Portada » Educación Artística » Maestros del Siglo XX: Arquitectura Moderna, Organicismo y la Alta Costura de Balenciaga
El Funcionalismo o Racionalismo se define por el principio: “La función hace la forma”.
En los primeros años del siglo XX, el arquitecto de la Escuela de Chicago, Louis Sullivan, popularizó el lema “la forma sigue siempre a la función”. Esto implica que si se satisfacen los aspectos funcionales, la belleza arquitectónica surgirá de forma natural.
Las raíces de la arquitectura moderna se basan en el trabajo del arquitecto suizo Le Corbusier y el alemán Mies van der Rohe. Ambos fueron funcionalistas, al menos en el punto de que sus edificios fueron simplificaciones radicales de estilos anteriores. En 1923, Mies van der Rohe trabajaba en la Escuela de la Bauhaus (Weimar, Alemania), y había comenzado su carrera produciendo estructuras de simplificaciones radicales.
Su filosofía se resumía en: “Menos es más”. La obra de arte total, sin descuidos, cerca de la peligrosa pureza formal, tenía monumentalidad y detalle.
Entre 1920 y 1930 surge un movimiento arquitectónico moderno situado en un contexto de recuperación económica de posguerra hasta el Crack de 1929. Se le denomina arquitectura racionalista o funcional. Sus características principales son:
Su centro principal lo constituye la BAUHAUS, fundada por Walter Gropius en Alemania como centro pedagógico y experimental de arquitectura y diseño. Entre sus figuras clave se encuentran Le Corbusier (con obras como la Villa Saboya y la Unidad de Habitación) y en Alemania, Mies van der Rohe y Walter Gropius.
Vinculado también a la Bauhaus, pero con una personalidad más autónoma, Mies van der Rohe manejará en su arquitectura un lenguaje más puro y esencial en la búsqueda de la síntesis.
Utilizó los materiales como elementos expresivos. Esta característica definirá su obra: la piedra, los mármoles, el acero y el vidrio serán utilizados de forma pura y desnuda. Sus espacios nunca son cerrados, se abren hacia el exterior buscando la integración con el entorno. Las ventanas se abren hacia fuera, creando nuevos planos, y otra peculiaridad serán los pilares metálicos. En 1919, trazó un proyecto de rascacielos de metal y vidrio con el que sentó las bases de todos los grandes edificios modernos.
De su colaboración con Peter Behrens surgirá el contacto con Gropius y Le Corbusier. Entre sus primeras obras representativas merecen citarse la Villa Güven (1926) y la Villa Krefeld (1928). Pero es con el Pabellón Alemán en la Exposición Universal de Barcelona (1929) donde logra una memorable combinación de planos verticales y horizontales, muros y cubierta suspendida sobre una retícula de pilares singulares. Otras construcciones emblemáticas son la inolvidable Casa Farnsworth o el Seagram Building (Nueva York, 1958), una imponente torre de acero y cristal.
Su contribución al racionalismo deriva del Purismo. Afirmaba: “Hace falta considerar la vivienda como una máquina para habitar o como un objeto útil”. En 1926, formuló sus famosos “Cinco puntos para una nueva arquitectura” que reflejan la exigencia de codificar el propio lenguaje. Estos son:
Posteriormente, formuló tres nuevos principios teórico-prácticos:
Gracias a la tecnología moderna y al hormigón armado es posible sostener una construcción mediante pilares muy delgados, realizar una cubierta plana capaz de soportar el peso de la nieve, disponer una planta libre de gruesos muros estructurales, y abrir ventanas de la longitud deseada, puesto que el muro de la fachada ya no es portante, sino que apoya en voladizos de los forjados. Este último principio constructivo permite disponer de una fachada completamente libre de elementos verticales de soporte. Todas estas características se aprecian perfectamente en una de sus obras más carismáticas: la Villa Saboya.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, se produjo un giro brusco en la carrera de Le Corbusier, iniciándose la etapa del “béton-brut” (hormigón en bruto). En 1945 se inicia el proyecto Unité d’habitation (Marsella, 1947-52) que se asemeja a un rascacielos tumbado, ya que consiste en un bloque compacto y aislado, en medio de la naturaleza, con capacidad para unos 1800 habitantes. El edificio estaba sobre pilotes cónicos exentos y las calles pasaban por debajo del edificio, lo que creaba un sentimiento de cooperación y entendimiento social. El material utilizado, el béton-brut, de aspecto rugoso, en principio, era un signo de austeridad, pero acabará convirtiéndose en signo de estilo. De hecho, inspirándose en el béton-brut de Le Corbusier, algunos jóvenes ingleses promoverán un movimiento llamado “Nuevo Brutalismo”, aunque también utilizarán otros materiales, igualmente toscos y naturales, así como técnicas vernáculas (propias del país donde se construya). De esta etapa hay que destacar también su Capilla de Notre Dame du Haut (1950-55, Ronchamp, Francia), donde para Le Corbusier resulta primordial la íntima relación del edificio con el entorno.
