Portada » Psicología y Sociología » Claves del Desarrollo Infantil: Alimentación, Actividad y Sueño Saludable
La alimentación debe entenderse como un elemento más de la acción educativa. Es una herramienta útil en el desarrollo de habilidades individuales y sociales, constituye un recurso didáctico para el desarrollo de la educación para la salud, la alimentación, nutrición e higiene, y contribuye a la interculturalidad y el multiculturalismo.
Sobre qué aspectos podemos trabajar en el comedor, destacan estos objetivos:
Para el buen funcionamiento es imprescindible un proyecto con los siguientes aspectos:
Distribuir de manera que los niños estén cómodos, no separar por niveles de autonomía. Los adultos deben estar a su altura y a su lado.
Se recomienda usar cuencos, vasos y jarras de cristal transparentes, así como tenedores de diferentes tamaños.
Se deben planificar para que sean parte de un proceso educativo. Algunas actividades habituales son:
La alimentación perceptiva se refiere a los aspectos de la motivación y la relación en el momento de dar de comer a los niños. Algunas prácticas que se recomiendan para favorecerla son:
Pueden perder el apetito por varias razones: calor, cansancio, durante y después de una enfermedad. Es conveniente reducir la cantidad de comida y hacer presentaciones más atractivas.
Cuando un niño no queda satisfecho (aunque normalmente sí lo haga), hay que plantearse el porqué y poner unos límites.
No hay que forzar ni dar premios o castigar.
La actividad y el descanso son dos necesidades básicas para conseguir un buen estado de salud. La actividad es la acción o movimiento corporal que supone un gasto energético mayor al que produce el cuerpo en reposo. El descanso es la forma de compensar el esfuerzo y recuperar el equilibrio físico y psíquico. Si hay un desequilibrio entre estos dos, aparece la fatiga, el organismo se resiente e interfiere en el aprendizaje y el desarrollo.
La actividad permite a los niños conocerse y descubrirse, satisfaciendo sus necesidades de descubrimiento y experimentación. Por el contrario, si tienen falta de actividad, es un indicador de que puede haber algún problema físico o psicológico.
Son la alimentación, el descanso y la higiene. Para los niños representan sus primeras actividades educativas. Es importante que estos momentos sean productivos y gratificantes y que haya una buena coordinación entre el centro y la familia.
Se pueden llevar a cabo muchas actividades y juegos. Destacan:
Hasta los 6 meses no pueden mantener ninguna posición estable. A los 6 meses comienzan a ser capaces de mantenerse sentados, hacia los 8 meses empiezan a gatear y a los 12 meses comienzan a caminar. Las actividades en estas edades deben estar orientadas a la mejora del control del propio cuerpo, fomentar la socialización y la seguridad en sus capacidades.
Hay un avance importante en su autonomía, hace actividades solo y controla mejor su cuerpo.
El sueño es un estado en el que el organismo inhibe todas las funciones que le relacionan con el mundo exterior y se produce una relajación casi completa de los músculos. Se reduce el riego sanguíneo y las frecuencias cardíaca y respiratoria. Los órganos disminuyen su rendimiento y se recuperan, y las estructuras cerebrales se recargan. En la infancia, el reposo y el sueño son necesidades básicas que ayudan al proceso de maduración y al desarrollo de los sistemas funcionales.
Hay tres fases principales:
Es un sueño tranquilo que se va haciendo más profundo, con respiración regular y ojos inmóviles. Puede durar entre 90 y 105 minutos en adultos y 50 en niños. Tiene 4 fases internas.
La respiración y el pulso son irregulares, el ritmo cardíaco es acelerado, los ojos se mueven, hay contracciones y suelen hacer muecas o gemir. En este estadio se suele soñar y recordar lo soñado. Dura entre 15 y 20 minutos y representa un 20-25% de un ciclo de sueño en personas adultas y un 50% en los niños.
Vienen definidos por la frecuencia y la duración de las dormidas. En personas adultas se duerme diariamente 7-8 horas; hacia los 5 años, 10-11 horas; y los bebés, entre 18-20 horas sin diferencias entre día y noche.
Para que el sueño sea saludable, hay que tener en cuenta dos aspectos: el patrón del sueño y la calidad del sueño. Es importante dormir sin ruidos ni interrupciones, con una iluminación, temperatura y ambiente agradables y cómodos.
Se deben enseñar buenos hábitos para alcanzar el equilibrio entre la actividad y el descanso y poder dormir bien. Estos se pueden ver afectados por aspectos como la distribución del ciclo de alimentación, los horarios laborales de la familia o los periodos vacacionales.
A la hora de irse a dormir se producen intercambios afectivos y momentos de ternura. Hay que lograr que sean lo más natural posible. Los niños necesitan tranquilidad e irse a la cama con la certeza de que los adultos los cuidarán mientras ellos cierran los ojos.
Se basa en definir un horario y una rutina, como cantar una canción o usar un objeto de transición. Se le desea buenas noches y se deja al niño en la cuna aunque llore. Pasado el tiempo, el niño dejará de llorar, ya que verá que no obtiene nada por hacerlo.
Este método defiende que el niño debe dormir en la cama de los padres hasta los 5 años, ya que hacerlos dormir solos es nocivo, incrementa el nivel de hormonas de estrés. Al dormir con los padres, mejora su crecimiento y desarrollo, y le produce seguridad y confianza.
