Portada » Biología » Desarrollo Humano Integral: Crecimiento, Maduración y Nutrición Esencial
El crecimiento es un proceso de cambios físicos que se caracteriza por el aumento de las dimensiones corporales y la modificación de las proporciones del organismo. Está originado por el incremento del número y el aumento del tamaño de las células con las que se nace, abarcando desde antes del nacimiento hasta la edad adulta.
Los cambios del crecimiento son cuantitativos y, por lo tanto, se pueden medir. Los parámetros más usuales son el peso y la talla, aunque también se utilizan los perímetros craneal y torácico.
Este proceso no tiene una evolución lineal, por lo que se pueden reconocer diferentes períodos o etapas donde se producen cambios significativos en un tiempo menor. Estos períodos ocurren durante el embarazo, el primer año de vida y la adolescencia.
La maduración se refiere a los cambios biológicos que se producen en las estructuras internas de los seres humanos y que los capacitan para realizar determinadas funciones.
La maduración está referida al grado de desarrollo de los sistemas, aparatos u órganos del cuerpo humano.
En la pubertad, el proceso de maduración fisiológica sigue un orden: la cabeza es la primera en madurar, seguida por el tronco y, en último lugar, las extremidades.
El desarrollo es el proceso de cambios psíquicos de tipo cualitativo mediante el cual se ponen en funcionamiento y se perfeccionan las capacidades humanas como el lenguaje, el pensamiento, la memoria, los sentimientos, la conducta, etc. El desarrollo está en constante interacción con el entorno y se ve condicionado por él a lo largo de toda la vida, accediendo a nuevos conocimientos a través del aprendizaje.
El desarrollo propicia la evolución hacia estados de mayor capacidad; en este sentido, permite pasar, por ejemplo, de un estado de dependencia e indefensión a otro de independencia y autonomía.
El aprendizaje hace referencia a la interacción con el medio, a la capacidad de relacionarse con otras personas, ya sea de forma estructurada o no. Supone que el ser humano puede interaccionar con su entorno y participar en él. El aprendizaje es lo que posibilita que el ser humano se adapte al medio.
El aprendizaje se refiere al proceso mediante el cual las experiencias modifican nuestro sistema nervioso y, por tanto, nuestra conducta. La principal función de la capacidad de aprender es desarrollar conductas que nos permitan adaptarnos a un entorno cambiante.
Nuestro desarrollo a lo largo de la infancia está marcado por una serie de períodos críticos o sensibles en los que el crecimiento y la maduración de las estructuras biológicas se suceden con mayor velocidad. Estos períodos coinciden con la etapa prenatal, el primer año de vida y la adolescencia.
El crecimiento de los niños no es uniforme en el tiempo, como hemos visto, y tampoco lo es la forma en que tiene lugar. El crecimiento y el desarrollo provocan un cambio importante en las proporciones corporales e, incluso, en las composiciones.
A continuación, se detallan las diferencias proporcionales entre recién nacidos y adultos:
Estas proporciones entre las diferentes partes del cuerpo se van modificando, tendiendo hacia las proporciones propias de la edad adulta.
Hacen referencia a la información regida en los genes de cada persona. Los genes están ubicados en el núcleo de las células reproductoras, donde se encuentran los cromosomas, formados por miles de genes que, a su vez, están compuestos de cadenas de ADN. Cada célula reproductora contiene 23 cromosomas. En el momento de la concepción, se forma una célula nueva, compuesta de 46 cromosomas heredados: la mitad del padre y la otra mitad de la madre. La herencia genética del nuevo individuo queda determinada a partir de este momento. La herencia de la mitad de cromosomas del padre y la madre se produce al azar. Los genes se transmiten de generación en generación, de padres a hijos, y determinan aspectos del crecimiento como la talla, el peso, el color de ojos, pero también influyen en aspectos del desarrollo y de la capacidad de aprendizaje.
La regulación de los factores internos que inciden en el crecimiento y desarrollo de la persona es consecuencia de unos compuestos químicos llamados hormonas. Su misión es regular los procesos bioquímicos en el organismo, acelerando o retrasando, o estimulando o inhibiendo las funciones y los procesos de diferenciación y crecimiento de las células. Durante el período fetal, las hormonas que influyen principalmente en el crecimiento son la insulina y el lactógeno placentario.
