobrecido que, acompañado de su amigo Don Latino, recorre durante una noche los bajos fondos de Madrid. En su peregrinación, Max se encuentra con personajes de todas las clases sociales —policías, ministros, poetas, mendigos— que reflejan una **sociedad corrupta y degradada**.
En la escena XII, Valle-Inclán explica el concepto de **esperpento**: una deformación artística de la realidad que permite comprender mejor su esencia. Frente a la tragedia, el drama o la comedia tradicionales, el esperpento mezcla admiración y burla, mostrando a los personajes como figuras grotescas en un espejo cóncavo de la sociedad española.
Max Estrella encarna al **Quijote de la bohemia**, un intelectual fracasado que intenta hacer de su vida una obra de arte, pero choca con una sociedad que desprecia la cultura y condena al talento al olvido. Su caída simboliza la ruina moral de España, pero también el nacimiento de una nueva estética: el esperpento, una mirada crítica, dolorosa y lúcida sobre la condición humana.
Así, *Luces de bohemia* combina humor y tragedia, belleza y miseria, y nos deja un retrato inmortal de la España absurda y deshumanizada que Valle-Inclán reflejó “en los espejos del callejón del Gato”.
