Portada » Español » Conceptos Clave: Periodismo, Lenguaje y Ortografía
El periodismo es la profesión que se encarga de recoger, elaborar y difundir información de actualidad y de interés público (noticias) a través de diferentes medios de comunicación. Este oficio pasó por varias etapas hasta alcanzar su desarrollo actual.
Se transmitían las noticias de forma oral, luego a través de manuscritos. El periodismo como tal tuvo su origen en Roma, a través de la publicación de memorias públicas y de la llamada «Acta Diurna» que se colocaba en el Foro Romano por orden de Julio César.
Comenzaron a cobrar importancia las cartas de viajeros, mercaderes y conquistadores. Además, apareció la imagen del juglar, personaje que recorría poblados dando a conocer a viva voz las hazañas de los caballeros heroicos.
El hecho más importante fue la invención de la imprenta y con esta la aparición de los primeros periódicos impresos. Además de publicar anécdotas sociales, hazañas guerreras y recuentos de viajes comerciales, los primeros periódicos fueron abriendo sus páginas a las opiniones y comentarios. A partir del siglo XVII, Europa conoció un rápido incremento en el número de periódicos.
Las grandes transformaciones ocurridas en los siglos XVIII y XIX que dieron forma al mundo moderno (industria y República), impulsaron dos grandes corrientes en el periodismo: la prensa política, herramienta para la transmisión y debate de ideas; y la empresa periodística. Así, guiados por intereses políticos y comerciales, los periódicos se hicieron más modernos, incluyendo secciones específicas y diferentes géneros. Uno de los hechos trascendentales fue la creación en el siglo XX de las llamadas agencias de prensa, empresas dedicadas a recoger información (noticias, fotografías, etc.) para luego venderlas a los diarios. El desarrollo tecnológico llevó al periodismo primero a la radio, luego a la televisión y, finalmente, al ciberespacio. A mediados del siglo XX, el periodismo era totalmente diferente al que conocemos hoy en día. Se buscaba un apego al hecho noticioso, pero las noticias carecían de profundidad. Sin embargo, la labor del periodista era igualmente esforzada.
La tarea de informar a la ciudadanía ha existido desde el surgimiento de las primeras civilizaciones. Hasta la llegada de los manuscritos, las noticias se transmitían de forma oral, luego vino la escritura, acompañada también por el arte. Sin duda, el antecedente más antiguo de la labor periodística son los recuentos de viajeros y mercaderes. Más tarde, a partir de la invención de la imprenta, el periodismo iría adoptando la fisonomía que conocemos actualmente. Los géneros periodísticos se fueron moldeando en el siglo XIX y alcanzaron su madurez en la segunda mitad del siglo XX.
Predominó durante las guerras del siglo XIX y se prolongó hasta la finalización de la Primera Guerra Mundial. Su contenido era altamente político y religioso. El hecho noticioso es imperceptible en el mar de opiniones y comentarios.
Tiene su origen a fines del siglo XIX y alcanza su madurez después de la Primera Gran Guerra. Conocida como la «Edad de Oro de la Prensa», se desarrolló primero en Inglaterra y luego en Estados Unidos. Su característica principal es el apego a los hechos, con una notoria disminución de opiniones y comentarios. Además de la noticia, se desarrollan también la crónica y el reportaje.
Busca otorgar mayor profundidad a las noticias. A través de la mezcla del relato noticioso y del comentario, surge el reportaje interpretativo.
Se llama género periodístico a una forma particular de contar un hecho noticioso. La prensa registra tres grandes géneros:
Género informativo. Se halla formado, principalmente, por dos subgéneros de carácter objetivo: la noticia y el reportaje.
Género de opinión. Se expresa a través de dos subgéneros de carácter subjetivo: el editorial y los artículos de opinión.
Género interpretativo. Combina los dos anteriores, dando origen a subgéneros en los que confluyen la información con la opinión. Es el caso de la crónica, el reportaje interpretativo y la entrevista.
Se entiende por lenguaje a la facultad comunicativa propia de los seres humanos que se realiza a través de signos orales o escritos. Gracias al lenguaje, el ser humano ha sido capaz de sobrevivir al agreste escenario primitivo, constituir comunidades en las que interactúa con sus semejantes y desarrollar grandes civilizaciones.
Mientras el lenguaje es la capacidad de comunicarnos, la lengua es el conjunto de signos lingüísticos convencionales y arbitrarios que constituyen un código.
Se denomina idioma a la lengua asumida por una comunidad particular de personas.
El aprendizaje de un idioma requiere de tres condiciones:
Conocimiento fonético-fonológico. Requiere conocer los sonidos propios del idioma y cómo estos se combinan para construir significantes.
Conocimiento léxico-semántico. Implica conocer tanto significantes como significados (signos) vinculados a la realidad.
Conocimiento sintáctico-morfológico. Se basa en conocer las reglas que definen las formas de combinación de los diferentes signos.
Existen factores que determinan las diferencias de unas lenguas con otras. Se reconocen cuatro:
Variable diatópica. Hace referencia a la geografía. Son las particularidades de la lengua definidas por la ubicación de los hablantes.
Variable diastrática. Se refiere a las características sociales y culturales del hablante que definen una realidad heterogénea. Así, toda lengua se puede expresar en cuatro niveles:
Culto. Se caracteriza por la formalidad, la riqueza léxica, la educación y el apego a las normas de la lengua.
Coloquial. Tiene como características la informalidad, espontaneidad, socialización, imprecisión léxica, respeto relativo a las normas gramaticales.
Inculto. Sus características: léxico escaso y presencia de vulgarismos, irrespeto a las normas gramaticales, ausencia de educación.
Jergal. Una jerga es una forma lingüística particular propia de los miembros de un grupo concreto de hablantes.
Variable diacrónica. Hace referencia a las características temporales que definen que la lengua cambia inevitablemente con el tiempo.
Variable diafásica. Llamada estilística. Se refiere a que la lengua que se emplea cambia según determinadas circunstancias: tipo de interlocutores (cultos o incultos) y tipo de ambiente (formal o informal).
Habitualmente ocurre que una lengua determinada no cuenta con todos los recursos léxicos (palabras o expresiones) que necesita para referirse a la realidad. Esta carencia es mucho más visible en los tiempos actuales en los que abundan las innovaciones tecnológicas y sus correspondientes nuevos términos. Cuando se presenta este tipo de problemas, algunas lenguas asimilan palabras de otras, sin realizar cambio alguno ni traducción (extranjerismos), o las adaptan a través de cambios gráficos o de contenido (préstamos). Tanto los extranjerismos como los préstamos no pueden realizarse de forma arbitraria, deben apegarse a ciertas normas establecidas por la RAE:
Se equipara el tratamiento ortográfico de todos los préstamos (voces o expresiones de otras lenguas que se incorporan al caudal léxico del español), con independencia de que procedan de lenguas vivas extranjeras (extranjerismos) o se trate de voces o expresiones latinas (latinismos).
Los extranjerismos y latinismos crudos (no adaptados) —aquellos que se utilizan con su grafía y pronunciación originarias y presentan rasgos gráfico-fonológicos ajenos a la ortografía del español— deben escribirse en los textos españoles con algún tipo de marca gráfica que indique su carácter foráneo, preferentemente en letra cursiva o bien entre comillas.
Los extranjerismos y latinismos adaptados —aquellos que no presentan problemas de adecuación a la ortografía española o que han modificado su grafía o su pronunciación originarias para adecuarse a las convenciones gráfico-fonológicas de nuestra lengua— se escriben sin ningún tipo de resalte y se someten a las reglas de acentuación gráfica del español.
Las locuciones latinas deben recibir el mismo tratamiento ortográfico que las provenientes de cualquier otra lengua.