Portada » Historia » Evolución Histórica de la Península Ibérica: Prehistoria, Romanización y Reinos Medievales
En el Paleolítico (1.200.000 a.C. – 5000 a.C.), los primeros grupos humanos en la península Ibérica practicaban una economía depredadora (caza, pesca, recolección y carroñeo) y el nomadismo territorial y estacional, ocupando abrigos y cuevas. Socialmente, se organizaban en pequeños grupos y dominaban el fuego.
Tras la etapa intermedia del Mesolítico, caracterizada por un calentamiento paulatino, los grupos humanos del Neolítico (5000 a.C. – 2500 a.C.) comenzaron a domesticar animales y cultivar plantas. Nace así la agricultura y la ganadería, lo que condujo al sedentarismo, con la creación de poblados estables, el crecimiento del comercio y el desarrollo de nuevas actividades como la artesanía textil, la cerámica y la especialización del trabajo.
La causa principal del cambio (la Revolución Neolítica) fue la disminución de los recursos alimenticios debido al cambio climático (calentamiento). Al final de este período, se introdujo la metalurgia y el ritual funerario de la incineración de cadáveres por la llegada de grupos de buscadores de metales procedentes del Mediterráneo oriental.
Los íberos fueron un conjunto de pueblos (bastetanos, ilergetes, oretanos, edetanos, etc.) cuya cultura se desarrolló, a partir del siglo V a.C., en el este de la Península Ibérica, desde los Pirineos hasta la desembocadura del Guadiana, ocupando el litoral mediterráneo y la costa suratlántica.
Se caracterizaban por:
A finales de la Edad del Bronce (1200 a.C. – 1000 a.C.), grupos celtas de origen indoeuropeo, procedentes de Centroeuropa y del valle del Ródano, penetraron en la península Ibérica y se extendieron hacia la Meseta y el oeste. Eran conocedores de la metalurgia del hierro y de técnicas agrícolas avanzadas.
Como resultado de la mezcla de estos grupos indoeuropeos (celtas) con los pueblos indígenas (íberos) aparecieron los celtíberos, que ocuparon parte del Sistema Ibérico y la zona este de la Meseta. Estos practicaron una economía pastoril y compartieron un modelo de sociedad patriarcal dominada por jefes guerreros, lo que llevó a continuos enfrentamientos entre tribus y a actuar como mercenarios de cartagineses y romanos. Sus manifestaciones culturales estaban relacionadas con la llamada cultura de los verracos (esculturas zoomorfas, como los Toros de Guisando).
Desde Galicia hasta los Pirineos se localizaron pueblos de influencia céltica (galaicos, astures, cántabros y vascones) que protagonizaron la cultura castreña, levantando castros (poblados fortificados) como el de Santa Tecla (Pontevedra). Practicaban el matriarcado, rindiendo culto a los fenómenos de la naturaleza. Su economía era ganadera, obteniendo cereales de la Meseta mediante el pillaje y la guerra. Algunos de estos pueblos, como los vascones, quedaron aislados geográficamente, por lo que no recibieron la influencia de los colonizadores mediterráneos.
La romanización es el proceso de aculturación que experimentaron las regiones conquistadas por Roma, incluida la península Ibérica (Hispania), por el que dichos territorios incorporaron los modos de organización política y social, las costumbres y las formas culturales emanadas de Roma o adoptadas por ella.
Para llevar a cabo la romanización, se emplearon diversos medios:
La conquista romana de la península Ibérica se llevó a cabo en diferentes momentos, lo que resultó en una romanización de diferente intensidad según las zonas:
El proceso de romanización fue desigual:
Tras las invasiones bárbaras y la caída del Imperio Romano en el siglo V, los visigodos se asentaron en la península Ibérica, dando origen al reino visigodo de Toledo (507-711).
Hitos clave de la unificación:
La monarquía visigoda era electiva: el rey era elegido por la nobleza. El monarca era asesorado por el Aula Regia, formada por altos militares y administradores, a los que más tarde se unieron los obispos. La Iglesia y la nobleza legislaban en el ámbito civil y religioso a través de los Concilios de Toledo. La administración provincial estaba a cargo de duques (duces o jefes militares) y condes (comes o compañeros del monarca).
