Portada » Historia » El Pronunciamiento de Primo de Rivera (1923): Justificación, Causas y Apoyos
Este documento aborda el texto publicado en Madrid el 13 de septiembre de 1923, cuyo autor es el general Miguel Primo de Rivera. Este importante militar español, con una destacada carrera en las guerras de Marruecos y Filipinas, publica un manifiesto desde la Capitanía General de Cataluña para justificar su golpe de Estado.
La justificación de este golpe aparece argumentada en el texto. En el primer párrafo, Primo de Rivera critica el sistema político de la Restauración, describiendo el turnismo como un sistema corrupto que solo defendió los intereses de los miembros de los partidos Liberal y Conservador. Según él, estos partidos manipulaban el sistema por medio del caciquismo, el pucherazo y el encasillado.
Además, en el tercer párrafo del manifiesto, critica los problemas de orden social que amenazaban a España con el auge de los movimientos de izquierdas y radicales. También menciona la necesidad de liberar al rey de la situación, pues, según su visión, se había visto ‘secuestrado’ por la actividad de los partidos políticos Liberal y Conservador. Por último, se atribuye el apoyo del ejército y del pueblo español, lo que, según él, lo legitima para tomar el poder y acabar con la Restauración.
El 13 de septiembre de 1923, el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, da un golpe de Estado, derrocando al último gobierno de la Restauración, que era de concentración y estaba dirigido por García Prieto.
Desde la primavera de 1923, Primo de Rivera ya estaba conspirando a través de dos movimientos diferenciados, pero con el objetivo común de derrocar al gobierno liberal. El primero estaba vinculado a las Juntas de Defensa de Barcelona, y el segundo, a Madrid, buscando recoger las aspiraciones del Ejército de África sobre el futuro marroquí.
Primo de Rivera llega al poder tras el pronunciamiento militar del 13 de septiembre de 1923, de la noche a la mañana, sin rumores previos en la prensa de días anteriores y sin derramar sangre. Logró dominar la situación de la capital catalana, un punto clave en la política española de esos años. El gobierno vaciló, no fue capaz de reaccionar y acudió al rey para que tomara cartas en el asunto. Sin embargo, Alfonso XIII dejó pasar lentamente las horas y finalmente apoyó al general sublevado, confiándole la tarea de formar gobierno. En solo tres días, España dejó de ser una monarquía parlamentaria y se convirtió en un régimen autoritario. El régimen de Cánovas, que había durado desde 1876, desapareció en 1923.
Inicialmente, Primo de Rivera no pretendió establecer un régimen definitivo; lo concibió como una especie de ‘paréntesis de curación’ transitorio. Sin embargo, pasó de la provisionalidad a intentar perpetuarse en el poder. Miguel Primo de Rivera se pronunció contra la legalidad constitucional, declaró el estado de guerra y sacó sus tropas a la calle, marcando el inicio de su dictadura.
Varias causas internas propiciaron el golpe:
Por último, se puede plantear una causa externa significativa: el avance del fascismo en Europa. En 1922, Mussolini toma el poder en Italia; en Alemania, el partido nazi empieza a aparecer en la escena política; y surgen regímenes fascistas en el centro y este de Europa, como una forma de frenar a los grupos de izquierdas y obreros por parte de la mediana y gran burguesía.
La situación de inestabilidad y el deseo de la mayoría de los sectores sociales de mejorarla provocaron que Primo de Rivera contara al principio con amplios apoyos a su golpe militar. Contó con el ejército y con una población neutra; sobre todo, el mundo rural aceptó en su gran mayoría el golpe, pues presentía un seguro restablecimiento del orden, lo cual era crucial ante el crecimiento peligroso que representaba la revolución social.
Los partidos políticos recibieron el golpe con dudas y recelos. Sin embargo, contó con el apoyo directo del rey, Alfonso XIII, que de esta forma traicionaba al sistema bipartidista constitucional y unía su destino al del dictador. Además, la burguesía católica y conservadora lo apoyó entusiasmada, poniéndose sin duda al lado del dictador. El movimiento obrero se mostró pasivo, no tenía conciencia política y no protestó. A la larga, sufrirían el peso del autoritarismo. Incluso algunos sectores obreros, como el PSOE o la UGT, mantuvieron una posición de neutralidad y cierta colaboración con el dictador, aunque también es cierto que, según avanzaba la dictadura, se fue endureciendo la represión y empeoró la situación económica, gran parte de estos grupos le retiraron su apoyo. También contaba con el apoyo de los sectores patronales y mercantiles. La dictadura de Primo de Rivera se vincula con la aparición de movimientos totalitarios en la Europa de entreguerras.