Portada » Historia » Liberalismo y Nacionalismo en el Siglo XIX: Ideologías Clave y su Impacto Histórico
El liberalismo y el nacionalismo son las ideologías que vertebraron las profundas transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales a lo largo del siglo XIX. Este periodo abarca desde la caída del Antiguo Régimen y la instauración de los regímenes parlamentarios en América del Norte y Europa Occidental, hasta el triunfo de la industrialización y el capitalismo, así como la configuración de nuevos Estados.
Durante la primera mitad del siglo, las oleadas revolucionarias de 1820, 1830 y 1848, instigadas y lideradas por la burguesía, lograron que estas ideologías triunfaran. Sin embargo, ya en la segunda mitad del siglo XIX, el propio éxito del liberalismo y el ascenso de la burguesía al poder económico y político, junto con su liderazgo social y cultural, situaron a estas ideologías en posiciones más conservadoras. Se liberaron de su carácter revolucionario y fueron puestas en cuestión por otras nuevas corrientes, tales como el marxismo y el anarquismo.
El liberalismo político y el nacionalismo reaccionaron enérgicamente contra los principios absolutistas de la Restauración. Por un lado, la burguesía, un grupo social en plena expansión, no estaba dispuesta a renunciar al poder político. Por otro lado, la Revolución Francesa y el Imperio napoleónico habían despertado la conciencia nacionalista de algunos estados europeos, que tampoco estaban dispuestos a acatar la artificialidad de las fronteras políticas impuestas por el Congreso de Viena.
Así, el liberalismo político y el nacionalismo se exacerbaron a partir de este Congreso. Unas veces unidos y otras separados, abrieron una etapa revolucionaria en Europa a partir de 1820 que se enfrentó directamente a los principios de la Restauración.
El origen del nacionalismo se puede remontar a los siglos bajomedievales como una reacción al feudalismo, y se reafirmó en el siglo XVIII con la Revolución Francesa, como un concepto que exaltaba la nación como entidad soberana, frente al monarca absoluto. Su desarrollo en el siglo XIX se explica por la confluencia de varios factores:
El movimiento nacionalista tomaría dos direcciones principales: