Portada » Lengua y literatura » Claves del Teatro y la Novela en el Siglo XX
Nos encontramos ante un texto literario perteneciente al género dramático. En concreto, se trata de un fragmento de la obra Luces de Bohemia (1920, 1924) del autor noventayochista Ramón María del Valle-Inclán. Esta obra es la primera a la que el dramaturgo da el nombre de esperpento, técnica literaria que consiste en ofrecer una visión distorsionada y deformada de la realidad española del momento.
Su adscripción al género dramático se debe a la presencia de una serie de características, en las que desarrolla una historia que es presentada a través de las palabras y acciones de los personajes, sin la intervención de un narrador. El texto diferencia tipográficamente las acotaciones, en cursiva, de los nombres de los personajes, en negrita y mayúscula, de manera destacada, y de sus réplicas, transcritas en redonda.
El texto propuesto para comentar es la escena 2/6/12, una de las añadidas en la segunda versión de la obra. Estructuralmente, se sitúa en el:
La modalidad textual que predomina en el texto es el diálogo.
El carácter predominantemente dialogado del texto encuentra correspondencia a nivel lingüístico en el uso de formas verbales situadas en el eje temporal del presente, el empleo de oraciones cortas y sin terminar, la abundancia de oraciones exclamativas e interrogativas para llamar la atención del lector, el empleo del vocativo para identificar el nombre al que se dirige la persona que habla, y el empleo de oraciones imperativas (levántate, échame) que influyen en el receptor para que realice la voluntad del emisor.
El registro idiomático empleado presenta rasgos propios del nivel culto, medio y coloquial.
Entre los rasgos formales del esperpento que se aprecian en el texto podemos señalar:
Atendiendo al texto como unidad de comunicación, predomina la función representativa ya que se nos cuentan unos hechos y, como corresponde a su condición de texto literario, la poética. El autor pretende contar algo relacionado con él o ajeno, un sentimiento o una historia, pero siempre buscando crear algo nuevo, especial y personal. El predominio de la función poética explica la presencia de recursos expresivos. El diálogo pone de manifiesto la función apelativa.
Podemos afirmar que nos encontramos ante un texto característico de la literatura española del siglo XX. En esta obra, Valle-Inclán refleja su género esperpéntico, deformando la apariencia que, según él, nos da la realidad. Mi opinión es que obras como las relacionadas con el esperpento son muy importantes para la sociedad. Este tipo de obras ayudan a hacer ver a las personas cuál es la verdadera realidad de la vida. Quiero destacar la importancia que tiene para la sociedad el ser consciente de los problemas que hay en ella y, aunque no se tenga la oportunidad de vivir dignamente, saber afrontarlos sin tener que recurrir a la muerte.
A comienzos del siglo XX, el teatro español se separa en:
Pretendió renovar las técnicas y el lenguaje, aunque sin éxito. Los primeros intentos de renovación fueron llevados a cabo por Unamuno, Azorín o Grau. Los escritores de la Generación del 27 intentaron crear un público con el acercamiento del teatro al pueblo. Surge La Barraca.
El teatro español del siglo XX alcanzó la cima con la obra de Valle-Inclán y Lorca.
Se divide en 4 ciclos:
Luces de bohemia (1920) es la primera obra a la que Valle-Inclán da el nombre de esperpento. Lo esperpéntico es un reflejo deformado de la realidad ya deformada, que nos revela el verdadero rostro de la vida española.
Es la obra maestra del teatro de Valle-Inclán. Basada en la vida de Alejandro Sawa, escenifica la última noche de vida del poeta Max Estrella, que acompañado por su lazarillo don Latino, recorre los diferentes ambientes de Madrid. Max acaba muriendo solo a la puerta de su casa, abandonado y traicionado por su lazarillo. La obra se compone de 15 escenas, divididas en 3 partes:
Se caracteriza por:
Su producción se clasifica en:
A partir de la democracia hay un cansancio de innovaciones y los autores vuelven a modos de novelar más tradicionales. Hay varias tendencias:
Las tendencias narrativas de estos autores siguen vigentes en la novela actual, reafirmada por los escritores de la generación de los 80, como Javier Marías, Rosa Montero, Julio Llamazares, Almudena Grandes. La novela actual utiliza formas narrativas tradicionales. Predominan las narraciones sencillas en las que se pretende contar historias realistas.
A partir de 1940, se desea renovar la literatura hispanoamericana y hay una reacción contra el realismo tradicional. Hay innovaciones:
Las figuras más importantes son: Jorge Luis Borges (El Aleph), Miguel Ángel Asturias (El Señor Presidente), Alejo Carpentier (El siglo de las luces), Juan Rulfo (Pedro Páramo).
En la década de los 60 se produce el boom de la novela hispanoamericana, con La ciudad y los perros, de Vargas Llosa en 1962, y Cien años de Soledad, de García Márquez, en 1967. Se añaden nuevos elementos:
Destacan Ernesto Sábato (Sobre héroes y tumbas), Carlos Fuentes (La muerte de Artemio Cruz), Manuel Puig (Boquitas pintadas). Surgen nuevos autores: Laura Esquivel, Isabel Allende, etc.
Como cuentistas, Augusto Monterroso (Lo demás es silencio), Mario Benedetti (Buzón de tiempo) y Eduardo Galeano (Las bocas del tiempo).
Gabriel García Márquez nace en 1928. Con Cien años de soledad (1967), el realismo mágico llega a su madurez total. Entre sus obras destacan: El coronel no tiene quien le escriba, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera.
En Crónica de una muerte anunciada, el narrador-cronista intenta recomponer la historia casi 30 años después de que sucedan los hechos. La historia se narra con retrocesos, anticipaciones y superposiciones. Se divide en 5 partes, sin titular ni numerar, cada una gira en torno a un personaje o a un suceso principal. La novela comienza y termina con el crimen de Santiago Nasar, de quien no se demuestra culpabilidad.