Dentro de estos factores se engloban los hábitos de vida y salud de la familia, principalmente de la madre. Hábitos como el consumo de alcohol, drogas o tabaco, no llevar una dieta equilibrada, padecer enfermedades transmisibles o realizar actividades físicas peligrosas durante la gestación pueden producir deficiencias o trastornos en el desarrollo del feto durante este período prenatal. Durante el embarazo, es importante que la madre se cuide, ya que el crecimiento del bebé depende en gran parte de ella. Las consecuencias de una mala elección de hábitos en este período pueden ser talla o peso bajo, síndrome de abstinencia, inmadurez neuronal o la aparición de cualquier trastorno o deficiencia física o psíquica. A pesar de todo, el feto mantiene suficiente independencia como para que solo una situación extrema de sufrimiento físico o emocional en la vida de su madre pueda influir en su crecimiento.
Son aquellos que se producen o influyen en el momento del nacimiento del bebé. En general, el parto es un proceso que se desarrolla sin complicaciones; sin embargo, existen situaciones que pueden comportar algún tipo de lesiones con consecuencias posteriores en el crecimiento o en el desarrollo del individuo.
El parto se ha de producir a las 40 semanas de gestación. Si se cumplen estas expectativas, se dice que el parto se produce en su momento y se considera a término. A menudo, y por diversas circunstancias, el parto se produce antes de este período. En estos casos, se hablará, en función de las semanas de gestación, de:
En función de la ayuda necesitada en el momento del parto, se puede diferenciar entre:
Dentro de este grupo se consideran todos aquellos factores que se pueden producir en el nacimiento y que son muy difíciles de controlar o prever. Como, por ejemplo, caídas o lesiones producidas al bebé en el momento de la extracción del útero materno.
Son aquellos que se producen después del nacimiento. Son consecuencias de la interacción constante con el medio, por lo que están directamente relacionados con el nivel económico, social, cultural y medioambiental.
Comienza con la fecundación y el inicio de la multiplicación celular, lo que da lugar al crecimiento y la formación celular del embrión. Durante este período, se desarrollan el cerebro, la médula espinal y se forma la base del sistema nervioso y el corazón. Finalmente, aparecen los impulsos cerebrales y los primeros reflejos.
Se perfeccionan los órganos y se ponen en funcionamiento. Aparecen las huellas dactilares, la base de los dientes permanentes, las uñas y las glándulas sudoríparas. El feto es capaz de responder a estímulos, mueve la cabeza y el cuerpo, entreabre los ojos y traga.
Se completa el proceso de crecimiento del sistema pulmonar, la piel se hace más gruesa y el sistema nervioso se prepara para actuar. El feto utiliza los sentidos y controla la respiración. Finalmente, el corazón bombea la sangre necesaria para vivir sin ayuda de la madre.
El crecimiento progresa desde la cabeza hacia las extremidades. Primero se fortalecen y crecen la musculatura y los huesos de la cabeza, y luego los de las extremidades superiores e inferiores (de arriba hacia abajo).
El crecimiento progresa desde el centro del cuerpo hacia las extremidades (de dentro hacia fuera).
La alimentación es un acto voluntario y consciente que comprende todos los procesos por medio de los cuales el ser humano obtiene e ingiere los alimentos. Es una forma de relación personal, una manifestación cultural, la expresión de una tradición, etc.
La nutrición es un acto involuntario e inconsciente que abarca el conjunto de procesos por los que el organismo humano recibe los nutrientes que contienen los alimentos, los aprovecha y los transforma.
Es el proceso fisiológico mediante el cual nuestro organismo recibe alimentos, los procesa para obtener los nutrientes y absorberlos, y elimina los residuos. Podemos distinguir diversas fases:
Las características generales de los órganos de los neonatos se centran en su inmadurez. Los principales procesos de maduración que hay que tener en cuenta son:
Algunos nutrientes permiten al organismo, mediante reacciones bioquímicas, obtener la energía que necesita para funcionar. Los nutrientes que cumplen esta función se denominan calóricos o energéticos y son los carbohidratos, los lípidos y las proteínas.
