Portada » Historia » España en el Siglo XV: Sucesión, Descubrimiento de América y Política Exterior de los Reyes Católicos
Durante el reinado de Enrique IV de Castilla, apodado el Impotente, la nobleza cuestionó la legitimidad de la princesa Juana, hija de la reina consorte, alegando que era hija de Beltrán de la Cueva, de ahí el apodo de Juana la Beltraneja.
Ante la presión nobiliaria, Enrique IV nombró heredera a su hermana Isabel. Sin embargo, el matrimonio de Isabel con el príncipe Fernando, heredero de la corona de Aragón, sin el consentimiento real estipulado en el Pacto de los Toros de Guisando, llevó a Enrique IV a desheredar a Isabel y nombrar nuevamente heredera a Juana.
La muerte de Enrique IV desencadenó una guerra sucesoria (1474-1479) entre los partidarios de Juana y los de Isabel. Este conflicto tuvo un carácter tanto civil como internacional:
Tras las batallas de Toro (1476) y Albuera (1479), que confirmaron la superioridad militar de Fernando e Isabel, su triunfo se consolidó con la firma del Tratado de Alcaçovas-Trujillo (1479). Portugal se retiró de los territorios ocupados, e Isabel y Fernando fueron reconocidos como reyes de Castilla, comprometiéndose a no expandirse más allá de los límites atlánticos portugueses.
Ese mismo año, Fernando se convirtió en rey de Aragón tras la muerte de su padre, Juan II. El triunfo en el conflicto sucesorio y la unión dinástica de las coronas de Castilla y Aragón marcaron el inicio de la monarquía de los Reyes Católicos. Castilla y Aragón quedaron unidas en las personas de los reyes, pero conservaron sus particularidades legislativas, institucionales y administrativas.
Los avances técnicos del siglo XV en navegación (brújula, astrolabio, portulanos, mapas) y la expansión del comercio de especias (Molucas) impulsaron la búsqueda de nuevas rutas hacia Oriente tras la ocupación de Constantinopla por los otomanos.
Portugal exploró la ruta bordeando África y el Cabo de Buena Esperanza para llegar a la India. España, basándose en las teorías de Cristóbal Colón sobre la redondez de la Tierra, propuso alcanzar Asia navegando hacia el oeste tras finalizar la guerra de Granada.
Tras firmar las Capitulaciones de Santa Fe, que otorgaban a Colón la posesión de las tierras descubiertas en nombre de los Reyes Católicos, el título de Virrey y Almirante de la Mar Océana, y beneficios económicos, Colón zarpó del puerto de Palos (Huelva) el 3 de agosto de 1492 con la nao Santa María y dos carabelas.
Los Reyes Católicos se apresuraron a obtener los derechos de conquista y evangelización sobre las tierras descubiertas, que les fueron concedidos por el Papa Alejandro VI a través de la bula Inter Caetera. Esta bula establecía una línea de demarcación a 100 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde, asignando a Portugal las tierras al este de la línea y a España las tierras al oeste.
Portugal no aceptó esta división, y el Tratado de Tordesillas movió la línea a 370 leguas al oeste de Cabo Verde, colocando Brasil bajo influencia portuguesa.
Tras los cuatro viajes de Colón, se realizaron otras expediciones menores que exploraron las costas de América Central y buscaron un paso hacia la ruta de las especias, confirmando que lo descubierto era un nuevo continente que se interponía entre Europa y Asia. Vasco Núñez de Balboa cruzó el istmo de Panamá y descubrió el Mar del Sur, luego llamado Océano Pacífico.
La expedición de Fernando de Magallanes, iniciada en 1519, culminó con la primera vuelta al mundo. Magallanes atravesó el estrecho que lleva su nombre y el Océano Pacífico. Tras su muerte en Filipinas, Juan Sebastián Elcano tomó el mando y regresó a España en 1522 con una sola nave.
La política exterior de los Reyes Católicos se caracterizó por:
La política matrimonial buscaba la unión peninsular y el aislamiento de Francia. Fernando de Aragón, un gobernante excepcional que inspiró la obra *El Príncipe* de Maquiavelo, fue el principal artífice de esta política. Su objetivo era aislar diplomáticamente a Francia mediante alianzas matrimoniales con el Sacro Imperio Romano Germánico, Portugal e Inglaterra.
