Portada » Lengua y literatura » Literatura Medieval Española: Contexto Histórico, Lírica y Autores Clave
En el siglo V comienza la Edad Media y finaliza a finales del siglo XV. El modelo cultural, económico y político predominante en Europa fue el feudalismo. La economía se basaba en la agricultura y en un comercio poco desarrollado.
La sociedad se dividía en tres estamentos, a los que se pertenecía por nacimiento:
Tras la caída del Imperio Romano en el siglo V, la cultura escrita se recogió en manuscritos, donde los monjes se encargaron de copiarlos y traducirlos a mano. De ahí que el concepto de autoridad recayera sobre la Iglesia, creando una sociedad teocéntrica. También existía una cultura popular transmitida a través de canciones.
A finales de la Edad Media, la cultura escrita saldría de los muros eclesiásticos gracias a la creación de universidades, como la de Palencia en 1208.
En la península ibérica, tras la invasión de los romanos, todas las lenguas prerromanas fueron sustituidas por el latín, excepto el vasco. Con el tiempo, el latín fue siendo modificado dependiendo de las zonas. Con la invasión musulmana, el árabe se empezó a hablar en territorio conquistado junto con su peculiar latín.
Hacia el siglo VIII, había tantas variaciones del latín que no se entendían entre ellos. Los dialectos romances primitivos eran: el gallego-portugués, el asturleonés, el castellano, el navarro-aragonés y el catalán; en el sur, dialectos mozárabes.
Los primeros testimonios escritos en romance son las Glosas Emilianenses o anotaciones que algún monje realizó en lengua vulgar para explicar términos latinos en documentos de los monasterios de San Millán de la Cogolla y de Silos. Datan del siglo X y están escritas en navarro-aragonés.
El castellano se fue extendiendo a medida que avanzaba la Reconquista de Castilla. Sin embargo, el latín seguiría usándose en documentos oficiales hasta el reinado de Alfonso X y como lengua de cultura hasta mucho más tarde.
Surgió entre los siglos XI y XIII y se transmitió oralmente a través de los juglares. Era anónima y tenía una temática amorosa, donde el yo poético es un joven enamorado.
Fue recogida por escrito de forma tardía, pero conservamos tres tipos de lírica popular en la península:
Son breves composiciones líricas en mozárabe que aparecen incluidas al final de los poemas. Eran transmitidas oralmente y datan de los siglos X-XII. Eran anónimas y se caracterizaban por tener un yo poético con voz femenina (aunque escritas por hombres). El destinatario casi siempre era explícito y solía ser otra mujer.
Los temas eran quejas por la ausencia del amado o el recuerdo positivo del amado. El espacio era cerrado y sin naturaleza. Solían tener 3 o 4 versos y entre sus recursos destacan:
Estaban escritas en galaico-portugués y datan de los siglos XI-XII. Eran composiciones independientes, extensas y anónimas. La voz poética era femenina (pero escritas por hombres) con un destinatario concreto que podía ser otra mujer o la naturaleza.
Los temas son el amor y la queja amorosa por la ausencia del amado, con la aparición de la naturaleza. Solían tener cuatro o más versos. Los recursos más destacados son:
Fueron escritos en castellano en el siglo XV. Eran composiciones independientes. La voz poética era femenina (pero escrita por hombres). El destinatario no era explícito.
Los temas podían ser el amor, las fiestas o la vida cotidiana, pero todas se desarrollaban de forma **satírica**. Había presencia de la naturaleza con valor simbólico. Solían tener 2, 3 o 4 estrofas y contenían recursos como:
La poesía provenzal se cultivó en el sur de Francia durante los siglos XII y XIII. La componían autores cultos que firmaban sus obras y se denominaban trovadores.
Estos poetas cultivaron distintos subgéneros líricos:
El tema principal es el amor cortés, una revolución literaria que supone trasponer los códigos del vasallaje feudal a la relación entre hombre y mujer. Así, el yo poético manifiesta una absoluta sumisión a la amada, a la que debe servir guardando fidelidad y obediencia. Con frecuencia, la dama era una mujer casada, lo que implicaba un amor imposible que exigía discreción y que a menudo no esperaba más que una señal de reconocimiento.
El amor es, a la vez, una fuente de sufrimiento. Esto es muy importante porque influyó posteriormente en autores italianos como Petrarca, quien crearía una corriente literaria: el petrarquismo.
Deudora de estas formas y de esta sensibilidad será la poesía de los cancioneros castellanos y aragoneses del siglo XV, con colecciones de poesía compilada bajo la protección de nobles y reyes. Los cancioneros más importantes son: el Cancionero de Baena, el de Estúñiga y el de Palacio.
Fue uno de los artistas más poderosos de su tiempo. Fue influido por el humanismo prerrenacentista y por autores como Dante, de quien se inspiró en su poema alegórico La Divina Comedia para escribir El infierno de los enamorados o los Sonetos fechos al itálico modo, que fueron un intento fallido de adaptar al castellano los sonetos italianos.
Fue secretario del rey Juan II y un gran ejemplo de humanismo puro. Es destacado por ser el autor de Laberinto de Fortuna.
Fue miembro de una de las familias más poderosas de la sociedad castellana, donde destacaban su padre (Maestre de la Orden de Santiago) y su tío paterno por sus obras como poeta, quienes le influyeron. Además, también fue influenciado por sus vivencias en el ámbito cortesano. En esos círculos escribió sobre todo poesía amorosa, pero destaca por las Coplas a la muerte de su padre (40 coplas escritas en pie quebrado) y con tópicos literarios como: