Portada » Filosofía » Filosofía de Kant: Conocimiento, Razón y Metafísica en la Crítica Pura
El siglo XVII experimentó muchas transformaciones que influyeron en la política, la economía, etc. Esta época estuvo marcada por el empirismo y la Ilustración.
La economía era predominantemente agrícola y hubo un aumento considerable de la población. También hubo un intento de explicar la economía mediante el método científico, lo cual dio pie a dos escuelas: los fisiócratas franceses y el liberalismo inglés.
En política, destacaba la sociedad estamental dividida en tres: nobleza, clero y el resto. La nobleza destacaba por el poder que tenía sobre las tierras, pero este disminuyó frente a la burguesía; este enfrentamiento daría lugar a la Revolución Francesa. El Antiguo Régimen sería abolido por el parlamento inglés y la Revolución Francesa.
En 1666, Newton consiguió explicar muchos fenómenos con una única fórmula.
La Ilustración fue un movimiento cultural predominante en el siglo XVIII. Esta tenía unas características:
Los autores más importantes de esta época son:
Hume despertó a Kant de su «sueño dogmático» e influyó en su futura postura crítica.
La Crítica de la Razón Pura es el esfuerzo de Kant para responder a la pregunta de si la metafísica es o no una ciencia, es decir, a la pregunta: ¿Qué puedo saber?
Kant parte del hecho de que la matemática y la física ya son ciencias y se pregunta qué tipo de conocimiento hace que la física y las matemáticas sean ciencias; se trata de averiguar las condiciones de posibilidad de una ciencia para ver si se cumplen o no en la filosofía. Se trata de saber los límites de nuestra razón para ver si es capaz de ser metafísica y, por lo tanto, Kant dirá que la metafísica no es una ciencia (en el mismo sentido que la física o la matemática).
Hay juicios sintéticos y analíticos, pero estos últimos, para Kant, no aumentan nuestros conocimientos; por lo tanto, la ciencia tiene que estar hecha de juicios sintéticos. Los juicios pueden ser también a priori o a posteriori. Kant dice que si los juicios de la ciencia son a priori, en nuestro conocimiento debe haber elementos que provengan de la experiencia, pero también tiene que haber elementos a priori.
La Crítica de la Razón Pura tiene como objetivo detectar estos elementos a priori y conseguir saber si podemos hablar de aspectos metafísicos como Dios y su existencia.
La teoría de Kant se sitúa entre la de los empiristas y la de los racionalistas. Kant sigue el idealismo trascendental, que consiste en afirmar que todos los objetos de nuestro conocimiento son una unión entre lo que recibimos de nuestra experiencia y lo que aportamos nosotros con nuestras facultades de conocimiento (sensibilidad, el entendimiento y la razón).
La Crítica de la Razón Pura se divide en:
Es la ciencia de todos los principios a priori de la sensibilidad. La Estética explica el modo de tener sensaciones y, al ser «trascendental», se ocupa del conocimiento de las condiciones trascendentales. Kant distingue entre materia y forma. Las sensaciones son la materia y se presentan ordenadas. La forma es dada a priori en el espíritu, como forma pura de la sensibilidad. Las formas puras de la sensibilidad son el espacio y el tiempo, y son las que posibilitan la experiencia; son formas a priori de la sensibilidad.
Se ocupa de comprender lo percibido y es la función propia del entendimiento. Nuestro conocimiento incluye conceptos además de percepciones, pues comprender los fenómenos es poder referirlos a un concepto. Kant distingue dos tipos de conceptos: los empíricos, que proceden de la experiencia y son a posteriori, y los conceptos puros, que no proceden de la experiencia y son a priori. Los conceptos puros son las categorías o conceptos puros del entendimiento, que son condiciones trascendentales del conocimiento. Todo aquello que es objeto de nuestra experiencia puede ser pensado bajo las categorías, como sustancia o accidentes, por ejemplo. El conocimiento es el resultado de la unión entre la sensibilidad y el entendimiento: la sensibilidad nos da los objetos (fenómenos), y el entendimiento los piensa (mediante conceptos).
Estudia la Razón y la posibilidad de la Metafísica como ciencia. Kant se preguntaba si la metafísica llegaría a ser ciencia, pero concluyó que, en el sentido estricto de ciencia empírica, no lo es. La Metafísica aspira a alcanzar las cosas tal y como son en sí mismas (noúmenos); sus objetos son trascendentes: el alma (su libertad e inmortalidad), Dios y el mundo como totalidad.
La Razón busca encontrar principios cada vez más generales, capaces de abarcar una multiplicidad de juicios particulares, sirviendo a estos de fundamento. La Razón aspira a lo incondicionado.
Cuando la Razón se mantiene en los límites de la experiencia posible, su uso es correcto y no da lugar a contradicciones; la ciencia avanza precisamente a partir de esa tendencia de la Razón a unificar el conocimiento. Sin embargo, cuando la Razón intenta aplicar sus principios más allá de la experiencia posible, cae en ilusiones trascendentales. Por ejemplo, intenta unificar todos los fenómenos físicos mediante una idea metafísica del mundo como totalidad. Intenta unificar todos los fenómenos psíquicos mediante una idea metafísica del alma. E intenta unificar la totalidad de la experiencia (interna y externa) mediante la idea de Dios.