Las infantas Isabel y María fueron reinas consortes de Portugal. Catalina se casó con Enrique VIII de Inglaterra. El príncipe Juan y la infanta Juana, únicos hijos varones de Isabel y Fernando, hicieron recaer la sucesión al trono en Juana y su hijo Carlos, dando inicio a la dinastía de los Austrias en España y convirtiendo a España en un actor clave de la política mundial.
Para asegurar la tranquilidad de sus costas, amenazadas por los berberiscos del Norte de África, los Reyes Católicos conquistaron Melilla, Orán, Túnez y Trípoli.
La conquista de las Islas Canarias, iniciada con Enrique III de Castilla, finalizó en 1496 con la toma de Tenerife tras una dura lucha con la población guanche. Las islas se convirtieron en un enclave importante para el descubrimiento de América.
El reino de Aragón mantuvo una dura pugna con Francia por el dominio de Nápoles. Tras la invasión francesa, Fernando convocó la Liga Santa para expulsar a los franceses de Nápoles, lo cual logró. Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, venció definitivamente a los franceses en Ceriñola, Garellano y Gaeta, expulsándolos de Nápoles.
Fray Bartolomé de las Casas (1484-1566) fue un fraile dominico, teólogo, cronista y defensor de los derechos de los pueblos indígenas de América. Participó en los primeros años de la colonización española y fue testigo de los abusos cometidos contra los nativos.
Inicialmente, Las Casas viajó a América en 1502 y se estableció en La Española, donde recibió una encomienda. Sin embargo, tras presenciar las injusticias y la violencia contra los indígenas, renunció a sus privilegios y se dedicó a la defensa de sus derechos. Se convirtió en un crítico del sistema colonial y en un defensor de la evangelización pacífica.
Su obra más conocida, *Brevísima relación de la destrucción de las Indias* (1552), denuncia los malos tratos, asesinatos y esclavitud a los que eran sometidos los indígenas. Las Casas sostenía que los indígenas eran seres racionales con alma y dignidad, y que debían ser convertidos al cristianismo mediante la predicación y no por la violencia.
Gracias a su influencia, se promulgaron las Leyes Nuevas de 1542, que prohibían la esclavitud indígena y buscaban limitar los abusos del sistema de encomienda. En 1544 fue nombrado obispo de Chiapas, desde donde trató de aplicar sus ideas, aunque encontró una fuerte oposición por parte de los colonos.
Fray Bartolomé de las Casas dedicó su vida a la defensa de los pueblos originarios de América y a denunciar las injusticias del proceso de conquista. Su pensamiento tuvo una gran repercusión y fue pionero en la reflexión sobre los derechos humanos, la igualdad y la justicia universal. Representa la conciencia crítica del Imperio español y el primer intento serio de reformar moralmente la colonización.
El protestantismo fue un movimiento religioso del siglo XVI que rompió la unidad de la Iglesia católica en Europa. Surgió en Alemania con Martín Lutero, quien en 1517 publicó sus 95 tesis en Wittenberg, criticando la venta de indulgencias y la corrupción del clero.
Lutero defendía que la salvación se obtiene solo por la fe y que la Biblia es la única fuente de verdad religiosa, por lo que debía estar al alcance de todos los creyentes. Rechazó la autoridad del Papa, el culto a los santos y el celibato del clero. Sus ideas se difundieron rápidamente gracias a la imprenta y recibieron el apoyo de muchos príncipes alemanes.
En 1521, el papa León X excomulgó a Lutero y el emperador Carlos V lo declaró hereje en la Dieta de Worms, pero Lutero fue protegido por varios príncipes. A partir de sus enseñanzas surgieron otras corrientes como el calvinismo (de Juan Calvino, que defendía la predestinación) y el anglicanismo (creado por Enrique VIII en Inglaterra).
El nacimiento del protestantismo tuvo consecuencias importantes: provocó la división religiosa de Europa, originó guerras entre católicos y protestantes y obligó a la Iglesia católica a reaccionar con la Contrarreforma, especialmente en el Concilio de Trento (1545-1563). También fortaleció el poder de los monarcas frente a Roma y favoreció la aparición de los Estados modernos.
En resumen, el protestantismo fue una revolución religiosa y cultural que puso fin a la unidad cristiana de la Edad Media y marcó el inicio de una nueva etapa en la historia europea.
