Portada » Historia » Literatura y Sociedad Española bajo el Franquismo: Novela, Teatro y Contexto Histórico
La novela de estos años va a estar condicionada por las consecuencias económicas, políticas, ideológicas y sociales de la Guerra Civil y la consecutiva dictadura del general Franco.
Durante los años cuarenta, España se caracteriza por la represión política, el aislamiento internacional y la precariedad económica. Se publican novelas triunfalistas y novelas de evasión, aunque en esta época destacan las novelas de corte existencialista, en las que se describe una realidad crítica y dolorida de España. Resaltan: La familia Pascual Duarte de Camilo José Cela, iniciando el tremendismo (que acentúa los aspectos más crudos de la realidad), y Nada, novela más existencialista escrita por Carmen Laforet.
A principios de los años cincuenta, surge en España la Generación del medio siglo, y los miembros que la integran pretenden denunciar la situación social con el objetivo de que la gente tome conciencia de las injusticias y desigualdades. La obra característica de esta época es La Colmena de Camilo José Cela. En ella introduce innovaciones como la ausencia de un final preciso y la técnica caleidoscópica. También sobresalen obras como Los Santos Inocentes o El camino de Miguel Delibes, quien retrata el mundo rural, y El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio, en la que se introduce una técnica radiofónica. Resaltan otros autores como Juan Goytisolo, con Juegos de manos; Ignacio Aldecoa, con El fulgor y la sangre; Carmen Laforet, con Entre Visillos; Ana María Matute, con Los de Abel; todos ellos reflejan diferentes aspectos de la sociedad de su tiempo.
Por otro lado, en los años sesenta, la sociedad española irá experimentando una importante transformación debido a la industrialización y al turismo. Surge así la novela estructural, cuyo objetivo es el de indagar en la personalidad del individuo. Se caracterizan por la innovación narrativa por medio del uso del narrador cambiante. La obra más característica fue Tiempo de silencio de Luis Martín-Santos, con un contenido social, pero a su vez, con carácter innovador. Otros autores son Camilo José Cela con su obra San Camilo; Miguel Delibes con Cinco horas con Mario, que destaca por la técnica del monólogo; seguido de Gonzalo Torrente Ballester con Los gozos y las sombras; Carmen Martín Gaite con Retahílas; a su vez Juan Goytisolo con la publicación de Señas de identidad; Juan Benet con su obra Volverá a Región; y finalmente Juan Marsé con Últimas tardes con Teresa.
El impacto de la Guerra Civil sobre el teatro fue tremendo. Se produjo un aumento de las presiones comerciales y, sobre todo, ideológicas para explicar la pobreza que afecta al teatro desde el fin de la guerra.
El teatro de este periodo representa una realidad falsificada; formalmente es anticuado. En la creación dramática hay dos líneas:
La década de los 50 comienza con dos importantes obras: Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo, y Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre. Sus temas tratan de los problemas de obreros y gente humilde, mostrando así las desigualdades sociales. Destaca el realismo: espacios cotidianos con rasgos costumbristas. Sobresale en este periodo Buero Vallejo, que trata temas humanos, ya sean de carácter existencial o realista. Su género preferido es la tragedia. Entre sus obras destaca El concierto de San Ovidio y Un soñador para un pueblo.
En esta época el teatro continuará con la línea de protesta y el descontento político. José María Recuerda estrena Las salvajes en el Puente San Gil para criticar el conservadurismo burgués. Lauro Olmo obtendrá gran éxito con La Camisa, donde refleja los problemas de escasez vinculados al paro o la emigración. Francisco Nieva, con La carroza de plomo candente, y Fernando Arrabal, con El arquitecto y el emperador de Asiria, de carácter provocador y rebelde. Surgen los grupos de teatro independiente y los más destacados fueron: Els Joglars, Los Goliardos y el Teatro Experimental Independiente, con grandes innovaciones escénicas.
Se asentará un teatro caracterizado principalmente por autores consagrados. Destacan autores como Antonio Gala, con Anillos para una dama. Sus protagonistas son mujeres y tratan de temas como el amor, la soledad… José Luis Alonso de Santos, con La estanquera de Vallecas y Bajarse al moro, donde se aprecian aspectos de la sociedad actual. Fernando Fernán Gómez, con Las bicicletas son para el verano, y José Luis Sanchis Sinisterra, con ¡Ay, Carmela!.
Finalizada la Guerra Civil el 1 de abril de 1939, los sublevados aspiraban a implantar un Estado centralizado que garantizara la unidad de España. Franco era un militar con escasa formación política, por lo que su modelo irá evolucionando según las circunstancias políticas de cada momento.
El nuevo régimen era un sistema personalista y autoritario en el que Franco concentraba todos los poderes. Sus pilares ideológicos eran el tradicionalismo, la unidad de España y el anticomunismo. En 1937 Franco unificó a los falangistas y carlistas creando la FAT de las Jons, para mantener la unidad durante la guerra. Se mitificará la historia de España, adoptando el águila imperial, el yugo y las flechas (símbolos de los Reyes Católicos) y el lema: España Una, Grande y Libre.
El régimen franquista fue creando una estructura influida por el fascismo italiano y la Falange, definiendo el régimen como Nacionalsindicalista. Sin embargo, a partir de 1943, Franco prohíbe el término fascista y adopta el calificativo de Nacionalcatólico. Finalmente, se denominó el régimen como una Democracia Orgánica con los tres órganos naturales de asociación: familia, municipio y sindicato.
El franquismo se rigió por siete Leyes Fundamentales:
Los grupos ideológicos que sustentaron el régimen fueron:
Por otro lado, el régimen experimentó grandes cambios a lo largo de 3 etapas:
En el contexto internacional, España pasó del aislamiento internacional al reconocimiento exterior. Durante la II Guerra Mundial, España se declaró no beligerante, pero Franco mantuvo una Conferencia con Hitler en la estación de Hendaya. Franco envió a la División Azul a luchar junto a las tropas alemanas. Los Aliados condenaron el franquismo, sometiéndolo al aislamiento internacional. En 1946, la Resolución adoptada por la ONU acusó al régimen de Franco de fascista, quedando fuera de los organismos internacionales y del Plan Marshall. Europa quedó dividida en dos bloques separados por el Telón de Acero. Franco se convirtió en un aliado valioso, abriéndole las puertas al reconocimiento internacional. En 1950 la ONU revocó la condena contra Franco, en 1955 España era admitida en la ONU y en 1957 en el FMI (Fondo Monetario Internacional).