Portada » Historia » Historia de la Monarquía Hispánica: De los Reyes Católicos a la Crisis del Siglo XVII
Los Reyes Católicos, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, se casaron en 1469. Esto supuso la unión dinástica de las Coronas de Castilla y Aragón en 1475 con la Concordia de Sevilla, acuerdo en el que cada reino mantenía sus leyes, instituciones y fronteras propias, pero teniendo en común la política exterior y la Santa Inquisición.
Su reinado no comenzó hasta 1479 debido a la guerra civil que produjo la sucesión de Enrique IV entre los partidarios de su supuesta hija Juana la Beltraneja (portuguesa) y los de Isabel, que fue reconocida reina de Castilla por el Tratado de Alcaçovas. En ese mismo año, Fernando sucedió a su padre en el trono de Aragón.
Los Reyes Católicos buscaron transformar una monarquía feudal débil en una más moderna y autoritaria, por lo que decidieron implementar las siguientes medidas:
La conquista del Reino Nazarí duró 11 años. La estabilidad política lograda en Castilla y Aragón con los Reyes Católicos se sumó a la crisis del Reino Nazarí, envuelto en una guerra civil por el trono. Durante los últimos años de la Guerra de Granada fueron tomadas Málaga, Almería y, finalmente, Granada y la zona de las Alpujarras en 1492. Boabdil entregó la ciudad de Granada el 2 de enero de 1492 para formar parte del reino de Castilla.
Tras la Guerra de Granada se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, que acordaban los términos del viaje que realizaría Colón a las Indias por el Atlántico, pactando los títulos de virrey, almirante y gobernador.
El primer viaje de Colón se inició el 3 de agosto de 1492 desde Huelva, llegando el 12 de octubre a la isla de San Salvador. Colón realizó tres viajes más a las Antillas y la costa atlántica de América Central, comenzando así el mayor descubrimiento geográfico de la Edad Moderna, que supuso un cambio en la manera de concebir el mundo.
Carlos I de España y V de Alemania se convirtió en el emperador de un extenso territorio procedente de la herencia de sus abuelos:
Carlos de Habsburgo, nacido y criado en Flandes, ascendió al trono de Castilla y Aragón en 1516 sin conocer el idioma ni las costumbres del país, además de traer su propia corte. Esto generó el descontento de la población y conflictos internos.
En cuanto a la política exterior, Carlos V tuvo que enfrentarse a Francia para defender su hegemonía en Europa, a los luteranos por la unidad cristiana y a los turcos en defensa de la Cristiandad.
Felipe II, además de heredar todos los territorios y colonias de la Monarquía Hispánica, consiguió incorporar Filipinas y Portugal con sus colonias en 1580 por herencia materna.
En cuanto al gobierno, adoptó un modelo bastante similar al de los Reyes Católicos, apoyado en consejos especializados y territoriales. También se caracterizó por la figura del virrey, la pérdida de importancia de las Cortes y las Chancillerías o tribunales superiores y las Audiencias. La administración se caracterizaba por estar centralizada y profesionalizada, teniendo como sede Castilla y capital Madrid; a nivel local se mantuvo como con los Reyes Católicos.
Felipe II tuvo que enfrentarse a numerosos conflictos internos, como la rebelión de los moriscos y las alteraciones de Aragón al acogerse un secretario real a los privilegios de esta Corona. Sin embargo, los mayores problemas fueron externos, como la Contrarreforma y su lucha por mantener la hegemonía en Europa, enfrentándose a Francia, Inglaterra, países protestantes y el Imperio Otomano.
Tras el primer viaje de Colón al continente en 1492, se sucedieron varios de exploración desde las Antillas en los que conquistadores independientes realizaban la colonización de territorios. Por ejemplo, Hernán Cortés conquistó México y Francisco Pizarro, Perú. También Magallanes y Elcano navegaron por toda la costa pacífica de América del Sur hasta llegar al Atlántico.
El descubrimiento y colonización de América fue de gran relevancia, pues puso en contacto razas, idiomas, religiones y costumbres diferentes.
Durante el siglo XVII en España reinaron los Austrias menores: Felipe III, Felipe IV y Carlos II. Estos monarcas delegaban sus tareas de gobierno a validos, que eran personas de su confianza que ejercían el poder absoluto al margen de los órganos de gobierno. Algunos utilizaban su cargo para enriquecerse y favorecer a sus allegados.
Los validos más importantes fueron:
Finalmente, la mala gestión política del país acabó desencadenando la Crisis de 1640.
La Guerra de los Treinta Años fue un conflicto religioso-militar en el que España participó junto con Austria en defensa del catolicismo contra las principales potencias protestantes. Vencieron estas, con la ayuda de Francia, que intervino para evitar el triunfo de la Casa de Austria. La Paz de Westfalia puso fin a esta guerra y reconoció la independencia de las Provincias Unidas.
Además de perder la Guerra de los Treinta Años y el conflicto con Francia (que continuó después de esta), la decadencia de España fue causada por más razones, como:
La crisis demográfica del siglo XVII en España se caracterizó por el estancamiento de la población. Las causas de estas fueron:
El descenso de la población provocó la disminución de la demanda, que afectó a la artesanía y el comercio.
Los problemas económicos del país fueron principalmente causados por la política exterior, que absorbió los ingresos ordinarios, obligando a recurrir a medidas como el aumento de la presión fiscal o la devaluación de la moneda. También influyó el atraso tecnológico respecto a Europa y la ideología de la época. Todo ello tuvo como consecuencia el aumento del peso social de los grupos improductivos (la nobleza, el clero) frente a los productivos, dándose un empobrecimiento de las clases populares.
Tras la muerte de Felipe IV y por la minoría de edad de Carlos II, comenzó la regencia de Mariana de Austria, su madre, quien depositó su confianza en el jesuita Nithard como valido. Ya con Carlos II como rey, el poder continuó en manos de validos como el Duque de Medinaceli. La inestabilidad política fue en aumento, así como la mala gestión, privatizándose muchas funciones, lo que aprovecharon nobleza y clero.
A pesar de la decadencia política, la situación económica y demográfica mejoró, aunque se dio una revuelta en Cataluña, la Segunda Germanía en Valencia y el Motín de los Gatos en Madrid.
Hacia 1697 se veía cercana la muerte del rey sin descendencia y se barajaban dos candidatos para el trono: el Archiduque Carlos de Austria y Felipe de Anjou. El rey se decantó por el último, pero el temor europeo a la creación de un bloque hispano-francés provocó la Guerra de Sucesión. Esta finalizó con la Paz de Utrecht en 1713, en la que España cedió sus posesiones en Europa a los partidarios de Carlos de Austria y con el nombramiento de Felipe V de Borbón.