El organismo necesita pequeñas cantidades de algunos nutrientes para la regulación de diversos procesos. Estos nutrientes son las vitaminas y los minerales.
Hay nutrientes que intervienen en la formación y reparación de los tejidos. El grupo de nutrientes más importante con esta función es el de las proteínas. En menor medida, también los lípidos y los carbohidratos tienen función plástica.
La dieta es el conjunto de sustancias que una persona ingiere regularmente como alimento. Debe proporcionarle, mediante alimentos variados y en la cantidad suficiente, energía, nutrientes, agua y fibra. Un ejemplo de dieta equilibrada es la mediterránea.
El menú es la planificación de lo que comerá una persona o un grupo en un período determinado.
La ración es la cantidad habitual de un alimento que se toma en una comida.
Los trastornos ocasionales más comunes en lactantes son la regurgitación, el cólico, el vómito, el estreñimiento y la diarrea.
Es una característica común en los lactantes, que consiste en expulsar un poco de leche, generalmente después de las tomas. Esto ocurre porque la boca del estómago no se cierra del todo y deja salir la leche sobrante. Suele desaparecer con la maduración del sistema digestivo del bebé. Si el bebé no aumenta de peso de manera normal, es importante consultarlo con el pediatra.
Se manifiesta como un llanto incontrolado que puede durar horas y repetirse durante días o semanas. El bebé puede mostrar signos de dolor, como levantar las piernas por encima del abdomen. No se ha podido relacionar con ningún proceso patológico específico.
Es la expulsión brusca de una cantidad considerable de alimento. Si el bebé está bien de salud y aumenta de peso adecuadamente, no debemos preocuparnos. Para prevenirlo, procurar que el lactante tome aire mientras mama o toma el biberón y que eructe al acabar la toma. No sacudirlo después de la toma, vigilar que nada le oprima el vientre y ponerlo un poco inclinado, con la cabeza y el tronco ligeramente elevados. La mayoría de los vómitos infantiles son resultado de errores alimenticios, como la sobrealimentación, la mala preparación de las leches adaptadas o la subalimentación.
Durante la primera semana de vida, los niños tienen de promedio 4 deposiciones al día. El estreñimiento se define por dos factores: la disminución en la frecuencia de las deposiciones y la mayor dureza de las heces, lo cual dificulta la evacuación. Algunos niños intentan evitar la evacuación para no sentir dolor, lo que agrava el estreñimiento.
Se caracteriza por una consistencia más fluida de los excrementos y una mayor frecuencia en las deposiciones. Siempre y cuando no perdure en el tiempo ni vaya acompañada de fiebre, no tiene por qué ser motivo de preocupación. Las deposiciones de los lactantes suelen ser fluidas y de color amarillento. Al introducir nuevos alimentos y disminuir la cantidad de leche, el color y la consistencia de las deposiciones irán cambiando.
Es la reacción adversa que presenta una persona después de ingerir, inhalar o tener contacto con un alimento, siempre que haya una causa inmunológica comprobada. Son reacciones inmunológicas que se producen en una persona sensibilizada a determinados alimentos y se manifiestan de diferentes maneras (cutáneas, respiratorias, digestivas, etc.). Los alimentos que con mayor frecuencia generan reacciones alérgicas son la leche de vaca, el huevo, el pescado, el marisco y los frutos secos. El tratamiento consiste en evitar el alimento en cuestión y la contaminación cruzada.
Es una reacción adversa del organismo a un alimento, que se caracteriza por la incapacidad para digerirlo y metabolizarlo, sin que intervenga ningún mecanismo de defensa inmune.
La lactosa es el único carbohidrato que contiene la leche; es un disacárido formado por dos monosacáridos, la glucosa y la galactosa, los cuales se separan en el intestino por acción de una enzima denominada lactasa, la cual permite su absorción.
Se conoce con el nombre de enfermedad celíaca y consiste en la inflamación del intestino delgado, producida por la ingestión del gluten en individuos sensibles. El gluten es una proteína presente en algunos cereales como el trigo, la cebada, el centeno y la avena. El arroz, el maíz o el mijo no lo contienen. El tratamiento consiste en eliminar completamente el gluten de la dieta.