Portada » Arte » Escultura Neoclásica: Características y Legado de Antonio Canova
Al igual que en la arquitectura, los modelos fueron suministrados por la **Antigüedad clásica**, más de Grecia que de Roma. Sin embargo, no surgió una escultura tan llena de vida como la renacentista, debido al prejuicio de considerar lo clásico como un ideal insuperable que debía copiarse al pie de la letra. Y, en efecto, apenas hubo otra cosa que imitación de la Antigüedad: **temas mitológicos**, escultura en **mármol y bronce**, y una **forma bella y arquetípica**. En realidad, solo interesaba la belleza puramente formal; el espíritu estaba ausente.
Debido a su deseo de no perder la **serenidad expresiva** y a la generalización del empleo del **mármol y del bronce**, la escultura neoclásica presenta una sorprendente uniformidad en todas partes, siendo uno de los estilos más internacionales que ha existido. La escultura monumental perdió la libertad de la que había gozado durante el Barroco. Se acogió al **nicho o al frontón**. La arquitectura dominaba con su **claridad de líneas**. El escultor cuidaba los perfiles para que la figura no desbordara, perdiéndose en el ambiente. Por la misma razón, se desterró el color y se prefirió el mármol.
La **temática religiosa** decayó, casi sustituida por la **mitológica**. Más que religiosidad, se procuraba una **moral pública**, de ahí que las figuras aparecieran recatadas y edificantes. Transmitían un bello ideal, una clara propensión a lo **sublime**. Se acudía con frecuencia al **desnudo**, pero evitando el erotismo. Pese a que la Academia ponía modelos vivos para los alumnos, no se extraían retratos, sino «**academias**», es decir, análisis de formas. Es más, lo que prevalecía como medio de enseñanza era la **estatua de yeso**. También abundaba el **retrato** como consecuencia del afán de exaltar el espíritu de ciudadanía. Se eliminaba toda retórica; los personajes debían ser ejemplo de virtud.
Después de Bernini, es el mayor técnico que ha existido. Su fuerte residía en el **virtuosismo de la ejecución**, pero también en la **gracia de la concepción**. Transmitía una calidad sensorial a sus estatuas, apoyadas en un lustroso acabado que luego patinaba con piedra pómez, desvaneciendo así el tópico de frialdad con el que tradicionalmente se cataloga cualquier escultura neoclásica.
Formado con escultores barrocos, realizó una de sus primeras obras alegóricas: ***Dédalo e Ícaro***. Bajo los pies de Dédalo descansan las herramientas del oficio, mientras que Ícaro se pega las alas de cera que le permiten volar. El grupo fue premiado y, con el dinero obtenido, marchó a los 22 años a Roma para estudiar los modelos de la Antigüedad clásica, donde depuró su estilo bajo la influencia de **Mengs** y **Winckelmann**.
Canova no conoció el arte griego mucho más que los renacentistas. Su fuente de inspiración fueron los **museos y colecciones italianas**, pues no pudo ver el Partenón hasta 1815, poco antes de morir. Enterados los ingleses de su presencia en Francia como legado pontificio, le invitaron en 1815 a Londres para que opinara sobre los **mármoles del Partenón** que Lord Elgin había trasladado. El impacto de Grecia fue tremendo: “He visto los mármoles de Fidias. No tenían nada de afectado, de exagerado, nada de duro, son verdadera carne. Debo confesaros que haber visto estas bellas cosas ha estimulado mi amor propio porque siempre he tenido el sentimiento de que los grandes maestros tenían que haber trabajado de este modo, y no de otra manera”. Bajo este efecto, realizó ***Las Tres Gracias***.
No obstante, el gran arte griego del siglo V a. C. influyó en él a través de las **copias romanas** que contemplaron Donatello y Miguel Ángel, aunque su estilo apenas tiene semejanza con el de estos. Se le ha considerado el **último gran artista italiano**. La vida se le ofreció llena de atenciones; todos los grandes de la época le estimaron, mas no abusó de su fama y siempre fue modesto.
De la mujer, solo conoció la **belleza externa**, pero se le escapó su sensibilidad; de ahí que sus mármoles, jamás proyectados para recibir color, sean necesariamente fríos. La misma insensibilidad demostró ante el espectáculo político de su tiempo, al igual que todos, excepto Goya.
Los **temas mitológicos** menudean en su producción:
***Las Tres Gracias***. Conjunto escultórico de gran armonía. Las tres diosas enlazan sus cuerpos de equilibradas anatomías, creando un conjunto cerrado e íntimo que no invita al espectador. Las posturas son elegantes y las superficies pulidas y blancas. Los perfiles de los rostros recuerdan a los **relieves griegos**, especialmente a los de **Fidias**.
Al igual que Miguel Ángel y Bernini, los papas también fueron su clientela. Realizó las monumentales ***Tumbas de Clemente XIII*** y ***Clemente XIV***. En ellas, impuso un **nuevo modelo de tumba**. La monumentalidad procede de Bernini, pero destierra la rica policromía y el concepto dramático. La muerte recobra el carácter de **símbolo**, y nada mejor que el **mármol blanco** para lograrlo. En la de Clemente XIII, el Papa adopta un profundo recogimiento, con dos leones echados guardando la puerta del sepulcro y la erguida figura de la Fe. La muerte se efigia por medio de un genio, reposado y desnudo, al igual que en las **tumbas etrusco-romanas**. Una puerta abierta conduce al ultratumba. También realizó la ***Estatua orante de Pío VI*** en el Vaticano y el ***Monumento funerario de María Cristina de Austria*** (1798, Viena).
Destacó igualmente en el **retrato**. En 1802, acudió a París requerido por Napoleón para que le hiciera un retrato de busto. Después, José Bonaparte le comisionó para una monumental estatua ecuestre de Napoleón. También realizó la gran estatua del Museo de Brera, en la que aparece heroizado, desnudo y de cuerpo entero, enarbolando el cetro en una mano y una victoria en la otra, cubriéndose su espalda con la clámide militar. Fue **escultor de cámara de Napoleón**.
En España, el Neoclasicismo comenzó con una fase retardada del espíritu Rococó, traído por los franceses que ornamentaban los palacios. También influyeron aquellos que, pagados por la Academia, marchaban a Roma, donde entraban en contacto con la escuela de Canova y tenían ocasión de contemplar mármoles auténticos de Grecia y Roma; luego enviaban sus obras a España como justificación de la pensión. Se afianzó con el **afrancesamiento de la cultura española** después de la **Guerra de Independencia**. La **escultura de mármol** desplazó a la madera policromada, cuya muerte produjo