Portada » Psicología y Sociología » Existencialismo, Género y Bioética: La Visión de la Iglesia ante los Desafíos de la Sexualidad Moderna
Resurgió el pensamiento existencialista que destacó por su influencia Jean-Paul Sartre. Para él, el ser humano no posee una naturaleza propia y fija. El hombre se define como aquel ser que es absolutamente libre. Es tarea de cada persona construir su propia realidad, sin ninguna restricción externa.
Buscaron resaltar aquello que singulariza al hombre concreto. El cuerpo y el sexo se constituyeron en una parte importante de esta singularidad.
Este lema dio lugar a dos revoluciones culturales:
Género: Conjunto de atributos sociales y convenciones sobre lo masculino y femenino, tanto en la asignación de la identidad como en roles y tareas.
La Iglesia sabe la importancia de la dimensión sexual del ser humano y quiere ayudar a las personas a que alcancen la felicidad en su vida sexual.
La Iglesia rechaza la marginación social de los homosexuales. La Iglesia tiene una propuesta positiva para quienes experimentan atracción sexual hacia personas de su mismo sexo.
El impulso sexual está mediado por nuestra interioridad espiritual.
Nuestro concepto de sexo dependerá de cómo entendamos el amor.
Amar no es solo sentir, es querer querer.
El yo se cierra sobre sí mismo, por lo que el corazón ve debilitada su capacidad de amar y la persona se empobrece.
Primer milagro de Jesús: En las bodas de Caná.
Sexo y matrimonio son santos.
Simulacro de amor: A prueba, con anticonceptivos.
El sexo es sublime y frágil.
En la sexualidad, varón y mujer se hacen plenos mutuamente y colaboran con Dios en la creación de la persona humana.
El noviazgo es un periodo de prueba y no un compromiso definitivo.
El amor esponsal es para siempre, no es descartable.
La Iglesia se refiere a los actos, no a las personas; respeta su dignidad y valor infinito.
¿Por qué son actos desordenados? Porque constituyen un ejercicio de la sexualidad que no responde a su significado biológico.
Benedicto XVI: El sexo tiene un sentido interior, no homosexual.
Propósito de la sexualidad: Unir a hombre y mujer para dar a sus hijos un futuro.
Sentir esa tendencia no es pecado y es compatible con la santidad.
NO al sexo homosexual, SÍ al verdadero bien del amor.
El Siglo XX: Siglo de la anticoncepción.
La Píldora: Sistema eficaz que permite a la mujer controlar sus momentos de fecundidad, logrando la independencia de las ataduras de su biología.
1968, Pablo VI publicó Humanae Vitae: El uso de anticonceptivos es intrínsecamente inmoral porque impide la dimensión unitiva y procreativa.
La Iglesia no concibe a los miembros como meros procreadores.
La Iglesia sostiene la bondad del ejercicio del sexo en periodos no fértiles y el derecho a vivir una paternidad responsable.
PF Natural: Continencia periódica para espaciar nacimientos. Es poco conocido, sigue la fertilidad de la mujer por la temperatura del cuerpo y la presencia y consistencia del moco cervical. Implica no tener relaciones durante el periodo menstrual y de ovulación.
Lucha de las primeras sufragistas: derecho a votar.
Igualdad con el hombre por trabajo, educación y vida social.
Prochoice: La mujer es dueña de su cuerpo.
El feto no se reconoce como sujeto (bebé) sino como objeto (células).
Aborto no punible: Abortar si el embarazo es por violación.
Cimiento de la sociedad: Valor intrínseco de cada vida humana. No hay personas de mayor o menor valor en función de su desarrollo físico, su sexo o su origen étnico.
Síndrome postaborto: Secuelas psiquiátricas tratables o irreversibles.
La Congregación para la Doctrina de la Fe resumió en Donum Vitae: La vida es sagrada porque desde su inicio comporta la acción creadora de Dios. No es necesario abordar el debate desde el ámbito de la fe; es un tema de dignidad humana.
Es fundamental ayudar a mujeres embarazadas y sanar las heridas de las que abortaron.
El aborto va a tambalear su base legal gracias a la revelación de la humanidad de los no nacidos y los avances asombrosos en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades en el seno materno.
Dignidad humana: Reside en la capacidad de obrar libremente o amar sin que lo impidan.
No estamos ante una dicotomía insuperable, es una falsa solución.
La ley está orientada a buscar lo justo, no solo persigue el delito, conforma una conciencia social que favorezca la vida y la dignidad humana.
Es necesario mejorar el sistema de adopción.
Asistencia prenatal, cuidado materno, promoción social o adopción: La Iglesia ayuda en estas áreas.
EL ABORTO DUELE.