Le Corbusier publicó su sistema modular en Le Modulor (1949 y 1955). Este sistema modular estaba basado en una figura humana (1.83 mts.) y combinaba el sistema decimal con el anglosajón. Se utilizaba para todos los elementos compositivos.
El Organicismo es una filosofía de la arquitectura que promueve la armonía entre el hábitat humano y el mundo natural. Mediante el diseño, busca comprender e integrarse al sitio, los edificios, los mobiliarios y los alrededores para que se conviertan en parte de una composición unificada y correlacionada. Deriva del funcionalismo o racionalismo. El movimiento acepta muchas de las premisas del racionalismo, como son la planta libre, el predominio de lo útil sobre lo meramente ornamental, y la incorporación a la arquitectura de los adelantos de la era industrial, pero procura evitar algunos de los errores en que cae el racionalismo y aportar nuevos valores a la arquitectura:
Estudió ingeniería civil y en 1887 trabajó en Chicago en el estudio de Adler and Sullivan, ejerciendo este último una importante influencia en la obra de Wright, a quien siempre consideró su maestro. En 1893, abrió su propio estudio de arquitectura en Chicago. Siempre rechazó los estilos neoclasicistas y victorianos de finales del siglo XIX, oponiéndose a la imposición de cualquier estilo, porque estaba convencido de que la forma de cada edificio debía estar vinculada a su función, al entorno y a los materiales empleados en su construcción. Sus diseños se caracterizan por la planta libre y la continuidad, en la que paredes, suelo, techo y chimenea forman bloques ininterrumpidos. Esto será evidente en las Casas de la Pradera.
Se caracteriza por la ruptura del concepto de espacio fraccionado. La altura de los interiores se adapta a las proporciones humanas, y se observa una clara biaxialidad, ya que las casas tienen dos ejes desiguales que se cruzan en un ángulo recto visible desde arriba. Fue pionero en la utilización de nuevas técnicas constructivas, como los bloques de hormigón armado y el aire acondicionado. Características:
De 1909 a 1911, Wright viajó a Europa, donde le influiría el cubismo.
Casa de la Cascada (1936-1939)
Diseñada para la familia Kaufmann en la zona rural de Pensilvania. Wright tenía muchas opciones para emplazar la casa en la amplia finca, pero eligió colocarla directamente sobre la cascada, en el lugar en que la familia solía hacer sus reuniones campestres. Los pilares, de piedra del lugar, y las vigas en voladizo de gran luz, componen un edificio único en medio de un exuberante bosque.
Museo Guggenheim de Nueva York (1944-1959)
Museo de arte moderno que necesita buena iluminación y una orientación y circulación cómoda y sencilla. Estructura de hormigón armado con forjados en voladizo. La luz procede de una gran cúpula central, que se acentúa por el color crema de las paredes. Calefacción por el pavimento. La rampa helicoidal de circulación forma parte de la estructura del edificio.
Los criterios para la haute couture fueron establecidos en 1945 y actualizados en 1992. Las casas de moda deben seguir las siguientes reglas:
Todas las casas de alta costura también fabrican colecciones prêt-à-porter, que son las que normalmente les proporcionan más ganancias que sus prendas hechas a medida. Los ingresos decrecientes han forzado a algunas casas de alta costura a abandonar su división de alta costura, que genera pocas ganancias, y concentrarse en su división prêt-à-porter menos prestigiosa. Estas casas ya no se consideran alta costura en sentido estricto.
Cristóbal Balenciaga Eizaguirre, más conocido simplemente como Balenciaga, fue un prestigioso diseñador de moda español, considerado uno de los creadores más importantes de la alta costura, que desempeñó su trabajo principalmente en la ciudad de París durante más de tres décadas. Anteriormente tuvo una formación de sastre y diversas marcas propias en España. Fue contemporáneo de Coco Chanel y Christian Dior.
Cuando estalló la Guerra Civil Española, se vio forzado a cerrar sus tiendas y se trasladó a París. Balenciaga abrió su taller parisino en la Avenida George V en agosto de 1937.
Impulsó un estilo totalmente innovador presentando una línea de hombros caídos, cintura pinzada y caderas redondas. Es a partir de los años 50 cuando empieza a ser reconocido y despliega toda su creatividad.
Cristóbal Balenciaga tuvo un pleno dominio de la costura y del manejo de tejidos. Coco Chanel llegó a afirmar: “Es el único de nosotros que es un verdadero ‘couturier’ (costurero)”.
Manifestó predilección por los tejidos con peso, que se enriquecían con bordados a mano, lentejuelas o pedrería. Destacan los vestidos negros, los abrigos cuadrados sin cuello ni botones, la manga japonesa, el vestido túnica o los impermeables transparentes.
Balenciaga era capaz de montar un vestido con un paño de tela, sin apenas cortes ni costuras, en poquísimo tiempo. Su habilidad en crear volúmenes y formas fue asombrosa. Su nivel de exigencia le llevaba a desarmar un vestido entero si no quedaba a su plena satisfacción. Creaba diseños exclusivos para sus mejores clientas sin necesidad de pruebas; la misma Marlene Dietrich afirmó que Balenciaga conocía sus medidas y que ninguno de sus vestidos exigió retoques.