La Iglesia y la nobleza obtuvieron un poder significativo debido a que:
La invasión musulmana se desencadenó por una crisis interna en la monarquía visigoda. Tras la muerte del monarca Witiza (710), un grupo de nobles proclamó rey a Rodrigo, en detrimento de los hijos del soberano fallecido. Estos herederos llamaron al gobernador musulmán de Tánger, Tariq, quien desembarcó en Yabal Tāriq (Gibraltar) en 711 con un contingente de bereberes y derrotó al ejército de Rodrigo en el río Guadalete. Posteriormente, el gobernador musulmán del norte de África, Musa ibn Nusayr, llegó con nuevas tropas, ocupando Hispania en pocos años y provocando la desaparición de la monarquía visigoda.
Las causas de esta rápida conquista fueron:
La expansión se frenó en 722 en Asturias (Covadonga) y en 732 en Poitiers (Francia).
Al-Ándalus es el nombre dado a los territorios de la Península Ibérica bajo poder musulmán. Su evolución política se divide en varias etapas:
El territorio experimentó un importante desarrollo:
La sociedad de Al-Ándalus se conformó por:
Se introdujeron elementos culturales procedentes de todo el mundo musulmán y se recuperó el legado del mundo clásico (especialmente griego). Los principios básicos de esta cultura fueron el árabe como lengua y el respeto a las creencias islámicas. Destacan las aportaciones de filósofos, científicos, médicos y matemáticos andalusíes.
La formación y desarrollo de los reinos cristianos se divide en tres grandes etapas, que culminaron en el siglo XIII con la España de los cinco reinos: las Coronas de Castilla y de Aragón, los reinos de Navarra y Portugal, y el reino nazarí de Granada.
La invasión musulmana se frenó en torno a las cordilleras cantábrica y pirenaica, donde se formaron dos núcleos de resistencia:
La Reconquista se detuvo, manteniendo al reino nazarí de Granada como único reino musulmán hasta su caída ante los Reyes Católicos en 1492.
Las monarquías feudales se caracterizaron por un poder compartido y negociado, involucrando en el gobierno a la nobleza, la Iglesia y las ciudades. Esto dio lugar a las Cortes, que tuvieron su raíz en las Curias Regias (corte del rey), que reunían a la nobleza y al alto clero. Las primeras Cortes se convocaron por Alfonso IX en el Reino de León en 1188, y a ellas empezaron a acudir los burgueses en representación de las ciudades.
Sus principales funciones fueron:
Las Coronas de Castilla, Aragón y Navarra se organizaban mediante la monarquía, pero con diferencias significativas en el equilibrio de poder:
La repoblación fue la ocupación y colonización de las tierras arrebatadas a los musulmanes. Los sistemas variaron según la etapa y el reino:
El Honrado Concejo de la Mesta fue una asociación creada en 1273 por Alfonso X, el Sabio, rey de Castilla y de León. Agrupaba a los ganaderos trashumantes y les reconocía grandes privilegios, como derechos de pasto y leyes y tribunales propios, en detrimento de los intereses agrarios.
Se organizaba en cuadrillas, con centros en Cuenca, Segovia, Soria y León, que desplazaban sus ganados a través de las cañadas reales. Se centró en la cría de la oveja merina, cuya lana era exportada desde los puertos del Cantábrico al norte de Europa. Este comercio, organizado desde Burgos y Medina del Campo, fue muy lucrativo, lo que explica el apoyo constante de la Corona y el gran poder e influencia de la organización.
La Escuela de Traductores de Toledo se refiere al conjunto de traductores que, a partir del siglo XIII y gracias al impulso de Alfonso X, el Sabio, desarrollaron su labor en dicha ciudad.
Su importancia radica en que llevaron a cabo la traducción e interpretación de textos clásicos grecolatinos (que habían sido traducidos previamente al árabe o al hebreo) al latín y al castellano. Esto fue posible porque, tras la conquista de la ciudad en 1085, permanecieron en ella miembros de las comunidades cristiana, judía y musulmana, facilitando el intercambio de conocimiento y la transmisión del saber clásico y oriental a la Europa occidental.
